29 de diciembre de 2006

Las Conchas de Medialuna: el desenlace

Por fin las Conchas de Medialuna ha terminado.
El desenlace de esta aventura de rol en que Eduard, Joao y Johan debían encontrar las conchas de Uahtémoc, tuvo lugar el pasado 27 de diciembre.


Si quieres consultar las entradas correspondientes a las dos primeras sesiones de juego, puedes hacerlo en estos enlaces:
- Las Conchas de Medialuna: La jornada pirata!!
- Las Conchas de Medialuna: Segunda sesión.


Esta tercera parte de la aventura comenzaba cuando ellos ya habían llegado a los Arrecifes de Medialuna. Allí, donde se ocultaba la Capitana pirata Mcwinn, se presentaron. Joao y Johan habían ido a hablar con ella, con todo su morro, a su mesa, en la taberna de Puerto Franco. Allí los dos le preguntaron por las conchas, sin más rodeos, y fueron hechos prisioneros, tras recibir una carcajada de la pirata por respuesta.
Los dos presos fueron conducidos a otro edificio de Puerto Franco, a una pequeña prisión que los piratas custodian. Hasta allí los siguieron Eduard y Marie Dadson, que los liberaron rápido. Entraron sin dilación a la prisión, y mataron a los 3 guardias. No me gustaria olvidar que hasta que llegaron Eduard y Marie, e irrumpieron matándolos, Johan se había pasado el rato cantando. De forma muy peculiar, por cierto. Los dos, al acercarse a la prisión, alcanzaron a esuchar unos chillidos estridentes que prendían tener ritmo...
Fue realmente divertido!!

Una vez los cuatro libres, regresaron a la taberna donde estaba Mcwinn, y esperaron fuera, para tenderle una emboscada cuando saliera. Estuvieron esperando largo rato, hasta que al fin, ella salió con sus cuatro guardaespaldas.
Los cinco piratas caminaron por la playa hasta llegar a otro punto de la ciudad, donde otros doce piratas los aguardaban.
Hasta allí los siguieron sigilosamente nuestros tres protagonistas, con Marie Dadson, la prostituta amante de Johan.
Entonces, todos los piratas bajo el mando de Mcwinn se dirigieron a la playa, y tomaron unos botes, para retirarse a su barco, el Freedom, amarrado en medio de la bahía.

Nuestros protagonistas esperaron a que los primeros botes se hubieran alejado de la playa, y atacaron al último, matando a sus cuatro tripulantes. Entonces, ante la duda de si tomar el bote y perseguir a Mcwinn hacia su barco, o si dirigirse de vuelta al City of Belfast a por refuerzos, terminaron yéndose, pues los piratas de los otros botes comenzaron a dispararles desde el agua. habían sido avisados por uno de los que ya había caído, que antes de morir, había lanzado un grito de socorro mar adentro.
Nuestros personajes, sin poder ver los botes que navegaban en la bahía, en medio de la noche, y que habían dado la vuelta para perseguirlos, huyeron hacia los edificios, aunque algunos de los disparos los alcanzaron.
Todos recibieron alguna herida, pero así como pudieron, alcanzaron los edificios y se ocultaron en la prisión, donde ya habían estado.
Hasta allí los persiguieron los piratas, buscándolos. Uno de ellos incluso llegó a asomarse dentro de la prisión, pero debía ser un poco corto de miras, pues nuestros personajes lo engañaron, y éste se marchó convencido.

Entonces pudieron descansar. Dejaron que pasara toda la noche, y Johan y Eduard, con conocimientos de cirugía y primeros auxilios, lograron enmendar algunas de las heridas inflingidas.
Antes del amanecer, apareció un guardia pirata en la prisión, su escondite. Y nuestros personajes, al ser sorprendidos, lo mataron. Entonces decidieron que había llegado el momento de ir al barco a por William Jason y refuerzos.

En el camino, subiendo el peñón del cabo oeste de la bahía, vieron al sol surgir tras el horizonte, más allá del arrecife. Arriba, custodiando el faro, había dos piratas, de los cuales se libaron pronto.
Entonces descendieron hasta el City of Belfast, que aguardaba fuera de la bahía.
Nuestros personajes, junto a William Jason, trazaron un plan, y marcharon al ataque.

Un rato después, el City of Belfast abordaba al Freedom de la pirata Mcwinn, en la bahía. A bordo todos dormían, y el comienzo del abordaje fue muy silencioso y cauteloso.
A los piratas de cubierta los mataron disparándoles flechas certeras, y cayeron pronto. Así, los hombres del City of Belfast abordaron el Freedom.

En cuestión de minutos, comenzó el combate. El que alertó a la tripulación pirata fue uno de los que estaban apostados en el castillo de popa, cuando Joao se acercaba, disparó, y ya todos supieron a bordo que algo pasaba.
Varios piratas comenzaron a salir a cubierta, y la lucha se volvió encarnizada.

A todo esto, nuestros protagonistas se fueron separando entre la refriega. Johan y Marie estuvieron un rato en el castillo de popa, disparando a los piratas del Freedom que iban apareciendo en la cubierta de proa. Mientras, Eduard subió al castillo de proa, para regresar a la cubierta después, allí luchó con espada en mano contra los piratas de Mcwinn. En su ayuda acudió Joao, desde el castillo de popa. Cuando estuvieron libres, después de desahacerse de algunos enemigos, se metieron en los camarotes de popa. Dieron con un pasillo, del cual precisamente estaba saliendo ella!! La Capitana pirata Mcwinn!!
En ese momento, ella ignora a Joao, que va delante, y se sorprende al reocnocer a Eduard.
Al verle, ella huye a su camarote, al final del pasillo. En su lugar queda uno de sus matones, del cual Joao se libra pronto.

