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5 de octubre de 2014

Reseña: El escritor, anatomía de un oficio (Víctor J. Sanz)



Ficha Técnica

Título: El Escritor, anatomía de un oficio: consejos, técnicas, reflexiones, ejercicios...
Autor: +Víctor J. Sanz
Año: 2014
Editorial: Autoeditado (CreateSpace.com)
Edición: Rústica.
Páginas: 273
Precio: 4.83€ (versión digital) | 12.79€ (versión en papel)
Web: http://victorjsanz.es/el-escritor-anatomia-de-un-oficio/
URL de compra (digital): http://www.amazon.es/escritor-anatom%C3%ADa-oficio-ejercicios-reflexiones-ebook/dp/B00ILCPUDQ
URL de compra en papel: https://www.createspace.com/4780975


Sinopsis

Este libro NO contiene fórmulas mágicas para convertirse en escritor, pues tal cosa no existe. En él hallará acaso el fruto de muchas reflexiones, indagaciones e investigaciones técnicas de diverso alcance, cuyos frutos no pasan de ser sospechas, conjeturas y teorías sobre cómo narrar ficción. Se trata aquí de la construcción del personaje literario, del desarrollo de la trama, de la necesidad del conflicto, de la pertinencia del lenguaje. Entre otras cosas, el lector encontrará en este volumen:
- Una completa guía de posproducción del texto literario, que le confirmarán que la palabra FIN es solo el comienzo.
- Una completa lista de los errores más frecuentes que el escritor debe evitar en sus obras.
- Una recopilación de las más efectivas técnicas y ejercicios para fomentar la creatividad y romper el bloqueo creativo.
- Una propuesta para poner en marcha su propia fábrica de historias.


Opinión personal

Leí este libro haces unos 3 meses, sin duda mi mejor momento para leerlo. Llevaba queriendo leer a Víctor J. Sanz hacía tiempo, y dado que iba a impartir varios cursos de escritura creativa, pensé que era una buena opción para instruirme. Sin duda, fue una buena elección.
Víctor es escritor, editor y redactor en diferentes medios. Escribe ficción y no ficción sobre diferentes temas, pero creo la que destaca es su faceta de maestro de la escritura y la edición. Ha publicado diferentes títulos sobre el tema, incluida Tu factoria de historias, manual que utiliza para sus cursos de escritura creativa. Además, dirige el portal lietario Letras Inquietas, donde colaboro en la medida de mis posibilidades.
Disfruté muchísimo leyendo El escritor, anatomía de un oficio, creo que es un libro que todo escritor disfrutará. Me sentí realmente identificado con sus experiencias y reflexiones. En muchas ocasiones me di cuenta de que las reflexiones que él hacia en voz alta, eran cosas que me había planteado, a partir de mis experiencias como escritor, pero que no era consciente de ellas.
Pero no sólo disfrute con las frases detonadoras y magistrales, he aprendido mucho con él. Trata temas que un escritor debe tener presentes a la hora de preparar una historia: personajes, conlictos, la trama y la post-escritura. Columnas del proceso en las que debemos esmerarnos para que una idea (o una suma de ellas) alcancen la forma de una buena narración.
El libro comienza hablando de las experiencias por las que pasa un escritor, a partir de su propias vivencias: lo que significa ser escritor.
Aún trato de comprender de dónde habrá sacado tantas citas de escritores ilustres, pues cada capítulo comienza con una, dos o tres citas sobre el tema de relfexión oportuno.
En definitiva, es un compendio de experiencias que vivimos los escritores, y sobre las que debemos reflexionar. Os lo aconsejo a tod@s, pues os encantará. En él Víctor ha reunido 107 artículos, de los cuales casi la mitad fueron publicados con anterioridad en su blog y en otros medios.
Si os gusta escribir, os gustará este libro.


