29 de octubre de 2008

La noche de Lyda

Lyda abrió los ojos en la noche y se encontró completamente a oscuras. Aun no se había dormido, llevaba un rato en la cama cuando sintió aquella brisa colarse bajo el umbral de la puerta, apagando la vela. La bonita muchacha no podía dormir sin una luz que le iluminara la oscuridad. La sensación de que algo siempre le acechaba en las sombras era algo que le venía persiguiendo desde que era niña, y contra la que ya se había dado por vencida. Simplemente no podía dormir a oscuras, no podía si quiera estar a oscuras. Le daba un miedo irracional, un pánico tal, que en ocasiones hasta le había hecho dudar de lo real y de lo que podía no parecer real…

Al sentir aquella sensación de ahogo, como si la oscuridad lo envolviera todo, apretándola, se levantó deprisa a buscar un pedernal y un eslabón con el que encender de nuevo la vela. Chascó apresuradamente hasta encender una antorcha, que le devolvió la seguridad a la cámara, y de ahí prendió la vela sobre la encimera.

Su pequeño hogar consistía en una estancia circular, con una cama, un baúl, un armario y una cocina improvisada junto a la chimenea. En el suelo, cubriendo el espacio que quedaba a los pies de la cama, bajo el baúl, una antigua alfombra, ya raída tras el paso del tiempo, que aun mostraba un escudo familiar olvidado: una Flor de Lis en terciopelo de plata gastada. Lyda, para evitar que se repitiera la intromisión, arrojó un trapo al umbral de la única puerta de entrada. Ahora la fría noche no podría colarse para dejarla de nuevo a oscuras…

Aquella noche Lyda durmió inquieta, sintiendo la presencia que acechaba, pero la mañana llegó pronto y pudo olvidarse de ella mientras el sol surcaba iluminando el cielo. Así vivía Lyda, disfrutando los días, viviendo el momento, y temiendo las noches, deseando que pasaran pronto.


(...)

17 de octubre de 2008

¿NC vs NEE?

Neurociencia Cognitiva o Necesidades Educativas Específicas...?¿

Éste ha sido mi gran dilema esta semana... (¿Por qué hablo en pasado?)
El master tiene dos itinerarios. Y debía elegir uno.
He hablado con profes, con significativos, he pensado mucho, y bueno... he decidido. Pero ya sabeis que yo rara vez estoy seguro de algo...
Cuántas veces me habrán dicho que no sé lo que quiero? No iba a ser menos cuando decido qué camino tomar en mi vida.

Pero no os mentiré. No nos engañemos. He elegido con trampa.
Oficialmente he elegido las NEE, he cogido asignaturas de Dislexia (y similares), TDAH (esta es en valencia!!), autismo, superdotados, etc... Y claro, el practicum del master irá orientado en este sentido. Me han hablado de talleres, de intervención con niños, de trabajar en terreno real, de ver y tocar.
Pero por qué he elegido con trampa?
Pues porque tengo la opción de matricularme de 80 créditos (en lugar de 60, que es el master) y hacer la DEA también, de cara a un futuro doctorado que aun no contemplo.
Haré las dos cosas, el practicum, y un trabajo de investigación. Decidido.

Hoy he terminado el primer curso. Cada curso dura una semana intensiva, por lo que si una semana no estás matriculado del curso que toca, la tienes libre. Así, no vuelvo a tener clase en 3 semanas!! mu heavy. Aunque ya he pedido ir al siguiente en calidad de oyente, pues trata sobre técnicas de recogida de datos: Neuroimagen y Potenciales Evocados, y me interesa mucho.
El curso que hemos terminado era: Introducción a la Neurociencia. Ha estado muy bien, me he visto muy suelto. Realmente he tenido muy poca materia nueva, que desconociera. Me he visto muy a la altura, y eso está bien, pero espero aprender más en los que vienen...


