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28 de agosto de 2014

El Conocimiento en Mi Mundo: La Universidad

La primera universidad en todo Mawol fue fundada en torno al milenio XX de la Edad de los Elfos. En esa época, los elfos de los Reinos de Eleanor comenzaron a vivir una larga etapa de paz y prosperidad, una vez terminadas las Guerras de la Sangre. En el archipiélago aún quedaban seis de las doce Altas Estirpes de los Elfos: la de Assëe, la de Cardonón, la de Quivarén, la de Menedhrassé, la de Anaereá y la de Firindain. Fue en la ciudad de Orthara, la Grandiosa, donde surgió la primera universidad. Orthara fue una de las pocas que quedaron en pie tras la guerra, cuando la Tierra de Aradán se partiera en el archipiélago, situada al sur, bajo los dominios de la Casa de Assëe. Pocas ciudades quedaron en pie tras aquello, así que Orthara gozó de prestigio y días cálidos. 
La primera universidad surgió en torno a la figura de Norah, la hija de Asdida, Reina de Cardonón, hija de Edön, Primero de la Estirpe. La poderosa hechicera pasó largo tiempo en Orthara, pues en su recorrer por los Reinos Elfos de Eleanor, allí decidió quedarse, admirada. La elfa, en contra de otras corrientes, estaba convencida de que el conocimiento debía transmitirse, cualquiera que fuera su naturaleza. Ella, que frecuentaba los mismos lugares que el pueblo en Orthara, logró muchos amigos, adeptos y seguidores, y no sólo ensanchó su nombre y el de su casa, sino que fundó la primera universidad.
En sus inicios fue una comunidad de maestros y alumnos, generalmente en grupos reducidos. La Princesa Norah enseñaba magia, teología e historia, y muchos aprendieron con ella. El modelo se reprodujo en aquella misma ciudad y en otras, y pronto los maestros comenzaron a asociarse, aportando alumnos. La primera insitutición universitaria fue fundada en Orthara, pero en torno al Milenio XXX ya había universidades en las principales ciudades elfas, ya fuera en los Reinos de Eleanor, como en ultramar. Bien conocidas serían, de hecho, las Universidades de Cordonia y Rordam, en el Viejo Mundo, donde por aquel entonces vivían los elfos de Laentis-Anne.

Las universidades elfas se organizaban en escuelas, por enseñar sólo uno de los conocimientos, o en universidades, cuando enseñaban más de uno. A ellas accedían sólo elfos de clase alta, y quienes pudieran pagarlas. A menudo no tenían más de unas decenas de alumnos. En ellas se enseñaba los seis Asthira, o conocimientos: filosofía, teología, artes, magia, ciencias y letras, aunque estas dos se dividieron más tarde en matemática, medicina, geografía y alquimia por una parte, y en derecho, lengua e historia por otra. Se organizaban generalmente en órdenes docentes, aunque a mnudo éstas eran también religiosas y/o militares.

Castillo de Lichtenstein (Sur, de Alemania), que bien pudo tener el aspecto de una universidad elfa.
Fuente: Wikipedia.


Los hombres, en aquel tiempo, carecían de tecnología y conocimientos, y los elfos no les prestarían atención como seres conscientes hasta poco antes del Gran Cataclismo, en torno al Milenio C, de la Edad de los Elfos. Cuando comenzaron a interactuar con ellos aprendieron muchas cosas muy deprisa, manteniendo buenas relaciones en casi todas partes. Pero no sería hasta mucho después, cuando los hombres fundaran su primera universidad.
Los primeros hombres en tener acceso a las universidades elfas fueron los kitan, en las Tierras Orientales de Catai. Aquello ocurrió en el Siglo VI antes del Calendario Occidental, y sería un hito sin precedentes que marcaría la concepción que tenían los elfos de los hombres.
En el Viejo Mundo, a los hombres no se les permitió acceder a las universidades elfas, a pesar de las buenas relaciones que tuvieron entre especies. Pero cuando los elfos se marcharon, tras la Guerra de los Mil Años, se llevaron consigo su conocimiento. Los hombres debieron crecer solos allí, y no les fue mal. Aún durante la cruenta guerra, las primeras escuelas nacieron en la Isla Rocosa, donde vivían los helenos. En aquellas primeras reuniones entre maestro y alumnos surgieron algunas de las más grandiosas ideas que concibieran los hombres.
Pero sería mucho más tarde, en la ciudad de Boln, en la Península de Leraro, donde se fundara la primera universidad por los hombres en el Viejo Mundo. Fue en el Siglo XI, en el Calendario Occidental, y se le atribuyó a Irnerio, un hombre al que consideraron sabio, y que se esmeró en transmitir su saber. Cuando firmaran los primeros estatus de la Universidad de Boln, trataron de imitar a las universidades elfas, basándose en lo que recordaban de épocas anteriores. La mayoría comenzaron a expensas de la iglesia, por lo que fueron importantes centros teológicos, donde además enseñaban artes, filosofía y letras. La magia y las ciencias estaban prohibidas en aquel entonces, pues se consideraban herejía, por lo que nunca una universidad de los hombres en el Viejo Mundo las ofreció. Pronto fueron surgiendo universidades por todo el Viejo Mundo, tratando de almacenar y transmitir el conocimiento en las diferentes civilizaciones que en él convivían. A raíz de ésta, imitando a los elfos también, los hombres se organizaron en órdenes docentes, algunas especialmente relevantes en la historia.

Los enanos no utilizaron jamás ese término, pero se reunían en gremios también, ya incluso antes de alcanzar la superficie e interactuar con los elfos. Los enanos amasaron mucho conocimiento, que se esmeraron en transcribir y transmitir. En los gremios, que ellos llamaban Kad, se enseñaban similares conocimientos como los de los elfos, aunque ellos siempre fueron muy hábiles, especialmente en construcción, química y alquimia, derecho, teología y escritura. A través de éstas dos últimas canalizaban su magia.

Las universidades en Mi Mundo fueron importantes centros de conocimiento. Fueron escasos en ocasiones, sobre todo entre los hombres, quienes tardaron más en alcanzar mayores conocimientos. Más adelante os hablaré de los Saberes de la Magia, que se enseñaron en unas u otras universidades, dependiendo de la cultura y su teología. Además, también escribiré una entrada sobre las órdenes docentes, para que os hagáis una idea de la organzación de Mi Mundo, al menos en lo que a órdenes se refiere. Éstas muchas veces eran independientes de los estados, y las diferentes vertientes se extendieron mucho, rivalizando en ocasiones.
Creo que es un tema interesante que tengo poco desarrollado en Mi Mundo, así que esta entrada será la primera de una serie que titularé, el Conocimiento en Mi Mundo.

Pronto os cuento más!


