DESEO
El muchacho se arrodilló por primera vez en su vida y le imploró a la vieja que cumpliera su promesa. La hechicera sonrió maliciosamente y le señaló con su dedo deforme. Él retrocedió aterrado. La carcajada de la vieja fue tan aguda e insoportable que el joven noble no pudo evitar acurrucarse en una esquina y taparse los oídos con toda su fuerza. Ella reía y reía, y él lloraba y lloraba. Cómo se habían invertido las posiciones en tan sólo unos días de amor, lujuria y misterio... Él, aterrado, recordó el último miércoles, cuando propinó una patada a una vieja moribunda que se interponía en su camino pidiendo limosna. Recordó como ésta se había retirado de su camino a causa del dolor, y él, riéndose de ella continuó su camino. Horas más tarde, una joven doncella, hermosa como pocas, de bonitos labios y sonrisa mágica le pedía cobijo por una noche... Él aceptó encantado, dando gracias a su buena suerte, sin saber lo mal que lo pasaría a causa de la bonita muchacha. Esa noche se consumó su amor con la lujuria y nació el misterio... Mientras hacían el amor, ella le prometió su amor eterno, su cuerpo y su belleza, él lo aceptó encantado y juró desearla siempre. A la mañana siguiente, con el primer canto del gallo, el joven noble se despertó feliz, pero tal fue su sorpresa al descubrir a una vieja tendida en su cama, que la arrojó a patadas de su mansión preguntando qué había sucedido con esa bella muchacha.
- Esta es la segunda vez que me encuentras en tu camino, así como la segunda patada que me das para que no te lo obstruya. Hemos hecho una promesa: desearás mi cuerpo para siempre, y sólo la muerte te salvará de esta promesa, pues ha sido sellada con la unión de nuestros cuerpos. Hay lazos que jamás pueden romperse, a no ser que la muerte lo desee…
El joven noble abrió los ojos y se lanzó a los pies de la bruja:
- Si esto es brujería o amor, lo desconozco. Mátame si eso me elude de mi promesa, o en caso de amar tanto que ni la muerte me pueda llevar, transforma tu rostro una vez más en el de mi doncella para poderlo besar.
- Tan sólo la magia te une a mi, y una promesa mágica no se puede romper, muchacho.- La vieja sonrió una vez más y le miró fijamente a los ojos.- Recuerda bien mi rostro y mi figura, pues serán tu objeto de deseo hasta que la muerte te lleve o hasta que te entregues a ella.- Con un simple chasquido de dedos la bruja se esfumó envuelta en una nube blanca, pero una carcajada oscura se quedó impregnando el aire por un rato.
Unas horas más tarde llamaron a la puerta del joven muchacho. Al ver que no respondía, derribaron los goznes y el estruendo levantó el polvo en la casa del noble. Cuando la confusión se había marchado, apareció un cuerpo colgado del techo y a sus pies una nota escrita con lágrimas. Decía así:
- Esta es la segunda vez que me encuentras en tu camino, así como la segunda patada que me das para que no te lo obstruya. Hemos hecho una promesa: desearás mi cuerpo para siempre, y sólo la muerte te salvará de esta promesa, pues ha sido sellada con la unión de nuestros cuerpos. Hay lazos que jamás pueden romperse, a no ser que la muerte lo desee…
El joven noble abrió los ojos y se lanzó a los pies de la bruja:
- Si esto es brujería o amor, lo desconozco. Mátame si eso me elude de mi promesa, o en caso de amar tanto que ni la muerte me pueda llevar, transforma tu rostro una vez más en el de mi doncella para poderlo besar.
- Tan sólo la magia te une a mi, y una promesa mágica no se puede romper, muchacho.- La vieja sonrió una vez más y le miró fijamente a los ojos.- Recuerda bien mi rostro y mi figura, pues serán tu objeto de deseo hasta que la muerte te lleve o hasta que te entregues a ella.- Con un simple chasquido de dedos la bruja se esfumó envuelta en una nube blanca, pero una carcajada oscura se quedó impregnando el aire por un rato.
Unas horas más tarde llamaron a la puerta del joven muchacho. Al ver que no respondía, derribaron los goznes y el estruendo levantó el polvo en la casa del noble. Cuando la confusión se había marchado, apareció un cuerpo colgado del techo y a sus pies una nota escrita con lágrimas. Decía así:
Me entrego a la muerte,
pues el amor que anhelo es fruto de un sueño.
Una promesa mágica
y al unión de nuestros cuerpos...
¿Cómo quebrantaría yo eso?
Mi amor se hundió en la lujuria y nació el misterio de mi deseo...
Este cuentito lo escribí hace mucho tiempo,
pero como me apetecía hacer algo especial para la noche de brujas,
aquí os lo dejo para que lo veáis.
Memorias Olvidadas
Darka Treake