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19 de mayo de 2014

El Cíclope Asustado

Como os prometí aquí, vengo a contaros un cuento. Un cuento con un título predeterminado. Últimamente mis musas andan dormidas, o cortejando a otro, o se han ido a pasear y me han dejado a mi aire. Así que hace dos semanas os pedí que me ayudárais con un título. Lo que más me gusta de escribir es crear la historia, siempre me he visto como un mero transmisor de alguien que me cuenta cuentos. Yo soy sólo el enlace, quien os los trae. Unir las piezas del cuento es lo más divertido, sumar ideas y alcanzar una sinergia entre ellas. Tejer el cuento. Y ya que no las encontraba, os pedí una. La que me disteis fue un cíclope asutado, entre muchas otras que me encantaron. Os estoy muy agradecido. Aquí podéis ver las propuestas que me hicisteis.
Pero yo elegí al cíclope asustado. Éste es el resultado:


El Cíclope Asustado


Vivía solo en mi castillo, pues nadie quería vivir conmigo. Y lo sabía. Lloraba por las noches en mis altos torreones, deambulaba por salones, pasillos y mazmorras, esperando encontrar a alguien viviendo allí conmigo, alguien que no se hubiera marchado. Pero ya no quedaba nadie. Todos, al verme, huían despavoridos, pero no sabía por qué. Pensaba que debía ser horrendo, tal vez tener una figura horripilante o un carácter amargo. Tenía que ser eso. Soñaba con contar historias, con narrar peripecias inventadas y hacer reír a los niños, pero nadie había para escucharme. El palacio era formidable, bien acomodado y albergaba alcobas como para muchas familias, sirvientes y bufones, pero nadie quedaba ya. Alrededor, los jardines una vez lucieron hermosos, pero ya no había jardineros para cuidarlos, y las zarzas y malas hierbas crecían por doquier. Me sentía tan solo que decidí irme de aquel lugar. No pensaba regresar, juré que jamás lo haría. Recorrería mundo, conocería otros lugares y buscaría gente que no se espantara al verme, alguien a quien contarle mis cuentos. Dudaba si alguna vez lo encontraría.
Cuando me marché de mi castillo deambulé recorriendo senderos, praderas, valles y montañas. Crucé mesetas áridas, bosques frondosos y desiertos infinitos, hasta que di con el lago donde vivía ella. Era un manantial hermoso, perdido en una llanura plagado de florecillas, rocas y musgos. Apenas había árboles por allí. Junto al manantial había unas ruinas en decadencia, de una civilización ya extinta. Quienes hubieran vivido ahí, si se hubieran quedado, al verme, habrían huido igualmente. Tal vez aquel era el sino de aquellas ruinas, o de cualquier lugar civilizado por donde yo pasara. Simplemente había llegado tarde.

Al aproximarme al lago, de una belleza sin igual, me dispuse a beber agua, pues llevaba varios días sediento. Mis alforjas y cantimploras estaban vacías, y aquel lugar me pareció el mejor para establecerme, pues lo creía vacío, sin un alma a quien espantar. Pero siempre hay alguien habitando los remotos lugares dispuesto a huir al verme. Al menos en ese momento entendí por qué.

Me asomé a las aguas del manantial con la intención de saciarme con sus aguas, cuando la vi. Ella estaba sumergida, observándome. Era una doncella acuática, hermosa como ninguna otra, de cabellos oscuros y tez clara, estaba desnuda y respiraba sin dificultad. Debía ser una náyade o una sirena, de las que había conocido en cuentos y tradiciones olvidadas. Y al verme, como todos los demás, cambió su expresión, horrorizándose. Pude verlo en sus ojos sumergidos, el pánico aflorando, la congoja, y entonces, huyó hacia las profundidades. No la volví a ver. Me apené mucho, pero su recuerdo se esfumó cuando me miré en el agua. Era la primera vez que veía mi reflejo. Aquella superficie transparente me sostenía con aversión, y entonces lo comprendí todo. Mi rostro era feo, desfigurado, y a diferencia de todos los demás sólo tenía un ojo. ¡Un ojo! Estaba situado en la frente, de donde surgía una enorme nariz chata con diminutos y mugrientos orificios. Mis labios eran deformes, en un tono oscuro que contrastaba con mi piel rugosa. Yo mismo me horroricé al verme. Habría echado a correr si pudiera huir de mí mismo, pero no podía. Lloré como nunca había llorado y entendí el miedo que todos sentían al verme. Yo mismo me asusté con mi imagen reflejada. Me alejé de allí, con mucho miedo. ¿Cómo podía ser así? ¿Cómo podría alguien mirarme sin horrorizarse? Me eché a llorar entre las ruinas, acomodado al pie de una columna, y pasé allí mucho tiempo.