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24 de octubre de 2012

Vesorianos

Últimamente estoy con muchas cosas en la cabeza. Estoy viendo cómo cambiar la página de aspecto, actualizándome un poco esto de la tecnología. Estoy tratando de aprender de php y Flash. A ver si puedo hacer algo decente. Bueno, estoy en ello, es algo que va a tardar.
Por otro lado, sigo escribiendo La Habitación Número 11, del cual estoy pensando en cambiar el nombre por La Puerta Número 11. Tiene más sentido. Ya sabéis de qué proyecto os hablo, se trata de un hipercuento: elige tu propia aventura. Y ya me queda muy poco!! Editarlo ya va a ser otra cosa. Un hipercuento en PDF y en epub. A ver cómo me queda el invento.

En todo caso, hoy vengo a hablaros de los vesorianos, un pueblo que vivió en los Páramos de las Estrellas, el extenso desierto al norte del Mundo, en que siempre es de noche.
Ahí voy:


VESORIANOS

Cuando terminaron las Guerras de los Dioses, y éstos decidieron exiliarse en un Lado del Mundo, dejando el otro a los mortales, Dianae doto de vida a la mayoría de los mortales, pero gracias al tratado tras la Batalla del Juicio, Orloog, Dios de la Guerra podía dejar también descendencia en Mawol. Así, de entre otras criaturas a quien dotó de vida, estaban los vesorianos.

Éstos nacieron en uno de los Grandes Santuarios que los Dioses levantaran en Mawol, situado en algún lugar al norte de los Páramos de las Estrellas, el extenso desierto en que siempre es de noche, por donde nunca surcaba la luna. Los vesorianos eran hombres, pero eran diferentes a los demás linajes. Eran capaces de ver en la noche, pues en ella convivieron siempre, y la luz del sol los dañaba, como descubrirían en sus incursiones más allá de las montañas que delimitan el desierto. Se trataba de una raza que sólo vivía por y para la destrucción, su forma de vida era la guerra, y sus reinos jamás permanecieron en paz.

En el lugar donde se irguió el Gran Santuario del que provenían, se levantó una poderosa ciudad a la que llamaron Karah, la Ciudad Oscura. Fue muy prospera y muy poblada, y en ella siempre reinó el Ladrón de Almas, quien en algún momento del segundo milenio antes del calendario de los hombres del Viejo Mundo se hizo con el poder en todo el páramo nocturno.

El Ladrón de Almas vivió mucho tiempo, aunque otros le sucedieron, pues el título lo portaba el mismo que una espada, la Ladrona de Almas, que absorbía las almas de sus víctimas, dándole longevidad a su portador.

En torno al Siglo VI, antes del calendario del Viejo Mundo, el Ladrón de Almas decidió invadir las Tierras Orientales de Catai, y para ello debía cruzar las Montañas del Caos. Pero los elfos de Gelidén, junto a los Catones, quienes habitaban aquella región del Mundo, lograron detener su avance. Así, el Ladrón de Almas puso su mirada en el Viejo Mundo.

Los enanos, que dominaban las Montañas del Anochecer, viendo la amenaza que se cernía sobre sus reinos, decidieron regresar al interior de la montaña, sellando sus túneles para no regresar. Así, los vesorianos fueron capaces de dominar la cordillera, reuniendo a las tribus de pielesverdes que las habitaban. En aquellos momentos comenzó la Guerra de los Mil Años.

Aquel episodio fue glorioso para los vesorianos, al menos durante los siguientes siete siglos, hasta que los habitantes del Viejo Mundo se unieran para hacerles frente. Finalmente, la alianza de hombres, elfos y enanos, que regresaron a la superficie para combatirles, lograron expulsarles del Viejo Mundo, tras la Batalla de las Bestias, en el año 456.


La principal estrategia, y además la perdición, de los vesorianos era su visión nocturna, por eso se decía de ellos que habitaban la noche, momento que aprovechaban para atacar y saquear cuanto pudieran. Durante la Guerra de los Mil Años los vesorianos, bajo el mando del Ladrón de Almas, conquistaron de este modo grandiosas ciudades, tanto de los elfos como de los hombres, como la Torre de Lanthas (-15), Oslinath (12), Aluadinia (52) o Torres Mirdan (181). El Ladrón de Almas instauró un régimen en que sus ejércitos quedaban divididos en dos grandes facciones: la Guardia Nocturna y la Guardia Diurna. Los primeros eran los que combatían en el frente, saqueando y devorando; y los segundos eran los que defendían los territorios ya conquistados. Con ellos lucharon tanto pielesverdes, como bestias, alimañas u otros hombres, como los vikingos, y durante ese periodo fueron todos conocidos como las bestias.

Los vesorianos tuvieron su propio Panteón de Dioses, pero sobre todos ellos predominaba Vesores, de donde obtienen el nombre, Dios de la Guerra, como su padre Orloog.

Tras aquello el Ladrón de Almas desapareció, y con él la espada, así que los Páramos de las Estrellas se sumieron en un profundo caos que duró hasta el fin de sus días. Se sabe de ellos que participaron en las Guerras de la Luna, al menos en la primera y en la segunda, formando las legiones que los Demonios Resentidos reclutaron para invadir el Viejo Mundo.

Los vesorianos se dividieron en diferentes linajes, pero todos habitaron principalmente los Páramos de las Estrellas durante toda su historia.








20 de noviembre de 2011

Monográfico: Honorio, Augusto de Pridonia

 * Nota: Para orientarse con los lugares, consultar plano del Viejo Mundo AQUÍ


Flavio Honorio, Cónsul de Esselnesse y Bronosa, Augusto de Pridonia
(Esselnesse, 284 - Cartesse, 358)