Bueno, basta del mundo académico.
Os cuento que hay un Concurso de Relato Breve en la Universidad, el día 23, al que me quiero presentar.
Es raro: vas a la biblio de la uni a lo largo del día y allí tienes que escribir un relato breve, de tema libre, y a mano... 2 hojas nada más.
Aquí eneis un enlace: V Concurso Universitario de Relato Breve (ULL)


Bueno, lo dicho, que no os leo, ni vengo mucho por aquí, porque no tengo internet a mano. Pero no sabéis cuááááánto lo echo de menos.

A la bruja del pelo azul, que yo también te echo de menos. Mucho.
He leido un relato que me regaló una persona especial, y me ha encantado...
A ver si te llamo.

1abrazo al que me haya leido!
Darka.

12 de octubre de 2008

El Pacto de Dristan con Gingoen

El guerrero asestó el último golpe del combate, acabando con la bestia. Tenía una herida en el pecho, que sangraba considerablemente, y en ese momento, se le fueron las fuerzas, y cayó abatido sobre el animal. Su hacha quedó erguida, como el mástil de un navío que naufraga, quedando en pie para marcar el lugar en que siempre yacerá. Dristan cayó exhausto, y al sentir contra su cuerpo la respiración de la bestia apagarse, se relajó con la seguridad de la victoria, y quedó profundamente dormido, casi inconsciente. Estaba en pleno bosque. Una enmarañada maleza de árboles retorcidos, cubiertos de musgo, y tremendos helechos y arbustos. Vestía un faldón, de un tono verdoso manchado, unas botas gruesas de piel de venado, y un camisón que colgaba raído, tan sucio que había perdido su color. Su barba dejada se manchó de la sangre del animal, un oso con un tremendo cuerno en la frente, que ya descansaba muerto. En ese momento tuvo un sueño.

Su camino había sido largo y duro, y no pensaba desistir ahora, aunque no por ello pudo evitar caer inconsciente. Había sido elegido entre grandes y valientes guerreros para desafiar al dragón, y no pensaba regresar sin haber logrado derrotarlo. Preferiría la muerte, o el exilio, antes que volver humillado. Su pueblo una vez fue próspero, pero sumido en la decadencia, tras la masacre de una guerra infinita, ahora lo esperaba con una última esperanza. Con un guerrero capaz de matar a Mëryl, el Dorado, el dragón que habitaba el Gran Volcán, serían capaces de terminar con los Orcgluds(*).

El sueño de Dristan en aquel momento fue revelador. Fue el impulso que necesitaba para sobrevivir al combate victorioso contra el oso cornudo. En él, se sintió bajando a los infiernos, y hablando con un poderoso demonio, que no podía ver. Su voz pareció sonar ronca en sus oídos. Provenía de todas partes, aunque él sólo veía la oscuridad de un lugar indescriptible.

- Mortal. Tu muerte ahora sería el olvido para un pueblo. Tú serás el que les devuelva la esperanza. Si decaes ahora, si te dejas vencer por la impotencia de este momento, jamás volverás a verlos con vida.

En el sueño, Dristan habló al demonio sin abrir la boca, como si sus pensamientos pudieran flotar más allá de su cabeza y éste los comprendiera.- ¿Qué es lo que me habla más allá de este lugar y del tiempo?- Dijo.

- Mi nombre no debe ser nombrado aun, mortal, y mi forma es algo que tal vez no estés preparado para comprender. Lo que digo, es lo que sé. Puedes confiar en esta voz que escuchas, o dejarte llevar con todas sus esperanzas...

- ¿Dónde estoy, y por qué sólo puedo escuchar tu voz en este silencio interminable?- Preguntó mentalmente el guerrero en su sueño.

- Estás en la falda de Gran Volcán, de camino a la morada de Mëryl, el Dorado. Mi voz en este momento de flaqueza, debe servirte de aliento, pues yo puedo hacer que logres tu mayor propósito.

- Voy a acabar con ese dragón.- Pensó sin querer Dristan.

- No podrás si mueres ahora, mortal. Debes levantarte y seguir tu camino.