Una noche, negándome a regresar a la charca, decidí que las ruinas eran tan buen lugar para vivir como mi castillo desolado. Allí no podría asustar a nadie más. Pero aquella noche, cuando estaba tan seguro de no querer irme de allí, y de que no quería volver a mirarme en el manantial, decidí echarme a dormir en el prado de alrededor. Incontables florecillas brotaban en las cercanías de las ruinas, parecían amapolas, pero estaban teñidas en un tono negro profundo. Al tumbarme para dormir aplasté muchas de ellas, y me pareció escuchar miles de gritos agonizantes, como si la muerte les llegara con mi peso, pero no me importó. Era un ser horrendo que pocas cosas le preocupaban ya. Pero esa noche fue distinta. Cuando trataba de dormirme, algo asombroso sucedió. Alrededor mío, las florecillas se convirtieron en diminutas hadas que revolotearon por todas partes. Aquello no eran flores normales, sino seres que por el día dormían en forma de negra flor, y que por la noche bailaban con el viento, canturreaban y reían entre ellas. Al verme, muchas se asustaron también, pero poco a poco fueron acercándose curiosas. Me preguntaron qué hacía allí, de dónde venía, quién era y, claro, por qué era así. Yo les respondí a todo menos a lo último, pues no conocía la razón de mi desgracia. Ellas se contuvieron, pues decían, por la noche las cosas se veían de otra manera, la oscuridad era el lugar de los monstruos, y me dijeron que si yo era uno de ellos, que ellas debían atenderme, pues sólo vivían de noche, durmiendo por el día. Fue maravilloso encontrarlas.

Hasta los monstruos tenemos cabida en el mundo, de nosotros también se habla en los cuentos, y entonces supe cuál era mi lugar. Debía habitar en la penumbra, respirar la noche y ser protagonista de cuentos para asustar. Así que a ello me dediqué desde entonces. Cada noche me despirto con ellas, y con el transcurrir de la luna, les narro mis cuentos, aquellos que puedo imaginar, en que monstruos como yo sienten, padecen y se asustan. Ellas son las únicas que me escuchan sin huir, pero ya no me importa que los demás puedan temerme.
Y ahora, cuando el crespúsculo está al caer, con los primeros bostezos, acudo a las aguas del manantial en busca de inspiración. 

FIN


(Este cuento está dedicado a tod@s los que me enviásteis títulos para escribirlo. Vosotr@s también formáis parte de este cuento)


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13 de mayo de 2014

Escríbeme El Título: Resultados

Como os contaba en la entrada anterior, durante toda esta semana he tenido un formulario abierto en mi web donde aceptaba propuestas para títulos: la idea era que me enviárais títulos con los que ahora yo debo escribir un relato. Os pedía que escribiérais por un lado una criatura y por otro un adjetivo. Yo elegiría los que más me gustaran para formar un título, con el que voy a escribir un relato a lo largo de esta semana.