Honorio nació en Esselnesse, en el corazón de la Tierra de Tronia, y fue uno de los hijos, junto a su hermano mayor, Arcadio, de Teodosio I, último César y Emperador de Pridonia. A la muerte de Teodosio, en 295 tras una larga enfermedad, le dejó el imperio a sus dos hijos, y así Honorio fue nombrado César Augusto, a la edad de 10 años. Como el imperio era tan inmenso, y difícil de llevar, y ante la imposibilidad de decidirse por uno, Teodosio I, decidió que sus dos hijos heredaran el Imperio, y que gobernaran juntos. Los dos hermanos se llevaron bien, salvo en algunas ocasiones. Así, Arcadio fue llevado al este, a hacerse cargo de los ostrogonotes y helenos, mientras que Honorio fue llevado a Cartesse. A ambos se les asignó un maestro, al que nombraron César, y que les sirvió como comandantes de todas las tropas. Estilicón fue el maestro de Honorio, quien le enseñó a combatir y a gobernar. Y aunque Honorio y Arcadio siempre mantuvieron el poder, en ese año el Imperio de Pridonia se convirtió en una Tetraquía. Honorio creció a la sombra de Estilicón, hasta el punto de que lo hizo casar con su hija María, y aunque aprendió mucho de él, siempre deseó acompañarlo a presentar batalla a los visigonotes, que ocupaban el este y el norte de la Tiierra de Tronia, después de que en el año 300 cruzaran el Limes (vieja la Muralla de los Reyes). En 304, harto de los impedimentos de Estilicón, Honorio decidió partir a la Tierra de Tronia, para vérselas con Alarico, que hacía llamarse Rey de los Visigonotes. La batalla se libró en Esselnesse, la mayor ciudad pridonia en la Tierra de Tronia, y su ciudad natal. 305 fue el año en que los visigonotes la conquistaran, y Honorio, viéndose derrotado, huyó de regreso a Cartesse. Poco después, tal vez porque no soportaba tal humillación, Honorio mandó arrestar y matar a Estilicón. Lo hizo en un arrebato, pues quería ejercer el poder legítimo que éste le había usurpado, y así en 308 acabó con su vida. Aquello significó casi el campo abierto para Alarico, que en el año 319, tras una larga campaña, conquistó la ciudad portuaria de Pravianne. El Rey visigonote, robando una flota pridonia, cruzó el canal, y desembarcó en la Gran Isla de Pridonia. Honorio entonces se temió lo peor. Sus legiones estaban dispersas, y muerto de miedo, ordenó que todos regresaran a Cartesse, a defenderla. Alarico no tardó en llegar hasta allí con un numeroso ejército, para establecer un largo sitio. La firmeza de las legiones pridonias, y la libertad que los habitantes de Cartesse tuvieron, con el puerto libre, y con Alarth como fuente de aprovisionamiento, mantuvieron a los visigonotes fuera de sus muros hasta 339, cuando aparecieron los elfos. La mismísima Señora Mielina, Reina de Eslián, con quienes mantenían una alianza desde hacía más de un siglo, dijo venir a apoyar la paz entre pridonios y visigonotes, y Honorio, viendo que no podría acabar con Alarico, fio en los elfos su mejor arma. Los elfos, juntos a los enanos, acudían a firmar un tratado que los uniera a todos, pues seguir combatiendo entre ellos, teniendo todos un enemigo común iba a terminar mal. Así, Alarico firmó la paz a regañadientes, y Honorio y él se aliaron a los elfos, enanos y demás pueblos libres del Viejo Mundo contra los vesorianos. Lo llamaron la Paz de Cartesse (339) y supuso el comienzo de la reconquista del Viejo Mundo, que terminaría con las bestias más de un siglo después. Honorio, tras aquello, partiría a combatir a la Tierra de Tronia a los vesorianos, pues ya habían cruzado el Limes también, y hostigaban a los visigonotes, ahora aliados suyos. Al final murió en 458, en su palacio de Cartesse, sintiéndose orgulloso de haber podido mantener a Pridonia libre...


Honorio es un personaje de las Crónicas de la Guerra de los Mil Años, en concreto de La Paz de Cartesse, el cuento en el que estoy empezando a trabajar. Espero pronto poder contaros más cosas. 
Puedes leer también sobre Alarico I.

18 de noviembre de 2011

Monográfico: Alarico I, Rey de los Visigonotes

* Nota: Para orientarse con los lugares, consultar plano del Viejo Mundo AQUÍ


Alarico I, Rey de los Visigonotes
(Ghen, 270 - Ghen, 346)

Nace en Ghen (vieja Guenburgo), territorio pridonio al este de la Muralla de los Reyes, pues allí habitaba su pueblo, los baltingos, un grupo de gonotes que moraban las tierras al norte de Tronia, a este y oeste de la muralla. Tiempo atrás, en 204, se libró la Batalla de Roncesvelle, en que su pueblo luchó a favor de los pridonios, en contra de otros gonotes. Tras aquello, se levantó la Muralla de los Reyes, que los pridonios llamaron el Limes, que significaba frontera. Cuando tenía veinticinco años acaudilló a un ejército, aliado de los romanos, y se autoproclamó único Rey de los gonotes (295). Logró hacerlo sin que Honorio y Arcadio, Augustos de Pridonia, lo supieran, pues no eran más que unos niños. Así, Alarico, tras pactar con los pueblos baltingos, cruzó la Muralla de los Reyes y marchó sobre los territorios que los visigonotes aun mantenían, pues los vesorianos los hostigaban por el este. Allí los unificó a todos, algunos comprados, otros derrotados, y los demás aliados por miedo. Alarico I se llamó, y fue conocido por el deseo de amasar más tierras. Cuando tenía el gobierno de los visigonotes, hizo un intento fallido de atacar el norte de la Tierra de Tronia (299), donde habitaban los baltingos, a modo de federados con Pridonia. Pero ante aquello, los pridonios expulsaron a todos los baltingos al otro lado de la Muralla. Pero en el año 300, lograría cruzarla, atacando Meridia (vieja Puerta de los Caballeros). Logró asediarla por ambos flancos, cruzando en persona el Bosque de la Calma, al sur de la Muralla, y atacando desde el este con una gran hueste visigonote. La caída de Meridia hizo que el Imperio de Pridonia se fijara en él, y desde ese momento Honorio, Augusto de Pridonia, y su esbirro, Estilicón, serían su mayores enemigos. Alarico logró conquistar poco a poco la Tierra de Tronia, y en 319 cruzó el canal en naves pridonias, pues los visigonotes no eran diestros en el mar, desembarcando en la Gran Isla. Los ejércitos pridonios fueron inútiles, y al final Alarico logró alcanzar Cartesse. El asedio duró muchísimo tiempo, y ninguno de los dos cedió. Honorio, que permaneció allí, con Cartesse sitiada, logró aguantar, pues Alarth siempre fue libre, a pesar de los intentos visigonotes de conquistarla. Y el odio entre ambos creció, hasta que en 339 Honorio le pidió la paz a Alarico, pues los elfos de Laentis-Anne, y los enanos de las Montañas del Anochecer se lo habían pedido. Alarico, viendo que si rechazaba la oferta, Honorio se aliaría a los elfos, aceptó el trato. Ese año se firmaría la Paz de Cartesse, y desde entonces los pueblos libres combatirían a los vesorianos. Pero Alarico, durante el tratado, hizo prometer a Honorio que después de aquello, le entregaría su vida, pues Cartesse habría caído en sus manos si los elfos no hubieran intervenido. Además, le exige que tras su muerte él sea el general máximo de las legiones de Pridonia. Con todo ello, y para asegurar la alianza, Honorio le entregó a su hermanastra, Aelia Gala, en matrimonio. Ella nunca lo amo. Su muerte llegó en 346, tras una victoriosa campaña, en que expulsaron a los vesorianos del norte de la Tierra de Tronia, que en aquel tiempo casi la habían conquistado. Su último deseo se cumplió, y falleció en Ghen, su aldea natal, a la edad de setenta y seis años.



Alarico I es un personaje de las Crónicas de la Guerra de los Mil Años, en concreto de La Paz de Cartesse, el cuento en el que estoy empezando a trabajar. Espero pronto poder contaros más cosas. 
Mañana os traigo a Honorio!!

19 de junio de 2011

Monográfico: Torres Mirdan

Torres Mirdan fue una de las ciudadelas que los elfos de la Alta Estirpe de Laentis-Anne, los Viajeros, construyeron a lo largo del Viejo Mundo cuando se expandieron por éste. Aquellas regiones las encontraron desahabitadas, y en una posición elevada, construyeron las dos torres. Era una formidable castillo, que se elevaba bien alto. Durante mucho tiempo Torres Mirdan fue una importante ciudad elfa, tan lejos como estaba de Artha'Ula, primero, y de Cordonia, después, donde reinaban los elfos de Laentis-Anne.

