25 de febrero de 2009

El Atolón

En mitad del Gran Océano, en algún punto entre el Viejo y el Nuevo Mundo, se encuentra el Atolón. Un peñasco que surge del mar, y sirve de puerto franco a embarcaciones que después siguen su rumbo. Es una tremenda roca, rodeada de la nada del océano, donde con el tiempo se ha ido construyendo un puerto modesto. Un muelle de madera lo recorre a su escaso alrdedor, con locales y embarcaderos bien establecidos. Su loma rocosa está cubierta de casuchas improvisadas con restos de barcos, y sus cuevas están habitadas cual palacios en aquel diminuto reino, independiente del resto del mundo... Vive del comerció y el abastecimiento, entre sus pocas pero suficientes fuentes de ingreso hay armerías, puestos y almacenes de abastecimiento, una posada y hasta una taberna que hace las veces de burdel. En lo alto, en la cima del peñasco, se levanta un faro donde cada noche arde una gran hoguera, avisando a los viajeros.

Actualmente el Atolón es un puerto franco, no tiene mayor legislación que la propia, y se rige con las leyes de sus habitantes, piratas, rufianes, comerciantes y traficantes de todas las índoles. Muchos intentos de toma ha sufrido, y por muchas manos a pasado el Atolón, pero ya dejado a su suerte, todo pirata se uniría en su causa por volver a defenderla. Algunas naciones lo han poseído, otras sólo lo han codiciado, pero al final ha terminado siendo lo que es, un lugar de paso para viajeros. Un descanso en la infinita nada, un oasis en un desierto de mar.

La historia del Atolón es turbulenta, como interesante. De él se habla en La Lyenda del Sin, un cuento de piratas y marineros, como en muchos otros. Al parecer fue descubierto hace unos siglos, cuando las primeras naves tomaron rumbo oeste, cruzando los Mares del Mundo, pero realmente ya se conocía como el Último Peñón por culturas antiguas que dominaban la navegación.
Los elfos jamás le dieron importancia, a pesar de que aparece en cartas de navegación verdaderamente antiguas.
El primero que se atrevió a declarar su soberanía, fue alrededor del año del Señor 1310, y llevaba por nombre Abdad de Serrena, un bereber que huía de una flota pridonia. Los más viejos del Atolón siempre contarán que había secuestrado a todas las mujeres de una aldea en la costa occidental de Pridonia, y que a este peñasco fueron a naufragar. La tripulación y las mujeres se establecieron ahí, y aguantaron a duras penas mucho tiempo, hasta que uno de los hijos de Abdad de Serrena se echó a nadar mar a dentro acompañado de unos cuantos valientes.
Sólo uno, tras nadar y creer morir en mitad de la nada, llegó a puerto. Allí descansó hasta recuperarse, y comenzó a hablar del Atolón y de sus posibilidades. La leyenda creció como el viento ante la tormenta, y en un tiempo reunió una pequeña flota en su busca.

Navegó cruzando los Mares del Mundo, le costó largo tiempo dar con el Atolón, hasta el punto de que durante un motín casi lo lanzan por la borda de nuevo al mar. Pero al final dio con él.
Allí estaba su familia, junto con aquellas pocas que habían sobrevivido toda una generación en el Atolón. No eran más de una escasa veintena de personas, entre piratas y mujeres que fueron secuestradas. Habían sobrevidido a base de la pesca, y en raras ocasiones de los cuerpos de los caídos. Había sido duro, jamás había aparecido un navío por el horizonte, en todos aquellos años, pero la superviivencia había vencido.

En aquel entonces el Atolón se entendió como un islote cercano al borde del Mundo, donde comienza la Nada. No sabían cuan equivocados estaban... Ahí recalaron las naves que llegaran al Nuevo Continente más tarde, descubriendo que estaba en mitad de un gran oceano, entre dos bastas tierras. Y desde entonces comenzó su historia, que la llevó por diferentes manos hasta nuestros días.

Ese puerto franco será siempre morada de los hijos de Abdad de Serrena y de sus piratas, y lugar de paso para todo aquel que se atreva a echar ancla en su puerto...




16 de febrero de 2009

Ante el Portal de los Diozes...

- Jefe, dice Niblitz que los baztardos de la Zegunda Luna han capturado a uno de ezoz enanoz roñozos.

El chamán goblin miró al guerrero que acababa de llegar. Le había molestado hasta irritarle, con su voz estridente le había desconcentrado y sacado del trance. Tomó otro de esos hongos rojos con motas blancas y lo partió en dos mitades con su cuchillo curvo. Entonces miró al esbirro, que se dio cuenta de su impertinencia.

