He de admitir que en mi vida ha habido cambios, algunos buenos, otros tristes, y he estado bastante disperso.
Aun así, mi cabecita no ha dejado de girar, y he sabido muchas cosas de Mi Mundo.
En este tiempo, en realidad, nunca dejé de trabajar. He terminado La Paz de Cartesse, escrito por completo El Secreto del Monstruo, y he comenzado El Eviterno. Estos tres títulos corresponden a diferentes relatos de las Crónicas de la Guerra de los Mil Años, la historia en que trabajo actualmente, como sabéis.
Para ponerme al día, os dejo aquí el índice actualizado de esta historia. Practicamente tengo cada acontecimiento situado ya en su sitio, un tremendo puzle que voy uniendo desde hace ya más o menos un año atrás. Faltaría sólo concretar los acontecimientos sucedidos en El Libro de las Bestias, el relato del que menos sé, aun. Lo estoy dejando para el final, pues salvo por La Batalla de las Bestias, que es la sexta parte de La Corona Radiante, es el último de los relatos que componen la historia.
Para consultar planos y la línea del tiempo del cuento, visita el siguiente enlace: Crónicas de la Guerra de los Mil Años.
El índice de las Crónicas de la Guerra de los Mil Años es el siguiente:
-397
La Torre
(16 páginas)
-308
La Torre del Recuerdo
- La Corona Radiante I -
(7 páginas)
-74
El Palacio de las Cigüeñas
(39 páginas)
-3
Ilan'Dui
- La Corona Radiante II -
52
El Creador de Mundos
(43 páginas)
117
El Paso Norte del Muro de Ëslinor
- La Corona Radiante III -
196
Koragk, Matabestias
- La Corona Radiante IV -
208
El Secreto del Monstruo
(12 páginas)
209
Thor-Lunn, el Rey Único
- La Corona Radiante V -
211
El Eviterno
300
La Paz de Cartesse
(53 páginas)
425
El Abismo
(Fecha desconocida aun)
El Libro de las Bestias
456
La Batalla de las Bestias
- La Corona Radiante VI -
La Torre
(16 páginas)
-308
La Torre del Recuerdo
- La Corona Radiante I -
(7 páginas)
-74
El Palacio de las Cigüeñas
(39 páginas)
-3
Ilan'Dui
- La Corona Radiante II -
52
El Creador de Mundos
(43 páginas)
117
El Paso Norte del Muro de Ëslinor
- La Corona Radiante III -
196
Koragk, Matabestias
- La Corona Radiante IV -
208
El Secreto del Monstruo
(12 páginas)
209
Thor-Lunn, el Rey Único
- La Corona Radiante V -
211
El Eviterno
300
La Paz de Cartesse
(53 páginas)
425
El Abismo
(Fecha desconocida aun)
El Libro de las Bestias
456
La Batalla de las Bestias
- La Corona Radiante VI -
A continuación, os dejo un pedazo extraído de El Eviterno. Debo confesar que llevo pensando y tomando notas de este cuento, durante los últimos... 6 años? no podría asegurarlo. En realidad El Eviterno es una historia independiente, pero dado que los primeros acontecimientos ocurridos en ella suceden durante la Guerra de los Mil Años, he pensado que sería buena idea incluir la primera parte de lo que algún día será El Eviterno aquí, en las Crónicas de la Guerra de los Mil Años. Tal vez dentro de otros 6 años escriba la segunda parte, que sucede unos ocho siglos después de este momento... Me encanta!
Así, esta primera parte, este relato, comenzaría en 211, en la Torre del Recuerdo, donde Lendaia, una estudiosa que habita el grandioso templo, pretende robar un libro, por motivos propios que me reservaré ahora... Lo que os muestro precede en un día a la invasión de las bestias sobre la Torre del Recuerdo, momento en que ella conseguirá huir con dos libros, pues no sabe cuál es el que necesita...
A ver qué os parece:
Subía siguiéndola por la escalinata, que recorría todo el interior de la torre hueca. Habían subido al menos hasta la altura cuarenta y dos, y estaba realmente emocionada, pues nunca había estado tan alto de la Torre del Recuerdo. Lendaia iba tras la elfa, sabiendo que no habría podido subir tanto sin ella, que sí tenía permiso. Había logrado hacerse amiga suya, aunque bastante le había costado, pues era una elfa solitaria. Todos la conocían como la Dama Negra. Llevaba mucho tiempo en la torre, antes incluso de haber nacido Lendaia, al parecer. Siempre estaba sola, leyendo y husmeando entre los incontables tomos de la torre. Y fue a ella a quien se había dirigido en busca de ayuda unas semanas atrás.