Poco después de que el Mundo cambiara, ya entrada la Edad de los Hombres, cuando estos comenzaron su gran expansión, los elfos que habitaban Torres Mirdan vieron estallar la Guerra de los Mil Años, en que las bestias cruzarían las Montañas del Anochecer, e invadirían el Viejo Mundo en masa...

Por aquel tiempo, Torres Mirdan era una posición estratégica, a camino entre Iftir y Gordlindon, en las Tierras Bajas que se extendían hacia el este, y Filania hacia el suroeste, sobre el Ethir Aluadin. Tras las primeras invasiones de los vesorianos en las montañas, los gonotes ocuparon las Tierras Bajas, así como las Tierras de Balhan, al norte. En aquellos remotos lugares, los elfos mantuvieron una posición de acogida, y amistad con los hombres que huían de las bestias. Los gonotes habitaron aquellas tierras durante siglos, hasta que los vesorianos les hicieron retroceder... Iftir y Gorlindon cayeron pronto, y Torres Mirdan se temió lo peor.

Cauando llegaron las bestias ante sus puertas, los elfos lucharon con valor, y mucho tiempo aguantaron, en muchos momentos ayudados por los gonotes. Pero al final Torres Mirdan cayó, en la imparable masa de bestias que les atacaron desde el este... Así, la ciudad fue reducida a cenizas, y a todos sus defensores se les dio muerte. Durante aquella dura batalla, que aconteció en 181, se dice que una de las torres de la fortaleza cedió, y se derrumbó en el patio de armas, donde había muchos elfos... Tras lo sucedido, nadie volvió a habitar el lugar en al menos dos cientos treina años...

Los vesorianos continuaron con su ola de destrucción, y al final tomaron también Filania, que corrió la misma suerte que Torres Mirdan. Tras aquellas conquistas, los vesorianos continuaron, hasta tomar el Bosque de las Brujas, expulsando a los gonotes que en él vivían. Hasta allí llegaría entonces Odín, la Bella, quien habitaría el bosque desde entonces. Para ella levantarían el Sitial de las Brujas, y en su bosque crecería la planta que tanto amaba... Ella sería quien, en un intento de complacer al Ladrón de Almas, plantó unas semillas mágicas entre las ruinas de Torres Mirdan.

Así, de entre los escombros, brotó una planta enredadera, que creció y creció hasta engullir lo que quedaba del castillo. De la planta brotaron millares de flores de un color rosa muy bello, y de entre sus pétalos, nacían demonios de todas clases... Aquel lugar fue maldito mucho tiempo, y los vesorianos lo utilizaron para traer demonios al Mundo, a este lado de las Montañas del Anochecer...

Los elfos y los hombres, tras la Paz de Cartesse, y habiendo hecho retroceder a las bestias hasta aquellas tierras, encontraron Torres Mirdan desolada, engullida por la enradadera de flores rosas. Al ver que de aquel lugar manaban los demonios que los vesorianos traían a batalla, decidieron que debían conquistarla, pues era de vital importancia para vencer aquella guerra. Pero ante la imposibilidad, pues el lugar estaba invadido por fieros demonios que la defendían bien, los elfos y los hombres decidieron una resolver la situación de forma drástica. Acamparon rodeando la atalaya, y dispararon miles de flechas en llamas. Así, quemaron Torres Mirdan para matar a la enredadera. El sitio durante semanas, y mantuvieron el fuego vivo durante ese tiempo, hasta que no quedó nada de la planta, al menos no sobre el suelo... La batalla fue sangrienta, pues aun debieron enfrentarse a los demonios que subrevivieron, y aquello jamás lo olvidarían... Al final Torres Mirdan fue reconquistada, en el año 412, tras haber ardido hasta sus cimientos.

Después de aquello, los elfos tomaron la posición, reconstruyendo la fortaleza. Elevaron la torre que hubo caído durante la batalla contra la bestias, hacía más de dos siglos atrás. Y Torres Mirdan volvió a llenarse de esplendor. Durante el resto de la Guerra de los Mil Años, elfos y hombres enviaron grandes ejércitos desde las torres a conquistar las Tierras Bajas, que ayudados por los enanos, cayeron pronto.

Al final ganaron la guerra, y expulsaron a las bestias del Viejo Mundo. Y durante todo aquel tiempo, algo creció de la tierra del castillo. La planta mágica no había muerto, pues sus raíces sobrevivieron al inciendo, y volvió a brotar del suelo, y comenzó a trepar los muros de la fortaleza. Los elfos, que la habitaban, trataron de contener el crecimiento de la planta, y por largo tiempo lo consiguieron, pero cuando la guerra iba dando a su fin, al ver que la Señora Mielina se marcharía cuando todo terminara, decidieron abandonar Torres Mirdan, y marcharse hacia la Península de Ëslinor, de donde partirían los elfos de Laentis-Anne para siempre.

Así, en el año 456, cuando se libró la Batalla de las Bestias, y la Guerra de los Mil Años diera fin, los habitantes de Torres Mirdan se marcharon de allí, y dejaron el lugar abandonado. Entonces la planta enredadera pudo crecer silvestre, y volvió a engullir el castillo, y desde entonces sería conocido por todos como un sitio maldito, al que muy pocos se atrvieron a acercarse, pues según dijeron al volver, estaba infestado de demonios de todas formas...





De las Torres Mirdan se habla en las Crónicas de la Guerra de los Mil Años.
Para situar la fortaleza en el mapa, consulta la entrada anterior.

6 de junio de 2011

Monográfico: Koragk, Matabestias

Koragk nació en las Montañas del Anochecer, en el año -120, en una pequeña aldea enana. La villa estaba oculta en los límites del Bosque Oscuro de Alorn-Toth, donde los gonotes les habían permitido vivir. En el momento en que los enanos se ocultaron en las entrañas de la montaña, para no regresar, casí cinco siglos antes del nacimiento de Koragk, su familia se encontraba lejos de una ciudad enana, por la que huir de la superficie, como había ordenado Thüril, el Rey Único. Así, a su llegada a Karak-Lon, de donde procedían, y al encontrarla deshabitada se asentaron en sus ruinas. Allí convivieron mucho tiempo hasta que en -135, los orcos de la Tribu de la Garra Negra, que campaban a sus anchas en las Montañas del Anochecer, los atacaron. Karak-Lon cayó entonces, y los orcos fundaron allí la Garra Negra, donde vivió desde entonces su Señor de la Guerra. La familia de Koragk debió huir entonces al Bosque Oscuro de Alorn-Toth, y allí se asentaron, bajo la protección de los gonotes.