Una vez libres los dos, Joao se dirige hacia el camarote de Mcwinn, y Eduard hacia una puerta a la derecha, que tras bajar unas escaleras le lleva a las cocinas de a bordo. Allí libraría un combate desigual con un fuerte cocinero, que murió rápido.
Mientras, Joao es sorprendido por Mcwinn, que la encuentra apuntándole con una pistola, en sus aposentos. Él se tira al suelo, para esquivar un disparo que no llega aun. Se tira tras la cama y una mesa, ocultándose de ella y la pistola. Pero la pirata se sube en la cama, y desde arriba le sigue apuntando. Tan sólo le pregunta por su amigo, por Eduard... Los dos ya se conocían!!
cuando ella baja de la cama, junto a él, Joao intenta atacarla desde el suelo, pero ella le dispara, hiriéndolo en el hombro. Entonces él, mal herido, cede y se levanta, para ayudarla a encontrar a Eduard, que está abajo, luchando con el cocinero.

Al llegar a lo alto de las escaleras, Joao se encuentra a Eduard, que está subiendo de las cocinas de a bordo. La escena se ralentiza cuando, para colmo, al otro lado del pasillo, aparece Johan, que viene desde cubierta. Entonces, Mcwinn, viéndose acorralada, empuja a Joao escaleras abajo, y él y Eduard caen sin remedio. Entonces ella, diestra, desenfunda su espada y asesta un golpe a Johan, expulsándolo del pasillo, de vuelta hacia cubierta.
Allí éste caerá directamente en los brazos de William Jason, que también se acercaba.

Mientras, dentro, Mcwinn baja a las cocinas, donde están Joao y Eduard. Y allí lo reta, llamándole hermano...
Eduard y Mcwinn eran hermanos!! Hasta entonces, nadie lo sabía...
Justo en las ecsaleras, arriba, aparece Jason, y Mcwinn, valiente, desenfunda otra espada, y con una en cada mano, diestra, reta a todos. Primero se encarga de nuestros personajes, que están en la cocina, empujándolos para evitar su ataque, después sube las escaleras y ataca a William Jason, que, incapaz de evitarlo, cae mal herido al suelo en el pasillo.

En ese momento, Mcwinn reta a su hermano Eduard, y se va hacia cubierta. Allí librarían su combate final, pero él, mal herido, decide no acudir al reto.
Él se queda en los camarotes, y ella es perseguida por Johan y Joao.
Una vez en cubierta, ambos se separan. Johan ve a Marie Dadson que está en el suelo, herida, y acude a ayudarla. Y Joao persigue a Mcwinn, hasta el castillo de proa, donde luchan. Él resulta herido de nuevo, pero ella no lo mata, a pesar de tener oportunidad...
Entonces la pirata, viendo que su hermano no viene, regresa a sus camarotes para atraparlo.

Antes que ella, Johan llega al pasillo que conduce a los aposentos de la capitana Mcwinn, está llevando a Marie, que está inconsciete. Allí se encuentra con Eduard, y ante la sopresa de todos, éste lo ataca.
Sí, Eduard atacó a Johan, sin piedad, en el pasillo, mientras el violinista cargaba con su querida Marie.
Eduard era un traidor!!
Primero Johan soltó a Marie, que cayó al suelo, he impidió el ataque de Eduard. Éste lo calmó, diciéndole que por qué lo atacaba. Volvió a tomar a Marie, y Eduard volvió a atacarlo. Pero esta vez... Esta vez el ataque alcanzó el cuerpo de Marie. La espada de eduard se clavó profundo, y ella murió en el acto.
Marie Dadson murió entonces, en los brazos de Johan, asesinada por Eduard Mcwinn.

En ese momento aparece la pirata en el pasillo, Johan aprovecha para huir hacia el camarote, y Eduard se prepara para combatirla, aun mal herido.
Ella le dice, sin piedad, que si ha venido a por su barco, que jamás lo conseguirá. El Freedom es suyo, y que si hacía falta, ella lo mataría, como ya había con el padre de ambos.

Ella arremete primero, y él cae, entonces, en su ayuda, acude William Jason, que estaba por allí aun, moribundo. Él logra tumbar a la pirata, que cae sobre Eduard, a las puertas del camarote. En ese momento, ella le dice otra vez a Eduard que lo va a matar, como a su padre. Se lo dice al oído, casi mejilla con mejilla, en el suelo como están. Pero él, sin pensarlo, le clava su espada en el costado, y ella, sin creerlo, muere sobre el cuerpo de su hermano menor...

En ese momento, una cadenita asoma de entre los ropajes de ella, desde el cuello, y a él cuelga una llavecita que Eduard ya conoce. La arranca y va a su camarote, donde encuentra a Johan, que tiene en sus manos una cajita de madera de caoba.
Eduard lo amenza con matarlo, incluso va a atacarlo cuando aparece William Jason e interpone su espada entre ambos, salvando a Johan. Entonces, le quita la caja y se la da a Eduard, que la abre y encuentra las conchas...

