Hace tiempo que no aparezco por aquí, así que al menos quería dejaros este fragmento del cuento, que además, creo, será el prólogo a las Crónicas, anque aun no estoy seguro.
Como dictaron las profecías, ha llegado el momento, Fannygorn se aproxima, asomándose desde el infinito, otorgando exclusivos poderes de los dioses, a sus seguidores mortales más fieles...
Y allá, en el negro horizonte, en el fondo de la oscuridad, se levantan los mortales teniendo a sus firmes pies invocados demonios, de horrorosas formas y terribles aspectos, con sus enormes y escuálidas alas rojas o negras, sacados de otras dimensiones, con la fuerza de Fannygorn...
Y entonces se cumplirá la eterna promesa, aquellos ridículos mortales, esbirros de “El Supremo”, levantarán la gran puerta, la unión entre el mísero mundo terrenal en que mi atrapada alma se encuentra, y el más allá: la tierra del lamento y el inocente sufrimiento, la dimensión demoníaca que atraerá demonios del porte de montañas, que dejarán un rastro de muerte y corrupción a su paso, huellas marcadas por el dolor de miles de generaciones innecesarias, cuyos descendientes se olvidarán de lo que fue su estúpida vida en armonía e inalterada paz... ¡Escuchad esta palabra, esta ridícula palabra! ¡Oh sí escuchadla, porque su significado va a quedar, por la mano de Fannygorn, olvidada en la memoria de las leyendas y los cuentos para asustar!...
Gurrein Lunvar durante el Ritual de las Trece Brujas
(extraído del Libro de las Bestias)