Ahora, el golpeteo de su báculo resonaba en cada peldaño mientras ascendían por la escalera, dejando por debajo cinco pisos huecos, que mostraban las estanterías repletas de libros. Y abajo, en la altura treinta y ocho, unos cuantos estudiosos, que no las prestaban atención alguna. Cuando se encontraban en la altura cuarenta y tres, la elfa fue directa, rodeando el interior de la torre por aquel pasillo junto a la estantería, hasta detenerse frente a una colección de seis enormes tomos sin inscripción aparente en sus lomos.
La Dama Negra, de pie frente a ellos, la miró, y Lendaia se detuvo en seco. Llevaba tanto tiempo ansiando ese momento...- Prométemelo una vez más.- Le dijo en voz baja con su acento élfico.
- Te lo prometo. El libro no va a salir de la torre.
La elfa asintió. Tenía el cabello negro como la noche cerrada, y la piel clara y tersa. La juventud elfa era hermosa en ella, pero en los ojos tenía algo que la hacía diferente a todos los elfos de la Torre del Recuerdo. Parecían desconfiar de todo el mundo. Cogió el segundo de los tomos, empezando por la izquierda, y cargó con él de regreso por la escalinata. Era muy pesado, así que la elfa lo cargaba como podía, apoyándose en su báculo, como si fuera una anciana, lo cual intrigaba mucho a Lendaia.
Bajaron hasta la altura treinta y ocho, donde una enorme biblioteca cuyo techo se alzaba seis alturas por encima, las esperaba para la lectura de aquel grimorio. En la cámara había un elfo y tres enanos, concentrados en la lectura en pupitres separados. Sortearon varias estanterías que dividían la biblioteca, hasta llegar a un lugar cerca del muro donde había una mesa vacía en la penumbra.
- Esto no es un libro, Lendaia.- Dijo la elfa sentándose.- Es un Lunariu. Y como éste existen otros cinco.- Ella también tomó asiento, y se puso a escuchar a su amiga. Habían pasado muchos ratos comentando los textos que habían leído, e incluso escribiendo o transcribiendo otros, que allí permanecerían a resguardo.- Los Lunarius fueron escritos hace muchísimo tiempo, antes incluso de que el Mundo cambiara, y están aquí ocultos, pues Ivette, Diosa del Destino, quien los escribió, se marchó horrorizada por lo que sabía que iba a pasar...- Lendaia no terminó de digerir aquello.- En los Lunarius escribió lo que iba a acontecer. En cada uno de ellos narró los acontecimientos, las casualidades, que harían posible la llegada de los Demonios Resentidos.- Ella jamás había oído hablar de ellos hasta que la elfa los había nombrado días antes. Ahora le volvía a contar aquella historia, que solo había escuchado en pedazos.- Terribles criaturas que destruirán el Mundo... Pero no temas, que aún falta mucho para ese momento, si te crees lo que dicen sus páginas. En ellas, la Diosa escribió lo que iba a suceder cada noche hasta el momento en que fueran invocados, salvo las de luna nueva, pues en esas noches, la Diosa no pudo ver. A lo largo del texto, muestra las lunaciones que han surcado el Mundo, contando cada suceso con sus palabras.- Entonces, para terminar con aquel misterio, la Dama Negra abrió el grandioso tomo, y el polvo se hizo en el aire, pues llevaba demasiado tiempo allá arriba arrinconado. Y al verlo, Lendaia se maravilló por completo. Las páginas que la elfa pasaba estaban llenas por completo de palabras, sin dejar prácticamente espacio en blanco, de margen a margen. Y encadenando las frases, símbolos que figuraban lunas crecían y decrecían en orden, mostrando las diferentes lunaciones. No lejos del final del Lunariu, la elfa se detuvo tras un rato, pasando páginas más despacio, para dar con la que buscaba, y fue a leer en voz alta, pero se cayó de pronto, y la miró fijamente. Lendaia quedó perpleja, sin saber qué pasaba. Entonces la Dama Negra cerró el grimorio de golpe, y se levantó apresurada.
- Olvida lo que te he dicho. Olvida que te he enseñado esto, y no subas jamás hasta aquí.
(...)
.
0 comentarios:
Publicar un comentario