Por fin tienen el ansiado tesoro que buscaban... Las conchas del Rey maya Uahtémoc.
Entonces, llega el momento de la gran decisión. El momento de desvelar el secreto tan ansiado: Eduard Mcwinn venía buscando las conchas por sus propias razones. Su padre había sido un famoso pirata en otros tiempos, pero murió cuando él era joven, y su hermana, ahora muerta, se había hecho con la capitanía del Freedom. Y a Eduard lo habían alejado del barco.
George Mcwinn, su padre, había vivido obsesionado con las conchas, y al morir su esposa, durante el parto de Eduard, él decidió que las conseguiría para regalárselas, lanzándolas al mar donde su cuerpo había sido arrojado.
Pero nunca se hizo con ellas. Tras su muerte, fue arrojado al mar, en el mismo sitio que su esposa antes, en algún punto secreto de los Arrecifes de Medialuna.

Ahora, Eduard y William Jason, que por cierto formó parte de la tripulación de George Mcwinn, van a hacer lo que éste quiso siempre hacer: Arrojar las conchas a su lecho marino, a su eterna tumba, donde ambos, los padres de Eduard, duermen para siempre...


Así ha terminado nuestra gran aventura: Las Conchas de Medialuna.
Creo que ha sido un éxito y que hemos disfrutado mucho jugándola.
Peronto colgaré en el apartado de Escenarios y Aventuras el archivo de Las Conchas de Medialuna para que quien quiera pueda descargarla y jugarla, o simplemente leerla.

Sobre todo, quiero agradecer estos tres buenos ratos a mis cuatro jugadores:
Joao Riveiro, Alex.
Johan Von Crustis, George.
Eduard Mcwinn, Dreu.
Y Josephine, Bea, aunque sólo participara de la primera sesión.

28 de diciembre de 2006

Gaialisis: Terremoto en Taiwan y las culturas nómadas de Siberia

He decidido que voy a dejar de escribir dos blogs, porque me centro en este y Gaialisis lo tengo abandonado.
A pesar de ello, me parece que la idea de ese blog es muy buena, y por ello, voy a continuar con la labor que ahí llevaba a cabo, pero aquí, en el Blog de la Leyenda de Golöel.

En Gaialisis, para recordároslo, escribíamos sobre las consecuencias del cambio climático, y las sacudidas que el planeta "sufre". Claros ejemplos de ello fueron el dramático tsunami en el sureste asiático de 2004 o el Katrina, el fuerte tornado que sacudió la zona de Nueva Orleans.
Podéis consultar ese antiguo blog aquí: Gaialisis.

Para comenzar con la nueva época de Gaialisis, en este blog, os hablaré de dos situaciones. Una, la primera, es algo puntual y terrible, el terremoto de hace 2 días en Taiwan. La segunda, es la manera en que el cambio climático está afectando, de un modo directo, a los modos de vida de una de las culturas nómadas que habitan en la fría Siberia: los nenets.


Anteayer, 26 de diciembre, a las 20.26 (hora local), se originó un terremoto de 6.7 en la escala Richter a 22 Km de Heng-chjun, al sur de la isla de Taiwan. El terremoto tuvo una segunda réplica de 6.4 en la escala Richter.
Tras ambas sacudidas, cupo la posibilidad de que se originara un tsunami de iguales proporciones que en el año 2004 en indonesia, pero las autoridades lo descartaron después, viendo que tan sólo se formó una ola de un metro.

En el terremoto han muerto 2 personas y ha habido numerosos heridos y desaparecidos.
Además, el seísmo ha afectado a varios sistemas de cable submarino en Asia. Como resultado, varios países están sufriendo problemas de acceso a internet y a telefonía. Algunos de los países afectados son China, Filipinas, Indonesia, Singapur y Tailandia.

Este terremoto ha ocurrido en el aniversario del seísmo que acabó con la vida de más de 200.000 personas en 2004, del que ya hacíamos referencia antes...


Los nenets son una de las minorías étnicas que habitan las regiones polares del norte de rusia. Se trata de una cultura nómada que alcanza las 34.000 personas. Viven del pastoreo y la caza, principalmente de los renos. Antes los cazaban, pero han terminado por utilizarlos como medio de transporte, alimentación y para la obteción de sus pieles.
El estilo de esta tribu indígena de Siberia, se basa en el viaje perpetuo, recorriendo aquellas tierras polares. Resulta que en los últimos tiempos, los recorridos que antes seguían, están cambiando. Debido al calentamiento global, muchas de las zonas por los que estos nómadas transitaban con sus renos, ahora son intransitables. Los lagos que debían estar helados en invierno, ya no lo están, y se ven obligados a rodearlos para no caer en ellos.
Lo más increíble, es que esto viene pasando en los últimos años. No hablamos ni siquiera de que por donde antes pasaran los padres, ahora ya no pueden ir sus hijos, sino que los mismos nenets que antes iban por ciertos recorridos, se han dado cuenta de que ya no los pueden recorrer.
Los caminos están cerrados, se ven desviados.

El calentamiento global es un problema que está dejando ver sus consecuencias ya mismo. Hoy se pueden ver, tocar y sentir. La vida de mucha gente ya está cambiando.
Es un pronblema al que enfrentarse, sin más demora.