Koragk nació en un momento de mucho dolor. Ya en sus primeros años aprendió a odiar a los orcos, y cuando aun era joven, vio morir a su padre, en un intento fallido por recuperar la vieja ciudad enana... En aquel momento, Koragk juró que derrotaría a los orcos de la Garra Negra.

Cuando creció, no espero para animar a los hombres, y ayudado por los gonotes, asedió la ciudad, sin conseguir tomarla. Derrotado, y dándose por vencido, decide marcharse lejos, y morir luchando, matando bestias. Entonces tenía más de un centenar de años, y no tardó en ganarse el sobrenombre de Matabestias...

Koragk luchó en la Guerra de los Mil Años, pues reunió a muchos, que habiendo escuchado su nombre se le unieron, y juntos lucharon contra los orcos y los vesorianos allá donde los encontraban.

Una noche del año 117, cuando Koragk se encontraba al este de la Península de Ëslinor, donde las bestias ya acosaban a los elfos y a los hombres, vio en el cielo un destello tan poderoso que sólo podía provenir de un lugar. Aquella luz provenía de un punto en el horizonte de la estepa, hacia oriente, y allí debía estar la Corona Radiante de la leyenda.

Por curiosidad, o quizás pensando que si la corona estaba allí, habría bestias buscándola, Koragk organizó un grupo, y fue a ver de qué se trataba. Al ir acercándose, vio que a lo largo de la estepa, los hombres y los elfos estaban construyendo una gran muralla, que separaría la Peninsula de Ëslinor del continente... Realmente temían a aquellas bestias.

Cuando Koragk alcanzó el muro, vio que al norte estaban levantando una fortaleza, era el Paso Norte del Muro de Ëslinor. Allí los hombres, bajo el estandarte del Imperio de Pridionia, levantaban una ciudad que serviría de guarnición y defensa. En aquel momento estaba en construcción, y un puñado de hombres trabajaba allí, cuando ante la sorpresa de todos, dos grandes ejércitos atacaron la ciudadela.

Por el oeste apareció una legión de elfos oscuros, pertenecientes a la Alta Estirpe de Yandalath, bajo las órdenes de Adril de Dorthonion, un despiadado Señor de la Guerra que ansiaba hacerse con la Corona Radiante. Por el oriente, apareció una hueste de pielesverdes, comandados por Ghundard, Señor de la Calavera Llameante. Aquella tribu luchaba junto a los vesorianos, y al ver el destello, habían acudido también a por la corona...

La Batalla por el Paso Norte del Muro de Ëslinor fue dura. Los hombres que la defendían murieron todos, salvo uno, que se lo llevaron los elfos para torturarlo. Éstos huyeron del lugar, pues Ghundard, que era un poderoso hechicero, los derrotó invocando a cruentos demonios que los devoraron. Pero quien se hizo con la Corona Radiante fue Koragk, Matabestias, que al portarla, deslumbró a todos en la ciudadela. Muchos orcos y elfos huyeron, y él se marchó de allí con el poderoso objeto.

Poco después, al saber que Thor-Lunn, era ahora el Rey Único, y que había ordenado regresar a la superficie para combatir a las bestias, acudió hasta él, y le regaló la Corona Radiante, diciéndole que él no era merecedor de ese honor, sino él. Thor-Lunn, agradecido, le encomendó el cometido de marchar hasta Cordonia, hasta Cartesse, y hasta Anora, donde aun habitaban elfos y hombres. Koragk debía pedirles que se unieran a su causa, y que todos juntos lucharan contra los vesorianos.

Koragk, Matabestias, comenzó así su odisea... Fue hasta Cordonia, en el extremo de la Península de Ëslinor, y allí recibió audiencia de la Señora Mielina, quien gobernaba el Reino de Eslián, como emabajador de Thor-Lunn, el Rey Único. Después fue hasta Cartesse, en el corazón de la Gran Isla de Pridonia, y de su Imperio. Pero los hombres no les escucharo al principio. Se reunió también con los aches, en la Ciudad-Estado de Nundinae, y con los helenos de la Isla Rocosa, hasta con los gonotes que acampaban al otro lado del muro que los pridonios habían levantado para mantenerlos fuera de la Tierra de Tronia, y que no tardaron en atravesar...

Tras los gonotes asediar Cartesse, y la balanza en el Viejo Mundo inclinarse definitivamente hacia el lado de las bestias, se firmo la Paz de Cartesse. Pridonios y gonotes dejarían de luchar entre ellos, y se unirían a los elfos contra los vesorianos. En aquel momento, cuando se formó la alianza, se encontraba Koragk, Matabestias, en representación de Thor-Lunn, el Rey Único, Soberano de todos los enanos.

Tras aquello, la Guerra de los Mil Años se convirtió en una encarnizada matanza. La alianza de elfos y hombres combatió a los vesorianos en las estepas del Viejo Mundo, ganándoles terreno. Reconquistaron antiguas ciudades, que ya eran poderosas piezas del imperio vesoriano, como Aluadinia, Oslinath, o Lanthas, a la que renombraron como At-Lanthas. Y en las Montañas del Anochecer, los enanos combatieron a las bestias, ayudado por los elfos de Barafundär, tras la Batalla de Karak-Athor.

Durante aquel tiempo Koragk combatió primero junto a los hombres y elfos en el Viejo Mundo, y después se sumó a los ejércitos enanos, que luchaban en las monatañas. Thor-Lun, para recompensar a Koragk, le entregó un ejército, para que partiera hasta la Garra Negra, y se enfrentara a los orcos. Así, Koragk combatió a los orcos hasta romar la vieja ciudad enana, enviando tropas desde los túneles del subsuelo, y asediando sus muros desde la superficie montañosa. Cuando conquistó la Garra Negra, y la renmbró como Karak-Lon, El Rey Único le dijo a Koragk, que la gobernara. Pero éste, que sólo deseaba morir combatiendo a las bestias, decidió darsela al Rey Thorak, su legítimo heredero, hijo del difunto Rey Thüril.

Entonces, Koragk, Matabestias, partió a enfrentarse a los vesorianos, que por aquel entonces se replegaban en las Torres de Isnara, habiendo perdido sus bastos territorios en el Viejo Mundo. En aquel lugar, en el año 456, se libró la llamada Batalla de las Bestias, en que murió Koragk. El valiente enano luchó valeroso contra Fannygorn, el Supremo, pero éste le dio muerte despiadadamente.

Así, los días de Koragk, Matabestias, terminaron, pero su leyenda creció y fue recordada por siempre...




Koragk, Matabestias, es un personaje de las Crónicas de la Guerra de los Mil Años, en que estoy trabajando ahora. Espero pronto contaros más sobre él y sobre esta historia!!





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17 de mayo de 2011

Odín, la Bella

Hoy vengo a hablaros sobre un personaje que me gusta mucho, Odín, la Bella, Señora de la Torre de Ihren, de quien se habla en las Crónicas de la Guerra de los Mil Años.
Este monográfico está incompleto, pues sé que después de lo narrado a continuación le siguieron pasando cosas a Odín, pero aun las desconozco, así que ya iré ampliando su historia.

