17 de febrero de 2013

Ozoj, el Negro

Toda la tropa se encontraba apostada a la entrada del paso. El tremendo desfiladero crecía ahí mismo, entre dos peñascos enormes de roca. La montaña nacía así, partida completamente por la mitad. Aquel paso cruzaba el Montañas del Anochecer, uniendo el Viejo Mundo con los Páramos de las Estrellas, el extenso desierto en que siempre era de noche. Aquel pasillo entre altas rocas debía medir unos treinta pasos en su lado más ancho, mientras que sus muros se elevaban hacia el cielo. Era un lugar espectacular. Aquel que lo cruzara en dirección este, podía emprender el viaje de día, y llegar de noche. Se tardaba en realidad varios días en recorrerlo, pero la sensación era increíble. A cualquier hora del día, la cúpula del cielo se tornaba en noche a su paso.

Los pielesverdes de la Tribu del Hueso Roto habían abandonado sus cavernas siguiendo a su señor, Ozoj, caudillo de la tribu. Éstos lo seguirían a donde él los llevara, pues sabían cuál era el castigo por no hacerlo. Ahora estaban acampados a la entrada del enorme desfiladero, dispuestos a defender el paso a cualquier precio. Entre ellos había orcos de diferentes razas, y muchos goblins y otras especies de pielesverdes. Era una tribu muy grande, y su poder había sometido el lado occidental del paso durante los últimos siglos. Ozoj, el Negro, era el señor de una de las tribus que servían al Ladrón de Almas, y él era uno de los mejores esbirros que había tenido durante aquella larguísima guerra.

Ahora, varios miles de pielesverdes se amontonaban en los alrededores. Acampaban en grupos, pues entre los pielesverdes hay una fuerte jerarquía que cumplir. Entre ellos reina una única regla: el más fuerte es el que manda. Así, los más pequeños, como los gobos o los goblins, obedecían a raja tabla a los orcos. Pero de entre éstos había también diferentes especies, pues procedían de diferentes lugares. A lo largo del tiempo, desde que la sombra cayera sobre las Montañas del Anochecer, mucho antes de que los enanos regresaran de las entrañas de la tierra, muchos eran los que habían acudido a la llamada. El dominio que ejerció la tribu sobre el paso, con el apoyo de los vesorianos, los había hecho poderosos, y su nombre había recorrido grandes leguas en muchas direcciones. Acudieron orcos de la Meseta de Issonia, los Rayados, los llamaban, pues se pintaban en rayas en diferentes tonos por todo el cuerpo; otros fueron orcos de las montañas, hacia el sur, que tras la caída de Karak-Athor habían acudido hasta la Montaña del Hueso Roto, a cuidar el paso. Vinieron también goblins del Bosque de las Tres Lunas, la Tribu de la Nueva por aquel entonces servían por completo a Ozoj. Reunieron a los fimirs del bosque, a todos los pielesverdes que habitaron las Tierras Bajas y muchas otras regiones hacia occidente. Ozoj era un orco negro que había llegado de las montañas muy al sur, de más allá del Bosque Encantado de Loth-Darien, las que llaman las Montañas Desoladas. Allí el Reino de Acero ahora desmoronaba.

Los enanos oscuros fueron los únicos que habían decidido no regresar a la montaña bajo el mandato de Thüril, el Rey Único, ocho siglos atrás. Mantuvieron su hegemonía sobre las montañas, pero sin un Rey que los gobernara a todos, comenzaron a luchar entre ellos. A aquella contienda la llamaron las Guerras del Acero, que al final terminó cuando Quíos, Rey de Kron-Odor sometió a los demás reinos enanos. Aquel fue el momento en que se alió con los vesorianos. Ozoj nunca supo si le debía su existencia a una orden del Ladrón de Almas, o a la sabiduría de Quíos, Martillo de Acero. Los enanos oscuros fueron diestros en diferentes saberes arcanos, y desarrollaron una gran habilidad para la genética. Su conocimiento sobre aquel saber fue tal, que hallaron el modo de crear una raza superior de orcos. Los orcos negros eran el resultado de cruzar durante siglos a los orcos más corpulentos y fuertes. Al final, aquellas criaturas resultaron orcos enormes con una fuerza y resistencia tremendas. Su tez, con el paso del tiempo y a medida que aumentaba su tamaño, se había ido volviendo negra. Habían sido una poderosa máquina de guerra para los enanos oscuros y los vesorianos, hasta que se revelaron.