Además, quería deciros un par de cosas más:
- He encontrado una noticia de princpios de octubre en que decían que, según expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los últimos datos tomados por satélites de la Agencia Europea Espacia (ESA) y la NASA indicaban que el tamaño del agujero en la capa de ozono sobre la Antártida había alcanzado un nuevo máximo histórico. Lo que significa que, en estos momentos, “hay menos ozono sobre la Antártida que nunca”.

- El pasado mes de junio, Richard Weber, un expedicionario, alcanzó el polo norte geográfico logrando un duro objetivo al atravesar aquella fría región de Canadá. Al llegar allí, debía regresar, pero esta segunda parte del viaje se vio frustrada, pues los equipos de rescate no pudieron asegurarle que acudirían en caso de problemas. Y ello debido a la fina capa de hielo en quella región.
Richard Weber dijo: “Sinceramente, no creía que alguien caminando sobre el hielo pudiera ser testigo de los efectos del cambio climático. Sin embargo, puedo asegurar que este hielo y el que encontré hace veinte años no es el mismo. Incluso el tiempo iba un mes adelantado: marzo era como abril, abril como mayo".

20 años... Esto hay que pararlo ya.


Fuentes:
- Tierraspolares.es
- Terra - actualidad
- elpais.es
- Yahoo noticias

25 de diciembre de 2006

¿Cómo alcanzar las estrellas?

¿Cómo?
Algunos creen que pueden, y estoy con ellos.
Sólo hay que encontrar la forma. El camino...


He caído en un blog muy interesante, y del que aquí me gustaría hacer mención.
Es un blog dedicado a la astronomía, y como a mí me apasiona, me alegra encontrar gente que, además, le dedica esfuerzos y tiempo.

El blog es: Alcanza las estrellas.

Ya he puesto un enlace permanente en Otros Mundos, para que cuando queráis, podáis visitarlo desde aquí.

Desde mi mundo, a las estrellas...

23 de diciembre de 2006

Planta baja. 05.13 horas.

Las entrañas de Teth Nolin


- ¿Estáis seguros de querer entrar aquí?- Dijo Eledar aun desde el umbral, a las puertas de ese oscuro pasillo abovedado.
- ¿Qué hacemos sino? ¿Esperar a que nos reciban?- Agenon habló desde el interior, sin siquiera mirarlo. Caminaba despacio, y era el que estaba más adentro, a la altura de la primera puerta, a la derecha.- Aquí no vive nadie...
Tras él iba Aladär, y después Sofio.
- Sí, es aquí.- Respondió el tercero, seguro de lo que decía.- Haya alguien o no, sé que es aquí.

Ninguno se atrevió a responderle, y Eledar, resignado, entró en la inmensa torre. El pasillo cada vez estaba más oscuro, tan sólo llevaban por luz una vela de las que habían encontrado en el caballo. Agenon se acercó a la puerta, para escuchar, pero no oyó nada. Los otros tres lo alcanzaron, y Aladär habló susurrando.
- A ver... Cuatro puertas. ¿Vamos a entrar por la primera? Aquella es más grande.- Esto último lo dijo señalando, aunque su dedo casi no se veía entre la penumbra.
- Yo probaría por esta... ¿Por qué no?- Agenon seguía a la escucha. Pero nada.
- Bien, pues abre, ¿o piensas llamar?- Dijo sonriendo Eledar.
Y Agenon, con desdén, lo miró muy serio y llevó la mano al pomo de la puerta, y la abrió de golpe. La madera chocó contra la pared de piedra, descubriendo otro pasillo, aunque más estrecho. Totalmente oscuro...
Agenon le quitó la vela a Aladär, y entró. Aun miraba fijamente a Eledar, desafiante. Una vez dentro, se iluminó pronto, no era más que un pasillo de unos cinco metros que, de nuevo acababa en otra puerta. Aunque éste, a cada lado, tenía dos entradas, hechas de barrotes de acero. Eran celdas... Cada puerta tenía una buena cerradura que impedía su paso.
Agenon, sin mirar a sus compañeros, avanzó hacia la puerta de salida, al otro lado, echando un vistazo en cada celda. Estaban vacías.
Al llegar a la otra puerta, paró a escuchar. Silencio...
- ¿Estáis listos? No sabemos qué nos podemos encontrar al otro lado...-Su voz sonó baja, pero firme.
- Lo estamos.- Respondió Aladär, y a esas dos palabras le acompañaron el lento chirriar de las espadas al desenvainarse. Agenon abrió la puerta, con espada en mano, y al ver lo que había en aquella habitación, se detuvo en seco, sin dejar pasar a los demás...



Extraído de Las entrañas de Teth Nolin, capítulo IX del Cuento de Siläe
Memorias Olvidadas
Darka Treake
www.modt.net

20 de diciembre de 2006

La criatura grotesca y rosa


El tremendo orco quedó agachado y escuchando tras la puerta, a la espera. Su gran equipo de batalla tintineaba con el chocar de las placas y armas, y sobre su brazo, un diminuto demonio de color rosa, de una forma grotesca y colmillos afilados, se mantenía muy quieto...

* * *


- Sí, maestro. Todo bien, como siempre. Ya lo tiene.- La voz gutural del orco sonó grotesca en los aposentos del brujo, y sintió como la criatura rosa que se le agarraba al brazo se estremecía. Hasta ella le tenía miedo...
* * *

L’Caor asintió, y caminó hacia atrás hasta llegar a la puerta. La abrió, y salió de aquellos aposentos, a donde odiaba ir. Ya más aliviado, se ajustó su tremenda espada al cinto, y acarició a esa bestia diminuta que le rodeaba el brazo. Entonces, bajó las escaleras, hacia el nivel inferior...