Este texto lo escribí el otro día para mi glosario. 
Os advierto que si vais a leer el relato La Torre, esto os desvelará el final. Por ello os aconsejo no leerlo antes.

Ya me decís qué os parece!!



Odín fue una muchacha que nació en el Bosque Oscuro de Alorn-Toth, a comienzos del Siglo V, antes de que comenzara el calendario del Viejo Mundo. Cuando los vesorianos remontaron las monatñas, muchos gonotes se marcharon de donde nacieron, aunque muchos otros se quedaron en su bosque oscuro, en el que resistirían mucho.
Odín, que durante su juventud fue una muchacha muy hermosa, creció feliz, hasta que sus padres se marcharon del bosque. Huyeron hacia el norte, atravesando las montañas, hasta alcanzar Korro Odonen, la ciudad enana que éstos construyeron más al norte. Aquellas familias encontraron entre sus ruinas, pues habían sido abandonadas un siglo atrás, un hogar, y allí decidieron ocultarse, pues se creían rotegidos.
Allí vivió Odín, y con lo hermosa que era, conoció a muchos hombres, hasta que se enamoró de uno. Era un apuesto joven, que la amó mucho, y cuando eran ancianos, y éste murió, ella enloqueció. Se sumió en una tristeza tal, que le sumió en una profunda depresión. Aquel hombre había sido toda su vida, y ahora ya nadie la mimaría... Entonces decidió que ella no deseaba una vida así, sin aquél afecto, así que buscó la forma de tenerlo.
En algún momento fue que dio con un mercader, que vendía una planta que aseguraba la belleza más pura. Al parecer, si una mujer se ponía las flores de la planta a modo de pendientes, en ella brotaría la más infinita belleza. Al parecer, un demonio la había tocado, y le había dado aquellas propiedades mágicas...
Odín se hizo con la planta, y al probarse los pendientes, rejuveneció de súbito, volviendo a tener su hermosura de siempre. Se maravilló tanto con lo ocurrido...
Así, Odín, volvió a ser llamada la Bella. Desde aquello, ella siempre llevaba los pendientes, y permanecía joven por el día, pero al atardecer, los pendientes se marchitaban, y su magia moría con ellas, y ella volvía a ser una anciana.
Odín vivió así muchos años, pues la magia de las flores de aquella planta le hacía librarse de la muerte. Vio morir a muchos, que conoció de jóvenes, y las generaciones se sucedieron.
Dependió de aquellas flores, hasta el punto de obsesionarse y volverse una completa demente. En su ansia por evitar perder aquella planta, averiguó la forma de tener una fuente inagotable de su magia... Debía invocar al demonio que la había hechizado.
Así, Odín comenzó su búsqueda. Fue a la Torre del Recuerdo, que se encontraba muy al sur, y allí conoció los secretos de la demonología. En aquella torre que acababa en el cielo, donde habita el Dios del Recuerdo, se almacenan una gran cantidad de libros, de conocimiento... Y ella robó uno. Con ese libro logró aprender los secretos que guardan la clave para conectar con el inframundo, donde habitan los demonios...
Y al final, Odín regreso a la Torre de Ihren, y para seguir manteniéndose bella, invocó a un demonio. Era una riatura horrenda, que supo dotar a su planta de la magia capaz de hacerla hermosa, y joven, e inmortal...
En su obsesión, Odín tramó un plan para conseguir tantas flores mágicas como quisiera, y que no se le acabaran jamás. Se acercó a Ario, el joven que sería Señor de la Torre algún día, y logró que se enamorara de él. Así, ambos se casaron, Odín se convirtió más tarde en la Señora de la Torre de Ihren.
Como regalo de bodas, ella consiguió que Ario le regalara el jardín más gran posible de aquella planta, que daba sus flores favoritas. Y entre la Torre y el Bosque de las Bestias, a lo largo de todo el extenso valle que los separaba de donde habitaban las bestias, plantaron un jardín con aquella planta, y Odín se sintió enormemente complacida...
Había conseguido ser la Señora de la Torre, y tener tantas flores para mantenerse en el poder todo el tiempo que ella deseara...
Durante aquel tiempo mantuvo preso al demonio que había invocado en un libr mágico, cerrado con un candado. Pero una noche, la última que los gonotes vivieran en la Torre de Ihren, pues huirían tras la amenaza de las bestias, fue descubierta por su propio hijo.
Öddio, el hijo de Ario y Odín, liberó al demonio, y descubrieron que en realidad era una bruja, consumida por su propio delirio, y por una vejez oculta tras un hechizo.
Odín huyó de la Torre de Ihren, y fue volando hasta el extenso jardín a las afueras de ella. Entonces, los terribles guerreros vesorianos aparecieron, y entre ellos el mismísimo Ladrón de Almas...
Así, Odín, que fue conocida una vez como la Bella, se vio obligada a formar parte de la invasión que los vesorianos iniciaron sobre el Viejo Mundo, y que los llevaría a las Guerras de los Mil Años...




Darka.

14 de julio de 2010

Monográfico: Orfo, el Semiorco y Grorro, el Gigante, Rey de Vikinga

Hola!
Hoy vengo a hablaros de dos personajes secundarios del cuento de La Sirada, en el cual me encuentro enfrascado trabajando. Y me encanta!

Estos dos personajes me fascinan, y bueno, quería compartirlos con vosotros, adelantarlos, pues aun no han aparecido en el cuento. Aunque de ellos ya sé, exactamente cómo intervienen. El cuento ya está casi completo en mi cabeza y mis notas.

Ellos dos son: Orfo, el Semiorco, y Grorro, el Gigante, Rey de Vikinga.


