Me acabo de levantar de la cama y me he sentado frente a la máquina de escribir. Ella aun está entre las sábanas, llorando. Me enciendo un cigarrillo ignorando sus lamentos, y observo por la ventana junto a mí antes de ponerme a escribir. Llueve a cántaros, como suele llover por estas fechas. Lluvia complaciente, sincera, sin nada que ocultar al mundo. Es de noche, y los perros aullan en el callejón. Sus lamentos sí que me conmueven, y no los de la chica que acabo de conocer, y que me desea tanto que jamás podré complacerla...
Tecleo las primeras palabras a modo de título y absorbo del cigarrillo como si me fuese la vida en ello. El orgasmo que acabo de tener no me ha satisfecho lo más mínimo, y comienzo a escribir sobre ello. Sobre la chica que llora en mi cama, sobre lo fácil que ha sido conocerla y engañarla para que venga a pasar la noche conmigo. Mañana no quiero volver a saber de ella.
Otra calada, y siento el humo bajar por mi garganta, me absuelve de lo que acabo de hacer. Una bocanada de aire contaminado en un mundo deshecho, en el que uno sobrevive a base de castigar.
Esta noche no dejará de llover. Mañana amanecerá nublado, y será un día tan triste como el de hoy. Menuda mierda. Lo pasaré navegando por la red, buscando complacerme en relaciones vanales y páginas para adultos. Por la noche, volveré a salir de caza. Mañana es sábado. En sábado todas están sedientas de compañía. Una compañía que este mundo deshecho no te da gratis. Unas sonrisas, un revolcón, con suerte sudor, y un cigarrillo que te absuelve mientras observas llover y escuchar los perros aullar. El domingo no querré saber nada de ella... Ya veré qué hago entonces con mi vida.
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Tecleo las primeras palabras a modo de título y absorbo del cigarrillo como si me fuese la vida en ello. El orgasmo que acabo de tener no me ha satisfecho lo más mínimo, y comienzo a escribir sobre ello. Sobre la chica que llora en mi cama, sobre lo fácil que ha sido conocerla y engañarla para que venga a pasar la noche conmigo. Mañana no quiero volver a saber de ella.
Otra calada, y siento el humo bajar por mi garganta, me absuelve de lo que acabo de hacer. Una bocanada de aire contaminado en un mundo deshecho, en el que uno sobrevive a base de castigar.
Esta noche no dejará de llover. Mañana amanecerá nublado, y será un día tan triste como el de hoy. Menuda mierda. Lo pasaré navegando por la red, buscando complacerme en relaciones vanales y páginas para adultos. Por la noche, volveré a salir de caza. Mañana es sábado. En sábado todas están sedientas de compañía. Una compañía que este mundo deshecho no te da gratis. Unas sonrisas, un revolcón, con suerte sudor, y un cigarrillo que te absuelve mientras observas llover y escuchar los perros aullar. El domingo no querré saber nada de ella... Ya veré qué hago entonces con mi vida.
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4 comentarios:
Hola¡¡ ahora si que he dado con ello. Sigue escribiendo no dejes de hacerlo. Te superas dia a dia. Eres un gran pequeño poeta y seguiras creciendo poco a poco.
Me siento orgullosa de ti.
Un beso mama.
Bu:
si te digo la verdad, me ha encantado, tanto o más como lo que venías escribiendo hasta ahora. Me ha parecido muy chulo y muy muy diferente. De hecho, lo que he leído me ha recordado a una canción. Te la dejo aquí. Yo creo que pega mucho con el texto.
Se te echa de menos, querubín.
Un besote.
M.
Canción: http://www.goear.com/listen.php?v=0e28cf1
uoh! sencillo pero directo y duro. Me ha gustao mucho, la historia de mucha gente, q tristeza.
Hace bastante q no se sabe de ti eh? cada loco con su tema
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