El capítulo VIII del Cuento de Siläe, El tremendo orco, ha cambiado. Con ello, comienzo el Glosario de personajes, con éste mismo, con L'Caor, hablándoos de él y de esa criatura grotesca y de color rosa...

Podéis verlo aquí: Glosario de personajes del Cuento de Siläe.



Además, quería añadir algo, que por otro lado, no tiene nada que ver.
¿Quién se acuerda de aquella serie de dubujos, Transfomers?
Eran vehículos que se transformaban en robots, ¿Sí?

Pues en abril llega la película.


Para más información, aquí: Trasnformers.

18 de diciembre de 2006

El Cuentacuentos: El sábado comenzará...

El sábado comenzará la construcción. Ya está todo listo, los primeros cimientos se hicieron fuertes y profundos, y yo creo que todo el edificio será firme y resistente. Se elevará alto, pues jamás llegará a terminar su construcción... Nacerá, con su base circular, abarcando un buen territorio, pues será bien alta, vista desde todo el gran valle. Por ello, éste es el lugar elegido, la mejor defensa, una isla en medio del mar. En esta isla que flota y que se deja navegar al antojo de las mareas. La altísima torre albergará el conocimiento de todos aquellos que quieran ser recordados, y que aquí guarden sus recuerdos. El interior será una inmensa biblioteca, donde nosotros mismos iremos cuidando los innumerables tomos de libros, manuscritos y cuentos que se guardarán. Con todo ese conocimiento se formará él. Un conocimiento enriquecido por todos los que deseen permanecer recordados en la historia, y que se atrevan a guardar en esta inmensa biblioteca sus escritos. Todos ellos serán recordados. Y estos recuerdos, de sus palabras y sus sueños, él tomará forma. Nosotros mantendremos la defensa de la torre y cuidaremos que todo esté bien cuidado, reunidos de diferentes razas y lugares de procedencia. Lo debemos, y lo haremos. Él nos guió hasta aquí, sin saber cómo... Y aquí estaremos hasta que nuestra estirpe aguante, esperando a aquellos soñadores que, con sus escritos, quieran venir a ofrecérnoslos. Nuestras estanterías se irán llenando con sus recuerdos, y así, él irá creciendo. La torre, en continua construcción, será su hogar y nuestro templo. Alcanzará a ser el punto más alejado de la tierra, y el más cercano a la luna... Desde allá, a lo alto, él podrá verla cuando pase por las noches. Ya puedo verlo, en esa cima imaginaria, de nuevo contento...
La Torre del Recuerdo
Memorias Olvidadas
Darka Treake


Por fin he escrito este relato, aunque, admito, fuera de tiempo. Pero bueno, más vale tarde que nunca!
Además, querría felicitar a El Cuentacuentos por nuestro nuevo lugar de reunión. Muy buena página.

Darka.

Más cuentistas en www.elcuentacuentos.com

16 de diciembre de 2006

Glosario de personajes del Cuento de Siläe.

Última actualización: 25 de octubre de 2007.


He aquí el Glosario de personajes del Cuento de Siläe.
En el se os hablará a cerca de todos los personajes del cuento.
De momento, tan sólo os nombraré aquellos que ya han aparecido en la historia...

Gelghar, el padre de Siläe.

Elëda, la madre de Siläe.

Aladär, el primer oficial de Gelghar. Uno de los diez más valientes de Düredar.

Sofio, el adivino y amigo de Gelghar. Uno de los diez más valientes de Düredar.

Uüran, el que muerde. Uno de los diez más valientes de Düredar.

Iente, el Hilite. Uno de los diez más valientes de Düredar.

Assan, el que pasó su última noche en la ciudad festejando que se marchaba... Uno de los diez más valientes de Düredar.

Ërathar, el pretendiente de Siläe. Uno de los diez más valientes de Düredar.

Ëlar, el abuelo de Eledar.

Eledar, uno de los diez más valientes de Düredar.

Agenon, el traidor. Uno de los diez más valientes de Düredar.

Lagar, el Señor de los Üdos. Uno de los diez más valientes de Düredar.

Gledor, el preso liberado. Uno de los diez más valientes de Düredar.


La dama negra.


Fillan, el cuidador del bosque de Benelia, Loth-Darien.

La Reina del bosque de Loth-Darien.

Ïlandir, Príncipe de Loth-Darien.


Azarus, gran brujo de Teth Nolin.

Miär, el loco. Uno de los aprendices de Azarus, gran brujo de Teth Nolin.

L'Caor, es un tremendo orco que sirve al Gran Brujo de Teth Nolin, es, de hecho, su primer oficial. Es un orco negro muy corpulento, que sobrepasa la talla normal para un orco, incluso para los de su especie. Por ello, es temido por todos, y está al mando del ejército. Con él siempre va una criatura horrenda. Un pequeño demonio que siempre lleva encadenado a su muñeca izquierda. Es un ser malévolo y horripilante, que siempre tiene ansias de matar y devorar. Es totalmente sumiso a L'Caor, y le ayuda en el combate, pues es un fiero guerrero. El pequeño demonio es rosa y grotesco, bien feo y con los dientes afilados. Fue un regalo de Azarus, su maestro.