ORFO, EL SEMIORCO

Sort, Señor del Cráneo Hueco, una tribu de pielesverdes que logró dominar el territorio que albergaba toda la cordillera de las Altas Ered-Ilais, se hizo a la mar una vez, en busca de los tesoros elfos, dijo. Sabía que los Reinos de Eleanor, donde vivían los elfos, un paraiso en aquel mundo en destrucción, se encontraba tras los Mares de Eldor, el Torturado.
Hasta allí navegaron, y sin encontrar el final de aquella tormenta perpetua en los Océanos del Mundo, Sort encontró la forma de sortearla. A los navíos orcos, ataron grandes globos, tejidos con el velamen y las ropas de aquellos a quienes habían derrotado, y lograron elevar sus naves. Así cruzaron la tormenta que envuelve los Reinos Elfos de Eleanor, y llegaron a una de sus islas, Sa Dragonera.
En aquella tierra de sueño, de escarpadas montañas que nacen en el mar, y se elevan sobre toda la geografia elfa, viven los elfos de Quivarén, los Señores de los Dragones.
Cuando Sort, Señor del Cráneo Hueco llegó hasta allí, libraron una gran guerra, a la que llamaron la Guerra de los Cráneos, en la que fue derrotado. La nave de Sort fue la única que logró elevarse y escapar, durante la ultima batalla de aquella guerra. El caudillo orco huyó, pero se llevó consigo un buen número de prisioneros elfos, que trató como esclavos. A ellos los puso a trabajar, o los vendió, pero a ellas se las quedó. Sort las trató muy mal, las despreció y las insultó de la peor manera que pudo. Violó a muchas de ellas, pero una vez, sin que nadie lograse jamás comprender por qué, una quedó encinta.
La elfa fue fuerte, y aguantó, pero en el parto casi fallece. Cuando despertó, vio que su hijo no era un orco, ni un elfo, era la mezcla de ambos. Pero ella en él no vio el horror, sino que se le despertó un sentimiento de cariño. Por nombre le pusieron Orfo.
Orfo creció en la tribu, hasta que su madre elfa murió. Todos allí le repudiaban, por ser diferente, pues no era un orco, y todos lo notaban.
Así que decidió huir.
Por su condición elfa, Orfo era mucho más longevo que cualquier otro orco, y el tiempo fue pasando, mientras el permaneció escondido entre las Madrigueras.
En su malvivir, fue a parar prisionero a la cárcel subterránea, donde también estaba el Príncipe Assul, de Grrim.
Cuando éste escapó, ayudado por U, la Sirada, liberó a Orfo, y juntos se dirigieron al Palacio Encantado de Ëndolin.
Allí, durante la batalla en que las tropas de Goromer, Rey de Grrim, y padre de Assul, asediaban Ëndolin, murió Orfo, el semiorco, luchando contra el mismísimo Rey de Grrim.



GRORRO, EL GIGANTE, REY DE VIKINGA

Grorro era el último superviviente de una raza que con él, se extinguiría en la basta Tierra de Vikinga. Esta Península, situada al norte del Viejo Mundo, de altas montañas y costas escarpadas, en que siempre hace un frío horrible, estuvo habitada una vez por los gigantes. Habitaban en los valles y en las infinitas cuevas, hasta que llegaron los hombres. Los primeros se asentaron en las costas, y después fueron adentrándose tierra a dentro, hasta que se encontraron con los gigantes. Las luchas fueron cruentas, le llamarn las Guerras de los Gigantes, y muchos hombres murieron combatiéndolos. Fue una epoca caótica, en que se fundaron diferentes Reinos en aquellas tierras, y por largo tiempo se pelearon entre ellos y contra los gigantes. Pero éstos, que siempre les hicieron frente con dureza, aprendieron de ellos esa nueva palabra que trajeron: Rey. Así, se nombró Rey a un gigante, y todos lucharon unidos en defensa de la Tierra de Vikinga.
Fue muy duro, y al final los gigantes se vieron superados en número y en frentes, y la gra mayoría perecieron. A medida que los hombres iban matando al Rey de los Gigantes, otro era nombrado, y de nuevo volvía a caer. Así, cuando sólo quedó uno, se autoproclamó el Último Rey de los Gigantes, aun sin nadie a quien reinar. Llegados a ese punto, los hombres se olvidaron de los gigantes, y Grorro, el único que quedaba, se ocultó entre las montañas.
Grorro salió de Vikinga una vez, en contra de su deseo, pues Goromer, Rey de Grrim, uno de los Reinos de los hombres que quedaban en Vikinga, lo hubo secuestrado. Fue llevado lejos, al sur del Viejo Mundo, al Reino de Himn. Allí Grorro se vio obligado a luchar en el Palacio Encantado de Ëndolin, donde Goromer pensaba que estaba la Corona Radiante...





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18 de mayo de 2010

Monográfico: Ciudades-Estado

Hoy vengo a hablaros de dos grandes ciudades en Mi Mundo. Sus nombres son: la Insigne Ciudad-Estado de At-Lanthas, y la Ciudad-Estado de Aluadinia.
Como ya os he dicho en alguna ocasión, estoy trabajando en el Glosario de la Leyenda de Golöel, el cual contiene una gran cantidad de términos, entre personajes, objetos, acontecimientos y lugares. Aprovecho para mostraros una primera versión de este Glosario, aunque aun lo veo muy pobre, y por ellos, hasta no incluir aun una buena cantidad de términos, no quiero presentarlo en sociedad.
Os lo dejo sólo por si queréis echarle un vistazo y decirme qué os parece.
En él podéis encontrar ya algunas descricpiones, de algunos personajes, de algún objeto y de algunos lugares. Estos son dos de ellos:


INSIGNE CIUDAD-ESTADO DE AT-LANTHAS

Nombre: Insigne Ciudad-Estado de At-Lanthas
Categoría: Lugar
Su contrucción comienza durante la edad de los elfos. Los hombres levantan la ciudad, en 415 del calendario de los hombres del Viejo Mundo, sobre las ruinas que dejaron los elfos. En 1284 recibe el sobrenombre de Ciudad Insigne.
Nunca fue destruida.
La Ciudad-Estado de Atlanthas se encuentra al centro del Viejo Mundo, junto al Reino de Aln-Tarin, en la rivera del Río Grande, también llamado Bragano.


Los elfos de la ALta Estirpe de Laentis-Anne, llamados los viajeros, llegaron al Viejo Mundo cuando los hombres aun no eran lo que ya son. Durante la Edad de los Elfos, ellos se expandieron, ocupando gran parte del territorio virgen, pero cuando los hombres se alcanzaron una cultura y una tecnología digna de hacerles frente, estalló la Guerra de los Mil Años, y éstos debieron marcharse de aquel continente para siempre. Aun así, unos pocos elfos permanecieron en la lucha.
Cuando se hizo la paz, esos pocos que permanecieron, convivieron con los hombres.
En el año 415 de la Edad de los Hombres (según el calendario occidental), se comienzó la construcción de At-Lanthas, sobre las ruinas de la última ciudad elfa, su bastión más oriental.
En la ciudad convivieron, desde sus comienzos, elfos y hombres, y por siempre se mantuvo esta armonía. Pronto formaron un consejo, presidido por un elfo y un hombre, y así gobernaron en paz por siempre, sometiendo a votación el cargo a la muerte de cada miembro del consejo.
Desde entonces, la Ciudad-Estado de At-Lanthas creció floreciente, y aislada del resto. Con los primeros enlaces comerciales, se forjó amistad con otros pueblos, pero siempre mantuvieron su independencia, incluso lograron resistir varios intentos de asedio de otros reinos.
En el año 1284, terminó la Gran Guerra de la Roca, la Primera de las Guerras de la Luna. Y fue en esta ciudad donde se celebró la victoria, desde entonces recibiendo el sobrenombre de Ciudad Insigne. Así, pasó a llamarse la Insigne Ciudad-Estado de At-Lanthas, que aun en estos días pervive en auge.

Del la Insigne Ciudad-Estado de At-Lanthas se habla en Kelpie, la Dama del Amanecer.


CIUDAD-ESTADO DE ALUADINIA

Nombre: Ciudad-Estado de Aluadinia
Categoría: Lugar
Los primeros asentamientos de los hombres en la zona datan de la Edad de los Elfos.
Nunca fue destruida.
La Ciudad-Estado de Aluadinia es una ciudad que se encuentra en el centro del Viejo Mundo, en un lugar donde el Río Largo o Ethir Aluadin, forma diferentes lagos, y nace el Río Bringuidamo, desviándose al suroeste.


