4 de enero de 2016

La población en nuestros mundos imaginarios

¡Bienvendos a 2016!
Voy a comenzar el año hablándoos de la población y la demografía en nuestros mundos y ciudades imaginarios, de los aspectos que nos ayudarán a determinarla y algunos ejemplos que nos ayuden a específicar datos poblacionales.
Nota: Este fragmento está extraído del manual del Taller de Literatura Fantástica: Creación de Mundos de la Escuela de Formación de Escritores.


Una civilización puede haberse extendido por tu Mundo Secundario en la medida que tú imagines, desde diminutas regiones aisladas, hasta haber conquistado continentes de ultramar. Pero en cada caso, la civilización está formada por un número suficientemente elevado de individuos. Por supuesto, al tratarse de un ente vivo, las civilizaciones pueden crecer, menguar, dividirse y hasta desaparecer. Ten en cuenta el punto de vista evolutivo. Seguramente te interesa la demografía de un lugar en un momento determinado, si ése es tu objetivo, puedes dejarlo en eso. Pero es interesante saber qué fue de tus civilizaciones, y qué será en un futuro. La demografía define, en realidad, la dimensión de una civilización. Por supuesto hay que tener en cuenta la extensión territorial que ocupa, pero suelen estar relacionadas.


Demografía estática


Debes conocer el número aproximado de individuos que conviven formando una civilización. Para ello, debes tener en cuenta ciertos aspectos, como la cantidad de territorio que ocupa. Generalmente a mayor territorio, mayor cantidad de población. Pero hay que valorar la densidad, zonas con climas más extremos tendrán menor densidad de población, con territorios despoblados, incluso, haciendo bajar el número de miembros de la civilización. Por la misma razón, zonas fértiles albergarán mayores densidades de población, como las cuencas de grandes ríos. Es importante tener en cuenta el tipo de sociedad que tratamos de definir, es decir, si es predominantemente rural o urbana, pues los grandes núcleos urbanos tienen mucha densidad de población, por lo tanto a mayor número de ciudades, mayor demografía. Aunque lo cierto es que las sociedades medievales eran predominantemente rurales, a diferencia de las sociedades futuristas, que son predominantemente urbanizadas (recuerda el Sistema de Courscant, en Star Wars,una ecumenópolis con una población estimada de 1 billón de habitantes). Hay aspectos importantes como la natalidad/mortandad, que puede variar en función de la economía o las relaciones con otros territorios. Las guerras suelen llevar a bajadas en los índices poblacionales. Lo mismo puede ocurrir con grandes catástrofes: epidemias, malas cosechas y correspondientes hambrunas, catástrofes naturales de gran envergadura… Es posible que, debido a su situación geográfica, a la política nacional o internacional o por cualquier razón, se den inmigraciones o emigraciones que conlleven cambios en la demografía. Además, sería lógico pensar que en civilizaciones prósperas, donde se cubren las necesidades básicas y donde hay una alta producción agrícola e industrial, haya mayor número de habitantes, ya sea porque aumenta la natalidad como porque la esperanza de vida se alarga.

Si tratas de determinar el número de individuos que viven en una región, un estado o una ciudad, puedes revisar ejemplos reales con características similares a las del lugar que estás diseñando. Tendrás que determinar el tamaño de la civilización y todos los aspectos que acabamos de nombrar, desde la extensión territorial, el momento evolutivo (desarrollo tecnológico), la calidad y esperanza de vida, entre otras cosas. Por ejemplo, a nivel de civilización, puedes tomar como referencia el Imperio Romano en su apogeo, donde se estiman entre 40 y 55 millones de habitantes (aproximadamente la población de España actualmente). En ese momento el Imperio Romano albergaba la mitad sur de Europa, la costa norte de África y oriente medio, mientras que sus territorios en Hispania (la Península Ibérica) contaban con aproximadamente entre 5 y 6 millones de habitantes. Si buscamos un ejemplo de una civilización medieval, por ejemplo, en el Siglo XIV (1200 años después del ejemplo anterior), la Corona de Castilla contaba con unos 4.200.000 habitantes; la Corona de Aragón con 850.000; el Reino de Portugal con aproximadamente 1 millón de habitantes; el Reino de Granada con 300.000 habitantes; y el Reino de Navarra con unos 120.000 habitantes. Si pretendes determinar la población de una ciudad, pongamos de ejemplo la ciudad de Córdoba, una de las más pobladas de Europa en el S. XI, con 450.000 habitantes, a diferencia de ciudades importantes castellanas como Toledo (37.000) o Valladolid (6.000) en el mismo momento.