Leviassan, Gran Jefe hobgoblin de Teth Nolin. Tiene la Llave de su propia celda.

Scropolo, el necrófago, el enviado de Ssuhl, el Dios Muerto. Un invitado de Azarus al acontecimiento.

Siläe, la doncella de Düredar...



A cerca del Cuento de Siläe, también puedes ver:

Breves notas del autor...

Voy a hablaros de los personajes del Cuento de Siläe. Son muchos y muy variados, y para que podáis seguir la historia y, sinceramente, para mí también, voy a ir haciendo un Glosario en este mismo blog, donde os hablaré de todos ellos.
Este glosario estará incluso en el mismo cuento el día lejano en que tome su forma en papel. Será un apéndice al final del cuento.

Ya he hablado de algunos, y con ellos empezaré este glosario. Pero iré añadiendo más a medida que vayan apareciendo, de manera que iré modificando ese post. Podréis ver que ha sido actualizado en la fecha que aparecerá junto a su link, en el índice de vuestra derecha.

Me temo que con este glosario de personajes corremos el riesgo de revelaros información acerca de los personajes antes de que debáis saberla por la historia. Lo siento. En realidad, este glosario sirve de apoyo a la historia, como digo estaría al final del cuento, así el lector podría consultarlo cuando quisiese, aun corriendo este riesgo...

De momento comenzaré con los personajes de los que ya os he hablado, pero hay muchos más, que aun no concéis. Todos aquellos que los cuatro más valientes de Düredar se encontrarán en su búsqueda de Siläe, que ya los ha llevado a la Torre de Teth Nolin... Todos ellos están aun en mi cabeza o en mis notas, pero pronto irán surgiendo...

Además, me gustaría añadir aquí, que este cuento va a ser contado en tiempo real. La Primera Parte ya está escrita, y ahora estoy con la Segunda. Desde la llegada de los más valientes de Düredar a la Torre de Teht Nolin en adelante, será contado indicando el lugar y el momento precisos cuando comienza la escena. Para que se entienda bien, el capítulo VIII, El tremendo orco, comienza en la décimo cuarta planta, a las 04.58 horas.

En cuanto al tiempo, nunca se llegó a saber con exactitud cuando transcurrió este cuento. Se situa la llegada de esos cuatro valientes a Teth Nolin en algún momento del año -1253.
Siendo así, os lo contaré todo, como ocurrió, indicando la hora que era en ese momento, como ese capítulo, a las 04.58.
Lo de indicaros la hora es sólo una manera de guiarnos, y situarnos en el tiempo. Teniendo en cuenta eso, el lector debe saber que la Torre de Teth Nolin está en los Páramos de las Estrellas, el extenso desierto en que siempre es de noche.

Sí, durante todo el cuento, es de noche.
Imaginémosnos allí, explorando una torre perdida en el desierto, completamente a oscuras las 24 horas del día.
Era una torre sin ventanas... ¡Ahí dentro no podían ver nada!


Bueno, hasta aquí un poco de explicación del cuento.
A continuación, os presento algunos enlaces sobre el Cuento de Siläe:

- Glosario de personajes del Cuento de Siläe.
- El Cuento de Siläe.
- Las Guerras de la Luna. Para situarlo en los acontecimientos del tiempo.
- Novedades. Donde os voy mostrando las novedades del cuento.


Memorias Olvidadas
Darka Treake

15 de diciembre de 2006

Lo insignificantes que somos en el universo...

He recibido un mail muy interesante. Normalmente los forwards no los abro, directamente los elimino, pero hay algunos, según el asunto o dependiendo de quién me lo envíe... que lo miro.
Este he tenido que verlo, pues el asunto era el título de este post, aunque en inglés.

En el mail aparecían las fotografías que yo os presento más abajo, una detrás de otra, como aquí, para que nos hagamos una idea de lo que es la Tierra en el universo.
Decía, con mucha certeza, que la mente humana no estaba preparada para comprender lo que éramos en el universo, pues la escala es demasiado grande...

Mirad, en esta primera fotografía, se muestran los planetas rocosos de nuestro sistema solar: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte y además, Plutón (no entraremos aquí en el debate, esto debió ser hecho antes de que Plutón dejara de ser considerado planeta).




Como vemos, la Tierra es la más grande de ellos.

Ahora bien, si ponemos todos los planetas de nuestro sistema solar en la misma fotografía, a escala mucho mayor, vemos que los ganadores en volumen son Júpiter y Saturno, seguidos de Neptuno y Urano, los planetas gaseosos. La Tierra, para que comparéis, es el quinto en tamaño, situada debajo de Urano.




Ahora, añadamos en la fotografía al Sol, fuente de alimentación de nuestro pequeño microuniverso que es el sistema solar. Para ello, hemos de aumentar la escala aun más, como se ve en al fotografía.




Sí, la tierra es ése que está señalado... El cuarto puntito. ¿Ridículo?
Salgamos de nuestro sistema solar y pasemos a comparar los soles. ¡Pero no olvidéis lo que es el Sol con respecto a la Tierra!

En la siguiente foto aparece nuestro Sol junto a otros tres: Sirius, Pollux y Arcturus. Sí, el Sol es el primero, el señalado... Así que imaginad los planetas, no se pueden ver. La letra pequeña dice que en esta foto Júpiter, el mayor de nuestros planetas, no es más que un pixel de la imagen.




