8 de marzo de 2007

Mi frase en el Cuentacuentos: La última imagen que quedó plasmada en su retina fue la de su asesino.

La última imagen que quedó plasmada en su retina fue la de su asesino. Él hasta se vio ahí reflejado sobre ese azul intenso, mientras el cuerpo caía al suelo. Todo sucedió como a cámara lenta, como en esas películas extraídas de cómic en que se juega con el tiempo y la realidad. Él calló al suelo, y aun alcanzó a retorcerse, un último espasmo de vida...
Entonces el asesino se detuvo en seco.

A su alrededor, la encarnizada lucha. Miró lentamente, sabiendo que no tenía enemigos a menos de unos cinco o seis pasos. Todos luchaban a muerte, el sonido era desolador, el chocar del acero, los gritos, de guerra y de dolor... Nada más, aquel era el sonido de la batalla en medio del silencio del campo, el sonido de la muerte. A él le estaban rodeando, el círculo se abría por un hueco, entre dos compañeros que peleaban. Y se estaban acercando.
Se quitó la capucha negra de lino, que recayó sobre la coraza a su espalda. Miró enredador, a cada uno de ellos, comenzando desde su única escapatoria, hasta el último de ellos, y entonces se lanzó. Corrió veloz con ambos cuchillos en sus manos, moviéndose ágil en el campo de batalla. Ellos se acercaron, cerrando aun más el cerco, pero él llegó antes. A escasos centímetros se agachó, rodando a la izquierda, y clavándole uno de esos afilados cuchillos en la garganta a uno, que murió al acto. Los de los lados se abalanzaron, pero él, diestro, le arrebató la vida a otro, con la mano que tenía libre. Un tajo certero donde hacía falta, y uno menos.
Ahí se vio libre.
Corrió, escapando del que quedaba, y huyó del cerco, con todos a sus espaldas. Se abalanzó sobre uno de los que luchaban con sus compañeros, rebanándole el cuello. Le tomó por la frente, tras rodar por su espalda, y se lo corto limpiamente. Y siguió corriendo...

Corrió y corrió hacia el centro de la batalla, donde el gran contingente de soldados luchaba por su vida. Caían en número, y perdían la posición, pero él llegaba a ayudarlos. Allí estaba, en el centro, en medio de todo el barullo, el comandante enemigo. Podía verle incluso desde donde estaba, corriendo hacia ellos. Allí el sonido de la lucha se intensificaba, aunque ahora había más gritos de dolor que de guerra...
Alcanzó a los primeros guerreros, que se mataban los unos a los otros, y los fue sorteado hacia él. Su próxima víctima. Moriría bajo su cuchillo. En su camino se interpuso alguno, pero él los superó rápida y limpiamente. Un corte aquí, un tajo allí, y continuó su camino hacia él.
Lo tenía delante, sobre la colina, y luchaba con cuatro de sus compañeros. Era diestro, con su larga alabarda, golpeando rápido, saltando y matando. Su capa negra giraba alrededor, como el vestido de una bailarina al son de una música violenta... Un, dos, tres cayeron al suelo, y cuando el asesino llegó frente a él aun quedaba un compañero.
La batalla terminaba. Aun se oía la lucha, el sonido de la batalla, pero poco a poco se había ido ahogando por el sonido amortiguado de la lluvia al caer sobre el pasto. El asesino ni siquiera se había dado cuenta, hasta que se detuvo frente a los dos hombres. El comandante enemigo estaba muy quieto, al verlo llegar, y el compañero aprovechó el momento para tomarse un respiro. Cogió aliento, y en lugar de lanzarse al ataque, habló.
- No te atrevas a entrometerte. Él es mío.- Habló pero sin dejar de mirar fijamente al comandante enemigo, aunque sus palabras fueron dirigidas al asesino, que acababa de llegar.
El comandante enemigo, más alto que cualquiera de los dos, sonrío bajo su yelmo negro. En ese momento, sin dudarlo, lanzó su alabarda hacia el compañero, que sin esperarlo, a la par que tomaba aire del susto, se le clavó en el pecho, abriendo su armadura y su cuerpo. Cayó muerto de espaldas, produciendo un sonido sordo contra el pasto mojado.