Tanto Dristan como el demonio supieron entonces que aquello no era posible. El guerrero estaba completamente acabado. El combate con aquel oso cornudo había acabado con él. Deseaba levantarse, pero realmente no podía. Se sintió como si estuviera encerrado en aquel sueño, a al espera de terminar con todo. El final del camino, ante el deseo por regresar glorioso.

- Mortal, escúchame ahora. Yo soy el que puede hacer que te levantes, que continúes. Sólo debes darme una cosa a cambio.- Dristan se sintió interesado ante la posibilidad, y ambos lo supieron.- Dame el valor de tu alma, a cambio de mi favor. Pídeme en este momento cuánto desees, y yo me quedaré con tu alma tras tu muerte. Es un pequeño precio por la gloria. Por la esperanza de todo un pueblo. Por lograr tu mayor propósito.

Dristan, entonces, en su sueño, aceptó el pacto sin decir nada. Fue un sentimiento, un interés, que ambos comprendieron, y desde entonces estuvieron unidos para siempre. Aquel fue el peor error que el guerrero de las tierras altas podría cometer.

- ¿Qué deseas mortal, a cambio de tu alma?

- Deseo ser recordado para siempre. Deseo mi propia historia. Deseo que cuando haya muerto, otros cuenten mi cuento, y que así mi nombre perdure siempre...


Capítulo Primero de Lyda de Lis
Darka Treake





* Nota del 7 de agosto de 2005 del cuaderno que compré en Beijing, cuando supe por primera vez sobre los Orcgluds (adaptado para el blog):

Los Orcgluds son una raza que recuerda a los orcos, pero su piel es negra, y un espinazo les recorre la espalda, son encorvados y de afilados colmillos. Viven en los incontables túneles que ellos mismos han contruido en el Gran Volcán creado tras el Gran Cataclismo... Veneran al dragón Mëryl, el Dorado, el cual los desprecia aunque en ocasiones los utiliza... Suelen alimentarse de raices y hierbajos, pero disfrutan, como si de manjares se tratase, de las presas que cazan... Aquellos incautos que se aventuran a acercarse al Gran Volcán...
Los Orcgluds llevaban extrañas máscaras de guerra, que dan miedo a aquel que los mira. Lucharon contra la familia de los elfos que habitaron en Nilith y ahora quedan muchos menos.
El Señor de los Orcgluds era aquel que poseía el Medallón del Dragón, hecho con una de sus escamas, según cuenta la leyenda, de oro puro, entregado por el mismísimo Mëryl al designar a aquel que fuese su Primer Señor. Su nombre fue Umbduch, y desde entonces, ése ha pasado a ser el nombre de aquel que se convirtiera en dueño y señor de los Orcgluds.







.

3 de octubre de 2008

El Cuento de Lyda de Lis: Todo lo que tengo.

Hola!!
Os escribo directamente desde las Islas Afortunadas.
Llevo aquí cuatro días, y ya me siento como en casa. Aun no han empezado las clases, así que estoy disfrutando sin obligaciones ni responsabilidades de unos buenos primeros días.

Pero bueno, además de deciros que sigo vivo, aunque lejos, venía a hablaros un poco sobre el proyecto que llevo entre manos (aunque sería más apropiado decir que lo llevo en la cabeza, pues aun no he comenzado a escribir nada oficialmente).
Os hablo del Cuento de Lyda de Lis. Quería dejaros aquí un "todo lo que tengo". Esto es un pequeño resumen con las ideas que ya tengo sobre lo que será el cuento. Me sirve para organizarme yo, y para ir contándoos. Ahora bien, todo esto no son más que ideas en la cabeza, y por lo tanto, sujetas a cambios.