La región de Aluadinia siempre fue atractiva para los hombres. El cauce del Río Largo, o Ethir Aluadin, llamado por los elfos con anterioridad, cruzaba el Viejo Mundo septentrional de este a oeste, llevando gran parte del deshielo de las Montañas del Anochecer hasta el Gran Océano, desembocando en el Canal de los Corsarios. En su recorrer, se encontraba esta región de roca, que las aguas supieron moldear. Aquella montaña fue tallada lentamente por las aguas, formando grandes lagos de agua dulce, y altos acantilados.
Allí los hombres se asentaron pronto. Algunos hasta especulan que allí nació una de las primeras Estirpes de los Hombres, que poblaría el Viejo Mundo, y que los restos de sus ruinas habrían sido devoradas por las aguas. Muchos dudan de esto, pero los que aun lo sostienen, esperan algún día encontrarlas en el fondo del río.
No hay fecha de cuando se puso la primera piedra de la ciudad de Aluadinia. Pero se data su fundación cerca del año -2500, antes del calendario occidental, que es cuando se formó el primer consejo que la gobernaba.
Aluadinia siempre trató de ser independiente, y por largos periodos fue una floreciente Ciudad-Estado. Pero en algunas ocasiones se vio ocupada, y su consejo apresado. Fue conquistada por la Ciudad-Estado de Reinora, situada al sur de Aluadinia, y bajo su gobierno se sucedieron algunas generaciones de hombres, Hasta que se revelaron y la ciudad volvió a ser independiente. Fue asediada en incontables ocasiones por los goblins del Bosque de las Tes Lunas, al norte, y muchas de estas victorias se consiguieron con la ayuda fiel de la Corona de Tronia, siempre en buenas relaciones con la Ciudad-Estado de Aluadinia.
Este lugar sería relatado en las historias, por recibir por poco tiempo como huéspedes a los que serían los Caballeros Elegidos de Golöel. Hecho que ocurriría el año 1523 del calendario de los hombres del Viejo Mundo.


Del la Ciudad-Estado de Aluadinia se habla en La Noche que No Acaba.



Os muestro, además, un plano de la Ciudad-Estado de Aluadinia, durante el Siglo XVI del Calendario Occidental.

6 de marzo de 2010

La Dama Negra

Llevo unos días queriendo escribir un monográfico de la Dama Negra, uno de mis personajes preferidos. He pensado que puede ser un buen apartado para el blog, de vez en cuando hablaros sobre un personaje en concreto. En realidad ya lo hice en otras ocasiones, aunque no lo pensé como un nuevo apartado. Otros personajes de los que ya escribí monográficos aquí fueron Firin, de Firindain; Kalhia, de Quivarén; Murtagh, el Señor Caracol; Sebah, el Duende de Epoxi; o Ulara, la Llorona...


Pero hoy os hablaré de la Dama Negra, un personaje enigmático que dedicó sus vida a una empresa que jamás lograría cumplir.
Nunca he llegado a saber su nombre, pues seguramente fue conocida por diferentes en momentos y lugares diferentes... Pero en todo caso, siempre sería conocida por el sobrenombre de la Dama Negra.


Ella es una elfa, de la Alta Estirpe de Gelidén, los amantes de las estrellas, que en algún momento de su vida, siendo aun joven, pudo leer un Lunariu, y así descubrir que los Demonios Resentidos llegarían al mundo, para devastarlo. Así, la Dama Negra dedicaría su vida a evitar que estos crueles demonios fueran invocados en el mundo.
Ella es una hechicera misteriosa, una ermitaña, que prefiere la soledad a la insustancial compañía. Se oculta en diferentes sitios, sin una residencia habitual, y ha vivido para ver nacer y morir a muchísimas generaciones de hombres... Es muy poderosa.
El primer dato conocido que tengo de ella, es que estuvo en la Torre de Teth Nolin, durante la Llegada de la Llorona, en el año -1253 del calendario de los hombres del Viejo Mundo más occidental. Estos hechos se narran en El Cuento de Siläe. En aquel momento sería invocada Ulara, la Llorona, el Demonio Resentido imaginado en la Tristeza de Orfgod... La Dama Negrahabría acudido a la torre perdida en aquel inmenso desierto en que siempre es de noche, pero no habría logrado su empresa.

Hasta entonces, parece que los elfos del Bosque Encantado de Loth-Darien pordrían haberla estado dando asilo, aunque éste es un dato aun por confirmar.
Después de la Llegada de la Llorona, la Dama Negra debió ocultarse por diversos lugares, rondando de aquí y allá, tratando decambiar lo que se avecinaba. Presumiblemente, estuvo tratando de dar caza a Ulara, es posible que hasta se batieran en duelo en alguna ocasión, pero de ello nada quedó escrito, que se sepa.

Mucho tiempo después, en el año 1008 del calendario de los hombres, la Dama Negra volvió a aparecer en el Nuevo COntinente de Ülathar, tratando de evitar que Gingoen, el Demonio Resentido imaginado en la Impotencia de Orfgod, fuera llamado. Ello es relatado en el cuento de Lyda de Lis.
¡Habían pasado más de 2000 años de la llegada de la Llorona! La Dama Negra habitó de aqui y allá, siendo conocida siempre como una ermitaña, tratando de pasar desapercibida, y viviendo como pudo. Frecuentó la Torre del Recuerdo, donde pudo consultar algún Lunariu, los libros que hablan de la llegada de los Demonios Resentidos. Tal vez vivió allí, adorando al Dios del Recuerdo, una temporada... Esa torre está situada en las Montañas del Anochecer, en algún punto de los Reinos Enanos, y en ella se alberga la mayor biblioteca del mundo.

Pocos datos comprobados se tienen de la Dama Negra. Es probable que aparezca en otros cuentos, como el de El Eviterno, que hablará de la llegada de Evilized, el Demonio Resentido imaginado en el Deseo de Orfgod, pero aun debemos esperar para saberlo.

La Dama Negra siempre vivió a parte de la sociedad. Era una vagabunda, una ermitaña, y una poderosa hechicera. Siempre vistió de negro, como si preveyera un luto por lo que estaba a punto de acontecer... Portaba un precioso báculo, con el cual podía hacer magia, y con lo largos años de estudio y práctica, había alcanzado gran sabiduria.
En la mayoría de las ocasiones, los protagonistas de los cuentos en que se deja ver, la toman por una bruja con fines oscuros... Si hace el bien o el mal, es relativo. ¿Justifica el fin los medios? tal vez ése sea el gran debate que presenta este personaje... Ella sabe que se va a desatar un gran horror en el mundo, que viene dispuesto a devorarlo todo, y tratará de evitarlo a toda costa, pagando cualquier precio por ello...

Me encanta este personaje. Y me alegra saber que aun me queda mucho por descubrir de ella... Ya os iré contando!!

Darka.