Para terminar ya, comparemos con más soles del universo. Rigel, Aldebaran, Betelgeuse y Antares son aun mucho mayores que nuestro sol. Y no son más que algunas de las infinitas estrellas que hay en el universo...




A esta escala, ¿cómo dibujaríamos la Tierra? Imposible...
¿Y a uno de nosotros?
¿Qué somos?
Es impresionante intentar ver las cosas como son, eh? Nosotros estamos ahí, perdidos en algún lugar recóndito del universo, y nos creemos algo. No somos nada. Un desliz de la naturaleza, que se le ha ido de las manos, por cierto...

En el mail comparaba el hecho de que nosotros, los humanos, entendamos cómo es el universo, y lo que somos nosotros en él, con lo que sería explicarle a una hormiga la inmensidad de internet...

Es de risa...

12 de diciembre de 2006

Décimo cuarta planta. 04.58 horas.

El tremendo orco


El tremendo orco quedó agachado y escuchando tras la puerta, a la espera. Su gran equipo de batalla tintineaba con el chocar de las placas y armas. No se oía nada tras la puerta, y se levantó, quedándose después muy quieto. Entonces escuchó sus pasos acelerados sobre la madera, hasta acercarse, justo al otro lado de la puerta, a escasos centímetros de él. Tras un suspiro inquietante, el tremendo orco dio la vuelta, y, tratando de no hacer ruido, caminó hacia las escaleras.
Una vez abajo, en la estancia inferior, anduvo despacio hasta el anciano que se sentaba a una mesa al otro lado de la habitación. Ésta era semicircular, y estaba iluminada por un precioso candelabro, sobre el escritorio del viejo. El orco llegaba por detrás y el viejo estaba con la cabeza apoyada en la mesa, sobre sus brazos y la máscara. Desde donde él lo miraba, alcanzaba a ver unos cuernos que le sobresalían hacía la espalda. Debían proceder de alguna cabra, pues eran retorcidos y puntiagudos, naciendo ahora en su máscara. El tremendo orco nunca se había atrevido a preguntarle a su maestro por aquellos cuernos, siempre se quedaría con la duda.
Al llegar hasta él, se detuvo a escasa distancia, y el viejo se enderezó. No lo miró, a pesar de que llevaba la máscara puesta, y bajo ella habló con su voz sorda.

- L’Caor, ¿Cómo ha ido? Has tardado.
- Sí, maestro. Todo bien, como siempre. Ya lo tiene.- La voz gutural del orco sonó grotesca en los aposentos del brujo.
- Bien... Entonces, ahora, ya sabes lo que tienes que hacer.
- Sí, maestro.
- Baja a ver qué está ocurriendo. No quiero complicaciones ahora. Estamos muy cerca de conseguirlo, y no vas a dejar que nada lo impida.
El orco bajó la mirada al suelo, tan sólo por un segundo, y volvió a mirar a su maestro, que se estaba girando. Su silla sonó al moverse, y se detuvo ante el ruido, para evitarlo. Tras esa máscara, ahora ya le miraba.
- Quiero que bajes hasta el nivel más inferior, y que averigües qué es lo que pasa. Quiero que te cerciores de que no hay nada extraño en ninguno de los pisos de la torre.
- Sí, maestro.
- Y si es ella otra vez... No vuelvas a tener piedad. No la escuches, mátala en cuánto la veas.
Por la emoción contenida, esta vez el tremendo orco no se atrevió a responder, ni siquiera con un “sí, maestro”. Haría lo que le pedía. Él mismo estaba deseando matar a esa bruja condenada.
- Entonces ve,- Dijo el viejo tras aquella máscara grotesca.- y vuelve con buenas noticias.

L’Caor asintió, y caminó hacia atrás hasta llegar a la puerta. La abrió, y salió de aquellos aposentos, a donde odiaba ir. Ya más aliviado, se ajustó su tremenda espada al cinto, y bajó las escaleras, hacia el nivel inferior...


El tremendo orco
Capítulo VIII del Cuento de Siläe

Memorias Olvidadas
Darka Treake

7 de diciembre de 2006

La Torre de Teth Nolin. 04.58 horas.

Cuatro de los diez más valientes de Düredar


Los cuatro hombres llegaron frente a la torre. Era increíble. Esa altísima torre estaba ahí, en mitad del desierto, en mitad de la nada. Torre solitaria, perdida en la inmensidad de aquel árido lugar, donde siempre era de noche. Siempre. Los cuatro permanecieron frente a una gran puerta, a cierta distancia, como por precaución. Y es que imponía, ahí, de repente, ella sola, altísima. La habían encontrado por casualidad. A lo lejos, habían visto una luz, brillante, que habían creído al principio una de las incontables estrellas del cielo. De aquel cielo nocturno y perpetuo. Y es que resultaba que en lo alto de la torre había una gran roca, puntiaguda, como incrustada, apuntando al cielo. Una roca que brillaba en la noche. Los cuatro, al verla desde lejos, perdidos como estaban en la inmensidad de aquel desierto, habían decidido acercarse, seguir aquella luz que no se movía, pues ya no sabían a dónde ir. Imagínese el lector un lugar donde el horizonte es tan plano como la tierra que pisas, y que nada hay a parte de ese suelo seco a la redonda. Nada. Absolutamente nada.