A continuación os muestro las propuestas que me habéis enviado:
(En las que pone x2, por ejemplo, es que se repitieron los resultados)


CRIATURA

Hada
Hada luna, que se recarga con la luz de la luna y de dia es una flor
Náyade x2
Ogro
Troll x3
Bucanero
Musa
Mariposa x2
Lobo
Gnomo
Reina x2
Gusano
Alimaña
Ave
Nigromante
Elfa
Enano x4
Dragón
Criatura
Goblin
Escudero
Alma
Golem
Orco
Bestia
Guardián
Mediano
Bahamut
Cíclope
Medusa


ADJETIVO

Sanadora
de noche atrevida y alegre y por el día temerosa (hada luna)
Etérea
Feliz
Cabezadura
Oriente
Ausente
Asustada
Miedoso
Reconcorosa
Extinto
Distraído
Desposeída
Desmemoriado
Asustadiza
Singular
Enamorado
Deslucida
Escamada
Agigantado
Oloroso
Iridiscente
Olvidado
Innombrable
Goloso
Embustero
Incandescente
Desanimado
Vaporoso
Ahumado
Interior
Adormecido
Común
Salvaje
Alóctono
Incrédulo
Libérrimo
Transparente


De entre ellos creo que voy a elegir por título:

El Cíclope Asustado

Tengo que daros las gracias a tod@s por la participación! Me ha encantado ir recibiendo vuestras respuestas!
Los que he marcado en azul son lo que me han gustado especialmente. Me ha costado decidirme.
Es posible, de hecho, que aunque el título sea el escogido, introduzca a alguno de los otros como elementos del relato. Ya veremos qué me sale.
Espero tenerlo listo en una semana, es decir el martes 20 de mayo. Lo publicaré en este blog.

Pero además quiero contaros que este experimento no sólo es para mí. Además de mi propio experimento, estamos probando esto para llevarlo a la Revista Literaria Online Letras Inquietas. Su creador y editor jefe +Víctor J. Sanz, me ha propuesto que convirtamos #EscríbemeElTítulo en una sección de Letras Inquietas, para que quien lo desee participe escribiendo un relato.
Como veis, este reto está sesgado hacia el género de fantasía, pero en futuras ediciones lo repetiremos para abrirlo a otros géneros.

De nuevo, muchas gracias a tod@s por participar!!
Os animo a participar escribiendo un relato también! Elegid una criatura y un adjetivo a vuestra discreción y a imaginar! Eso sí, mostradme el resultado! Y si lo publicáis en algún blog u otro lugar de la red, no dudéis en comentar esta entrada dejando el enlace. Pondré un enlace por aquí si lo deseáis, para darles difusión y que otros os lean.
Al final, esa es la idea, no?


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7 de mayo de 2014

Escríbeme el título

Os propongo algo: Escríbeme el título.
 

¿En qué consiste 'Escríbeme el título'?
En este apartado podéis ayudarme a escribir un relato, proponiéndome su título.

¿Cómo lo hago?
En este caso, tienes que ayudarme proponiéndome una criatura (como 'gigante' o 'enano') y un adjetivo (como 'violento' o 'tenaz'), de forma que yo elegiré un título de entre los que más me gusten o inspiren. Como por ejemplo 'El gigante tenaz' o 'El enano violento'.

¿Cómo participo?
Tan sólo tienes que rellenar el formulario que encontrarás en mi web.

¿Cuánto hay de plazo?
Hasta el lunes 12 de mayo, a las 23:59 hora canaria.

¿Cuándo estará escrito?
El martes 13 publicaré todas las propuestas en mi blog, diciendo cuáles he elegido.
(Editado: puedes ver los resultados propuestos aquí)
A partir de entonces, me doy una semana, por lo que espero publicarlo el martes 20 de mayo.

¿Dónde podré leerlo?
Lo publicaré en mi blog, avisando por email a todos aquellos que quieran (es opcional introducir tu correo en el formulario).


¡Veamos qué tal sale la experiencia!
Os agradezco de antemano la participación. Con ella, me ayudáis a crear, ¡y además formáis parte de la obra!

¡Gracias!




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