El comandante enemigo caminó muy despacio hasta el cuerpo, y arrancó su alabarda de su pecho. Se apoyó sobre ella con desdén, y le habló al asesino.
- Ya estoy contigo.- Le dijo.
- No saldrás de esta. Lo sabes.- Contestó el asesino mientras se colocaba la capucha. El comandante enemigo era mucho más alto y fuerte, su armadura era tan ancha, que casi habrían cabido dos asesinos ahí dentro. Ante la ofensa, el tremendo comandante sonrió de nuevo, aunque evitó carcajearse. Conocía la fama de ese asesino... El desafío sería interesante...
- Una regla.-Añadió el asesino.- A un solo golpe.
El tremendo guerrero asintió bajo la lluvia.- A un solo golpe.

La escena transcurrió muy despacio, ninguno se movió al principio, aunque no dijeron nada. Todo estaba quieto, como esperando el tópico del relámpago en el horizonte. Y aunque la tormenta que comenzaba a formarse parecía que dejaría caer alguno, no ocurrió. Habiendo estado mirándose fijamente todo ese tiempo, y hartos de esperar, los dos se lanzaron a pelear. Corrieron el uno a por el otro, tan rápido, que los que miraban el acontecimiento no vieron sus movimientos. El enorme comandante lanzó su alabarda hacia su enemigo, antes de ser alcanzado, pero erró el tiro, y ésta se clavó a los pies del asesino, que saltó para esquivarla. Entonces, el comandante desenfundó una espada que llevaba al cinto, a su espalda. Y se encontraron.
Sólo uno de los dos llegó a golpear al otro. A gran velocidad chocaron, la espada del comandante quedó sobre el asesino, quien rodó entre sus piernas, quedando detrás de su gran enemigo. Pero el comandante, ágil, agarró la alabarda arrancándola del suelo, mientras giraba sobre sí mismo, separándose del asesino. Y así, con la velocidad del giro, la alabarda fue a clavarse, directamente, sobre la espalda del asesino, quebrando su armadura.
El asesino cayó al suelo y todo quedó quieto otra vez. La lluvia volvía a sentirse y todo seguía sucediéndose a su alrededor. El tremendo guerrero, que casi se cae al asestar el golpe, dio unos pasos tropezando hasta el cuerpo del asesino, en el suelo. Se agachó, de rodillas, y se llevó la mano a la entrepierna. Fue entonces cuando sintió el dolor. Con los dedos tocó el corte en la armadura, por donde habría entrado el cuchillo, y sintió la sangre caliente correr por su pierna.
Miró al asesino, que aun vivía. Respiraba muy deprisa, sabiendo que la vida se le iba, y habló antes de perder la oportunidad.- Has necesitado un segundo golpe...

El asesino murió, y la última imagen que quedó plasmada en su retina fue la de aquel tremendo guerrero, el comandante enemigo, cuyo cuerpo cayó a su lado, sin vida, unos instantes después.

Darka Treake




Ésta ha sido mi frase en el Cuentacuentos. Muchas gracias SdH!!
Espero que os haya gustado, aunque no estoy muy convencido... Pero bueno.
Un saludo a todos los contadores de cuentos!!
Y para lo que quieran ser leedores de cuentos, visitad www.elcuentacuentos.com

15 comentarios:

Malena dijo...

Casi puedo oir el entrechocar de las espadas en el fragor de la batalla. Casi puedo oler la sangre y la muerte y sentir la lluvia sobre mí.
Felicidades por el relato y la forma de narrarlo, que te transporta a la escena de inmediato.

Saludos.

Cuervo dijo...

Me encanta la fantasía épica, así que me encanta tu relato.

Aunque he de decir que el asesino este era un poco torpe. No lo digo por su habilidad, que ha quedado más que patente... si no por que un asesino tiene opción de usar otras armas aparte de las hjas de sus cuchillos.

yo lo habría resuelto con un dialogo:

el asesino le dice al comandante enemigo:
-recuerdas el desayuno de hoy?
- lo recordaré después de matarte
-¿recuerdas quien te lo sirvió?

y que el asesino sonría sardónicamente ante la mirada de desconcierto del general al refonocer en él al criado que le sirvió el desayuno. toser, vomitar un poco de sangre y al suelo.

o si querías hacer lo de un solo golpe, pues que antes de ponerse en posición, que el asesino saque una cerbatana y le clave un dardo envenenado por el visor del yelmo...