La desesperación había hecho mella en ellos. De diez que eran, tan sólo quedaban cuatro. Cuatro de los diez más valientes de Düredar. Aquéllos que hubieron partido de Düredar, tanto tiempo atrás que habían perdido la cuenta. Ellos calculaban llevar más de un año de viaje. La mayor parte de él en aquel desierto, del que no encontraban salida. Y lo más impresionante, era que siempre había sido de noche. No les cabía en la cabeza. A ninguno, salvo a uno.

Los cuatro miraban la alta torre anonadados, sin comprender qué podía hacer ahí ella sola. En medio de nada. Ellos eran Aladär, el primero de los oficiales de Gelghar; Sofio, el adivino y amigo; Eledar, aquel chico que llegó con su abuelo, pidiendo por partir entre los más valientes; y el guerrero Agenon, cuyo renombre y respeto le habían llevado a merecerse un sitio en la partida también. El resto habían muerto o desaparecido. Seis, seis hombres habían perdido por el camino. Y ahí estaban ellos, frente a aquella torre como único amparo en aquel desierto...
Extraído del capítulo VII del Cuento de Siläe:
Cuatro de los diez más valientes de Düredar
Memorias Olvidadas
Darka Treake
PD: He comenzado con la Segunda Parte!!

5 de diciembre de 2006

Mi lectura...

Acabo de terminarme El Caballero de la Armadura Oxidada, de Robert Fisher. Es un cuento no muy largo, al que yo calificaría de fábula. Está muy muy bien, me ha gustado mucho. Trata, por medio de la historia de dicho caballero, de cómo buscarse a sí mismo, de cómo conocerse.
Además, es muy fácil de leer, y tan sólo tiene 93 hojas, divididas en 7 capítulos.




Y ahora, he comenzado El Testamento Maya, de Steve Alten. Me ha enganchado desde el principio. No os contaré aun más, pues primero tengo que leerlo yo. Pero de momento, tiene muy buena pinta, sólo hoy me he leído los dos primeros capítulos. Aun así, tendréis que esperar un poco, pues es un libro más extenso que el anterior.

Sólo os diré de él la frase que me enganchó. Es además, la presentación del libro, y qué presentación...
" 21 de Diciembre de 2012... El día en que termina el calendario maya."

El Cuentacuentos: El sonido de los árboles me tranquiliza.

El sonido de los árboles me tranquiliza. Siempre ha sido así, menos mal. Creo que tengo suerte, mucha suerte por ello. A mi vecino de la derecha le ponen histérico. ¿Puedes entenderlo? Y aquí dónde estamos, eso es un verdadero problema. A menudo lo escucho por las noches aullar quejándose por ese limpio sonido del frotar de las hojas, y él cree que así conseguirá algo. Un cambio. Aquí... Y es que lleva poco tiempo.
Yo, todo lo contrario, me limito a observarlos allá arriba. Los eucaliptos bailan juntos al unísono, con esa melodía que el viento presta, y me tranquilizan. En estas frías noches de otoño sobretodo, cuando se acercan ya estas fechas en que tanto echamos de menos, y tantísimo nos echan ellos a nosotros. El sonido de las hojas de los árboles, es eso lo que me permite seguir aquí, sin moverme.
Qué pena que en poco días vayan a caerse de allá arriba, para cubrirlo todo con su alfombra gris...
Se alza uno a cada lado, y veo sus troncos grises subir y subir, como erguidos guardianes que nos protegen. Aunque aun no sé de qué. Cuando de vez en cuando alguien viene por aquí, ellos tratan de pasar desapercibidos, sin conseguirlo, claro. Pues todo el que viene, en algún u otro momento se detiene, yo creo que a escucharlos. Y cuando esas personas lanzan algunos susurros desconsolados, creen ser escuchados, aunque en realidad lo único que oímos son los sonidos de los eucaliptos, que allá arriba se agitan tristes por el viento otoñal.
Es una pena que sea así, lo sé, y lo siento... Espero que aquellos pobres que vienen a visitarnos a veces no lleguen a enterarse nunca... Al menos no antes de cuando deban enterarse.
Mientras tanto, los árboles estarán escuchando, en su doble función de traducirnos sus palabras, y cantárnoslas con el roce de sus hojas, al son del viento, eterna canción que, al menos a mí, siempre me tranquiliza.
Yo nunca recibo visitas aquí. Nadie viene a verme. Y ellos allá arriba, son mi único consuelo. La última vez que vino alguien, antes de que fuera olvidado, los eucaliptos no quisieron traducirme lo que decía. Se trataba de una chica a la que yo ya no llegué a ver crecer, y que al parecer, sí me recordaba a mí. Fuese lo que fuese que dijera, estaba triste, pues la vi llorar, ahí, agachada sobre mí, cuando dejó una florecilla sobre la fría loza de piedra. Entonces se marchó, y ya jamás regresó.
Desde entonces nadie ha venido, y supongo que ya nadie queda que me recuerde. Dicen los eucaliptos que nos termina pasando a todos por aquí. El tiempo es lo que tiene... Ellos me cantan, en cambio, con la dulzura del viento, que hemos de saborear los recuerdos, pues alguna vez, al menos, fuimos amados. Ya no importa nada, y sólo nos queda eso.

Eso, y el sonido de los árboles.



Más relatos en el Cuentacuentos.