Encontramos también ejemplos de índices poblacionales en civilizaciones y ciudades de fantasía populares, como en el caso de Canción de Hielo y Fuego, de J.R.R. Martin, donde el continente de Poniente alberga cerca de 39 millones de habitantes. Concretamente, en el Norte podría haber cerca de 3.500.000 habitantes; las Tierras de los Ríos, gracias a su fertilidad, podría albergar cerca de los 6 millones de habitantes; mientras que en las Islas del Hierro, de pequeña extensión y clima extremo, albergaría cerca de 300.000 personas; y Dorne, que es una región desértica podría contar con cerca de los 2 millones de habitantes (el análisis de población completo de Poniente aquí). Siguiendo el ejemplo de Poniente, encontramos ejemplos de índices poblacionales de ciudades imaginarias, como en Desembarco del Rey, que cuenta con medio millón de habitantes; o con Lannisport, con 250.000 habitantes.


Demografía dinámica


Todo lo descrito con anterioridad, hace referencia a momentos determinados de la historia. Ten en cuenta también el aspecto dinámico de la demografía, que está igualmente relacionado con todo lo descrito anteriormente, pero agregando la cuarta dimensión: el tiempo. Pude resultarte interesante describir cómo ha ido creciendo o menguando la población a lo largo de la historia de la civilización. Vas a tener que trazar una cronología propia a esta civilización, si no lo has hecho ya. Es posible que puedas dividir su historia en periodos, o que seas capaz de establecer cortes en su desarrollo, para atender a la situación de cada momento y definir la demografía. Así, puedes explicar la demografía desde un punto de vista evolutivo, atendiendo a los cambios transcurridos en tu civilización (desde un punto de vista geográfico, social o tecnológico). Repite el proceso que has hecho al describir la demografía estática, para cada momento de la cronología que consideres suficientemente relevante. Además, al atender al aspecto evolutivo, aprovecha para describir cómo influyeron las relaciones con otras civilizaciones en la demografía de éstas. Migraciones, largas guerras, uniones entre ellas… Todo puede modificar la demografía.
Por ejemplo, supongamos que estamos tratando de determinar la población de una civilización similar, desde el punto de vista social, político y geográfico, a los pueblos de la Península Ibérica. Como decíamos, cuando la conquistaron los romanos contaba con cerca de 5 o 6 millones de habitantes, cifra que se mantendría hasta el Siglo XVI, pues tras la conquista de las Américas, se estima que la población de la Corona de Castilla y Aragón ascendió a los 8 millones (probablemente gracias a los beneficios económicos que le supuso agrandar el imperio). Sería difícil determinar la cifra poblacional del imperio español en su mayor apogeo, debido a la dificultad para definiría a sus miembros, y de determinar los niveles poblacionales en América (que eran mucho más altos que en Europa en el momento de la conquista). La revolución industrial, que se extendió por Europa durante el Siglo XIX, haría terminar ese siglo con cerca de 15 millones de habitantes en España.


El aumento de la calidad de vida y los avances tecnológicos, y por tanto el aumento de la natalidad y descenso de la mortandad, han permitido que la cifra actual se encuentre entre los 40 y 50 millones. Y no es ajeno a nadie que la población sigue en aumento. Imaginemos cómo sería una España futurista del Siglo XXX, ¿cuáles serían las estimaciones más acertadas para esa época, con el desarrollo tecnológico esperado? Definitivamente, sería imposible determinarlo, puesto que desconocemos dicho desarrollo tecnológico, el límite sólo lo pone tu imaginación.



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