13 de agosto de 2010

Girasoles...

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Y por fin se hizo la luz… El Príncipe Assul corrió la roca, que cayó sobre la tierra seca, y una bocanada de brillo y aire entró en la gruta. ¿Cuánto tiempo podía llevar ahí encerrado? No tenía ni idea. Le acompañaban aquel semiorco y la pequeña U, que ahora estaba sentada en su hombro. Habían caminado cruzando la prisión subterránea, escapando de aquel infierno, hasta dar con aquella salida. Era medio día, y el sol estaba en lo alto, sin una sola nube, deslumbrando sus ojos acostumbrados a la completa oscuridad…

Los tres salieron y quedaron tendidos en la tierra de cultivo, seca y arenosa. El orco comenzó a olfatearla, y él a tomarla entre sus manos. Por fin eran libres de aquel lugar horrible que en ocasiones les había hecho perder la esperanza.

Cuando sus retinas se fueron acostumbrando a la claridad, y el brillo del día dejó de deslumbrarles, se vieron en un extenso campo de girasoles. La gruta comenzaba ahí, tal vez era una entrada vieja, olvidada ya y sin protección. Los girasoles crecían todos hacia lo alto, mirando descarados al sol, con sus tallos verdes y sus pétalos amarillos relucientes. Era un lugar precioso, y U se maravilló, pues no habría podido concebir un campo de flores como aquellas. Entonces, la Sirada se dio cuenta de que ésta era la primera vez que veía el mundo exterior, más allá de su charca y de su árbol consciente. Y le pareció mucho más bonito de lo que le habían hecho saber… Más allá del campo de girasoles comenzaba el bosque, donde debía ocultarse su charca en algún lugar soñado, y tras el manto de abetos y nogales oscuros, nacían las Altas Ered-Ilais. Aquellas montañas mostraban sus cimas nevadas, incluso para aquella época del año. Estaban cubiertas de ese manto verde oscuro, que se elevaba hasta perderse de la vista. Y en algún lugar de aquel bosque, aguardaba el Palacio Encantado de Ëndolin. Y ellos tres iban a encontrarlo.

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Este fragmento está extraido del Capítulo 8 de La Sirada.
Estos días estoy poco productivo, 
pero no quería dejar pasar esta visión que he tenido, 
de ese campo de girasoles sobre la prisión subterránea. 
Me pareció una bonita imagen para el momento 
en que por fin salen de ese lugar horrible y oscuro...

Lo que está claro, es que todo llega...

3 comentarios:

Iskandar dijo...

Qué buena la imagen Dr. Darka, con ese campo de girasoles por donde caminan estos singulares personajes. Me gustaría mucho ver publicado algún día tu mundo de personajes auténticos y personales, así que ánimo crack.

Un abrazo, y a ver si podemos vernos antes de que te vayas.

Iskandar dijo...

ah, se me olvidaba, ¡el color de la letra todo un acierto!

Cristina Puig dijo...

Que visión más chula Darka. Me gusta! Siempre aciertas con los nombres, ¿todos los inventas? mola:)

Besos

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