Os cuento:


Lyda de Lis era una muchacha preciosa, pelirroja, joven y muy sola. (Ya tendréis una descripción que supere las siete palabras más adelante).
Lyda estaba aprendiendo a canalizar y utilizar en su favor la magia mutable, pero aun tenía algunos problemas en ello: Era capaz de convertirse a voluntad en muchas cosas, o convertir unos objetos en otros, pero en ocasiones se le iba de las manos... Ocurría que a Lyda a veces le daban hipos repentinos, sin que pasara nada, salvo si tenía tres hipos seguidos... Entonces algo sucedía a su alrededor... Algo podía cambiar de forma repentinamente, pero en los peores casos, era ella la que se transformaba en un monstruo horrendo...

Lyda vivía en una pequeña casita, situada en la falda de un volcán habitado por un poderoso dragón llamado Mëryl, el Dorado. Muchos eran los valientes que se habían atrevido a enfrentarse al dragón, aunque ninguno aun había regresado de tal encuentro.
A Mëryl poco le preocupaban estos cazadores incrédulos. Él era tanpoderoso que se había enfrentado incluso a los Diosesen épocas remotas... Y sin ánimos de andar matando a aquellos valientes que pretendían darle caza, había hecho un trato con un demonio oportunista...
Gingoen, uno de los Demonios Resentidos de Orfgod, estaba sacando partida de todos aquellos pobres incautos que escalaban el volcán en busca de Mëryl. Cuando ya desfallecían en su busca del dragón, se les aparecia y les ofrecía un trato: Él les ayudaría en su causa, a cambio de que le vendieran su alma...
Y muchos habán sido los convencidos... Existía un lugar, donde todos aquellos cuya alma pertenecía a Gingoen, dormían en un sueño eterno y sujeto a los caprichos del demonio. Sus cuerpos se erigían transformados en estatuas de piedra, el últimos de los sarcasmos del caprichoso demonio...

Lyda, que le encantaba transformarse en pajarillo y revolotear remontando el volcán, una vez dio con ese lugar, y allí se encontró con todas aquellas estatuas de piedra.
De todas ellas, una le llamó la atención. Se trataba de la estatua de Dristan McKeltar, un guerrero de las tierras altas que había partido, incauto, a desafíar al dragón. Como los demás, había caido presa de las promesas de Gingoen, y ahora descansaba allí en forma de piedra.
Lyda se enamoró entonces de él, de su estatua, y de su historia. Y desde entonces acudía allí amenudo, y con su magia lograba transformarse en un sueño para la estatua de Dristan McKeltar, en el cual se convertía en un hada preciosa, y ambos hacían el amor...

Entonces, Lyda descubrió que su fantasía llegaría a su fin, ya que cuando aquella luna menguara por completo, Dristan perdería su alma, y ya no podrían volver a encontrarse en sueños.
En ese momento comenzó la cruzada de Lyda: Decidió reunir a las demás brujas y hechiceros para que le ayudaran a invocar a Gingoen, el Demonio Resentido imaginado en la Impotencia de Orfgod. Ella misma había hecho un pacto con él, si lo invocaba, el demonio permitiría que Lyda y Dristan estuvieran juntos para siempre...

En su cruzada por invocar al demonio, Lyda se encontraría con muchos y diferentes personajes: Mircea, la Señora que guarda la entrada; Lluvia, la Señora de la Tormenta; la hechicera Sanae; la bruja Lendaia; Genomo, el chamán duende; Gudrun, la bruja que habitaba el gran volcán; Murtagh, un gran hechicero que la ayudaría persiguiendo sus propios propósitos... Entre otros que me reservo...
Sé algo de algunos personajes. Sé poco de unos y más de otros, pero de ellos ya os iré hablando. No quiero extenderme mucho más.
Además, no quiero desvelaros tampoco el final que tengo en mente. El que me haya leído, sabrá que los finales felices y bonitos no son lo mío...

Este cuento es uno de los Resentidos, los cuentos que narran cómo fueron liberados en el mundo los terribles demonios que combatirían en la Guerra de la Roca tratando de arrasarlo todo en nombre de Orfgod... Pero ello pertenece ya a una historia aun más grandiosa, la de todo un mundo...


Pronto vuelvo con más!!!