Los orcos negros huyeron de Kron-Odor hacía ya varios siglos, y los que quedaban, malvivían por las montañas en mandas, habían emigrado al sur, a los Desiertos de Ceniza, o servían a Ozoj, y a la Tribu del Hueso Roto. Él había nacido en la tribu, pues había una buena cantidad de ellos allí. Hacía varias generaciones que los orcos negros se habían hecho con el poder de la tribu, que había pertenecido a los fimirs desde que conquistaran la Montaña del Hueso Roto a los orcos, tanto tiempo atrás. Pero los orcos negros eran los más fuertes de entre los pielesverdes, y mantenían a todos los demás sometidos.



Extraído de El Abismo 

15 de febrero de 2013

Recuentos

Hola a tod@s!

Vengo a contaros lo contento que estoy tras la publicación de La Sirada. Lleva ya online semana y media,  y he recibido muy buenos comentarios. También alguna crítica, pero se aceptan todas. Sé que tengo que corregir algunas cosas, y actualizo el archivo. Pero creo que el resultado está genial.
La sensación de que haya gente leyéndome, gente que no me conoce de nada, que no sabe nada de mí ni de Mi Mundo, y que está leyendo uno de mis cuentos, es fascinante, increíble.
La Sirada es un cuento muy especial para mí, y me alegro de poder compartirlo con vosotr@s. Es además de mi primer cuento publicado (salvo los que tengo en bubok), la puerta a Mi Mundo. La Sirada es un cuento perfecto para mostraros Mi Mundo, pues U conoció diferentes lugares en él, maravillándose a su paso. Así que espero que aquellos que se atrevan a viajar a Mi Mundo, lo disfruten, y regresen.

Debo dar las gracias en especial a +Carmen Cervera (su blog aquí) y a Sirkka Ports, que han sido las primeras lectoras, y al parecer les ha encantado. Muchas gracias!
De hecho, +Carmen Cervera ha dejado un comentario precioso en la página de venta de Amazon, me ha encantado :D
El primer comentario es de Dreu, un gran amigo a quien también estoy muy agradecido. Un abrazo!

(Pincha en la imagen para ver los comentarios)


No es que me importen mucho los rankings, pero la verdad es que se han alcanzado buenas cotas. En fantasía ha estado en el top ten varios días. He llegado a ver el segundo puesto, wow!
Ahora mismo el cuento está en Amazon, y por razones de exclusividad contractual (divertidísimo), hasta pasados 3 meses no puedo poner el cuento en descarga directa, ni desde otras plataformas. Pero a principios de mayo lo pongo online en otros formatos y desde otros portales. Al mismo precio, claro.

Bueno, ahora yo sigo con lo mío. Estoy trabajando de vuelta en las Crónicas de la Guerra de los Mil Años, con la crónica titulada El Abismo. Sé que narra el momento en que los enanos derrotan a los vesorianos y a los orcos, y toman el paso (año 425). Se va a contar desde la perspectiva de ambos bandos, por una parte la de los enanos, de la que no sé demasiado aún, salvo que entre ellos se encuentra Thor-Lunn, el Rey Único, con la Corona Radiante. El otro lado, será narrado desde la visión de 'nuB, un gobo (una raza de pielesverdes) que sirve a Ozoj, Señor de la Tribu del Hueso Roto. De momento no os cuento más sobre él. Parece que empezaré por ahí, aunque en este cuento me he propuesto un reto complicado. Pronto os lo explico.

Además, pretendo ponerme a corregir ya mismo Historia de una estatua de piedra, pues ha surgido un bonito proyecto para este cuento. La artista Yanina Fiorio va realizar las ilustraciones para el cuento, la portada y algunas interiores. Va a quedar genial. Podría estar listo para publicar en mayo o junio. Ya veremos.
Además, tengo buenas noticias en cuanto a la Ciudad del Reo (si falla ése enlace, prueba éste). La editorial MásqueMódulos me ha dicho que la maquetación está casi terminada, así que el juego estará listo para publicar en breve. Razón para ponerme con La Puerta Número 11, que ya está casi terminado, pero me queda corregirlo, y eso me va a llevar tiempo...

Así que ahí os dejo, que me voy a escribir!