- ¿Cómo te llamas zoldado?- Le preguntó dejando escapar las palabras de su boca. Su tono siempre tomaba un cariz espeluznante, traicionero, como si en cualquier momento fuera a saltar sobre su interlocutor, y esta vez sus palabras no dejaron de causar tal sensación en el guerrero. Y ambos se dieron cuenta.

- Zoy Hakka, jefe, hijo del hijo del zobrino del jefe Ungazan, vueztro primo.- Se aseguró el goblin de recordar. Se mantenía apoyado en su lanza, y vestía únicamente un taparrabos y una docena de colgantes con diminutos dientes de otros goblins y de diferentes roedores del bosque.

- Hakka, ezte hongo que acabo de cortar, ez zuficiente para matar a cualquiera, no zin antes permitirle viajar hazta alturaz donde los mortalez pueden comunicarze con los diozes.- El guerrero tragó saliva al escuchar al chamán.- Toma, te ofrezco la mitad, juntos acudiremoz hazta el portal del Gran Verde, a preguntarle zi Niblitz tiene razón acerca del enano que han capturado los muchachoz de la Zegunda Luna.

- Pero jefe...- Y el guerrero cayó al ver el desafío en los ojos del chamán.- Zí, jefe.- Y tomó el hongo con aquellas manos manchadas de tierra. Al acto, imitó al chamán, y comenzó a morderlo hasta engullirlo. Lo que no pudo fue sonreir como él, pues casi comienza a vomitar con el asqueroso hedor.

El chamñan cerró los ojos, y comenzó a sentir la droga por sus venas, dejó de escuchar al guerrero goblin toser y retorcerse, y aspiró hondo. Le encantaba aquella sensación sobrenatural.
El guerrero, que ya había caído al suelo, comenzó a patalear sin darse cuenta. Creyó vomitar sin hacerlo, tosió hasta escupir sangre y se le nubló la vista. No supo que estaba en el suelo, se revolcó y acurrucó antes de comenzar a estereotipar sus movimientos, y a emitir voces sin sentido, alternadas con gemidos de dolor. El estómago estaba apunto de estallarle, y el cerebro de licuarse...

- Hakka, muchacho, ¿qué oz hace penzar a Nibiltz y a ti que vueztro jefe aun no zabe lo de la captura del enano maloliente?- Y se rio al escuchar el sufrimiento del goblin en el suelo.- Ezoz pordiozeros de la Zegunda Luna pienzan pedir un rezcate a los enanos, y nozotros vamos a zacar partido. Algunos de los nueztroz ya ze preparan para interceptar a los enanoz con el oro del rezcate...- Y soltó una carcajada aguda.- Hay mi pobre Hakka... ¿Cómo ze ziente uno a las puertaz del hogar de los diozes?

Sharppa, Gran Chamán de la Tercera Luna, pasó riendo un rato, escuchando morir a su esbirro, y cayendo de nuevo en aquel trance para el que sólo las mentes privilegiadas estaban preparadas. Al día siguiente saldrían de cacería, y debía consultar al Gran Verde si el día sería propicio o no...


Noche previa a la Batalla del Cofre Vacío,
Bosque de las Tres Lunas

5 de febrero de 2009

Hipercuentos

¿Qué es un hipercuento?

Un hipercuento es un cuento escrito en hipertexto.

¿Y qué es el hipertexto?

El hipertexto es texto que contiene elementos a partir de los cuales se puede acceder a otra información. Es el texto de internet, la manera que tiene internet de funcionar. En lugar de presentarse textos continuos, en que comienzas a leer por la primera página de un libro y terminas por la última, en el hipertexto empiezas a leer en un sitio y a lo largo del texto aparecen vínculos que te permiten saltar de un lugar a otro, donde puedes ir encontrando informaciones diferentes. El hipertexto es la alternativa al texto lineal tradicional.

¿Recuerdas aquellos libros de Elige tu propia aventura? Aquello eran hipercuentos. Al final de cada página te decían que si elegías, por ejemplo, el camino de la derecha, que pasaras a la página 14, pero si en cambio elegías el de la izquierda, que pasaras a la página 17.

Así son los hipercuentos. Sólo que aquí os mostraré presentaciones en páginas web, y en lugar de dirigiros a la página 14 o 17, pincharéis un vínculo que os llevará directamente a donde continúa el cuento que vais eligiendo...

¿Qué os parece?

De esta manera, voy a crear un apartado en la página dirigido a los Hipercuentos que vaya escribiendo. Ponto vengo a hablaros de La Habitación Número 11, el que será mi primer Hipercuento, ambientado en la Isla del Reo!!