... santo cielo, que friki que soy

Roc dijo...

Una historia digna de tu frase. Es cierto que al leerte casi podemos trasladarnos a la incruenta batalla y que has enpleado a la perfección un lenguaje épico, que hace mucho más atractiva la historia.
En resumen: Me ha parecido una de las mejores historias que he leído esta noche. ENHORABUENA y gracias por la frase de la semana.

Tormenta dijo...

espectacular! como se nota que es tu frase, desde luego te ha salido un relato de lujo.
estoy fascinada. Un beso Darka

___________________ dijo...

Se nota que te ha salido de lo más profundo.
Un acción trepidante, digna del final épico que tiene.

Un saludo.

luz de luna dijo...

Enhorabuena, muy bueno....te transporta. Sí, tanto que estoy muy muy....cansada de tanto correr.

..volveré para leerlo otra véz, pero tendre que descansar primero.

gracias por tan inspiradora frase.

un saludo

Scry dijo...

Me ha costado un poco entrar en la historia, y aunque quería que ganara el asesino (porque un prota siempre es un prota) yo seguramente también habría escrito ese final en el que mueren los dos...
Cuando se encuentran frente a frente me ha costado un poco entender quién era quién, no sé si será porque ando espesita o por qué...
¿ya tenías la historia en mente o al ver tu frase te ha venido?
un besazo de chocolate!!

Anonymous dijo...

Renoi!!!
Cuanto hierro y acero blandiéndose a los vientos!!! Cuanta sangre derramada inundando de contrastes ese pasto!!!
No soy muy fanático de las historias épicas pero me ha gustado leerla!!!
Tensión por doquier, rapidez, astucia,... Nervios, vamos, es lo que pasaba mientras leía.
Enhorabuena por este fantástico relato y por tu frase!!!
Un abrazo!!!
Hell.

popi dijo...

Hola Darka! Creo que, hace tiempo, en un lugar dfe la blogosfera, tú y yo ya nos encontramos.jeje. Nada, que llevo toda la mañanita leyendo muertes y me encuentro cvon una en tu blog que recopila la misma cantidad en un solo relato. Se me están quitando las ganas de comer... :P
Me gustan las batallas, las descripciones duras y realistas, los movimientos relatados.
Gracias por la frase. :)

Cendra dijo...

hola! Lo primero, enhorabuena por la frase!! Que sepas que a mi me costó muchísimo hacerme con ella y sacar algo!

En cuanto a tu historia, me ha gustado, pero tengo algunos peros... No tengo ninguna confianza contigo, pero te los diré igualmente. De todas formas, si te molesta, dímelo. ¿Vale? Bueno, ahí van:
- A mi me resultó un poquito lioso distinguir a los personajes, especialmente al asesino y al comandante.
- Respecto a la lucha entre estos dos hombres, dices que la escena transcurre lenta. Parece que se refiere a toda la lucha, pero luego todo va muy rápido... Creo que entiendo lo que quieres decir: que al principio la lucha transcurre a cámara lenta pero que después todo ocurre de forma muy rápida.

Ya te digo, es lo que a mi me ha parecido, y desde luego no significa nada! Tu historia es muy buena, en su conjunto, en mi opinión. Al menos a mi, me mantuvo alerta, seguí los movimientos de los personajes, el uno atravesando a toda máquina el campo de batalla, dejando un rastro de sangre, mientras el otro esperaba consciente de su final, y la batalla última que supone la muerte para asesino y comandante... Muy bueno también lo de que al final necesitó un segundo toque para morir!

Oski dijo...

Buena historia, me ha gustado. veo que se han puesto de moda esta seamanas las historias de batallas. Jejeje.

Un saludo!

tressa dijo...

Está muy bien redactado, y aunque no es de mis estilos favoritos, me ha gustado mucho. Enhorabuena, cuentas con todos mis aplausos.

Un beso desde as terras meigas

ninive dijo...

Aún tengo en la mente el fragor de la batalla. Trepidante, y si me lo permites, por momentos alocada narración durante el paso por entre el combate. Pero es que al mismo tiempo consigues en ese "caos" crear la confusión propia de la batalla. Movimientos a un lado y otro, cuerpos,sonidos del acero y lucha por la supervivencia, o uno o el otro. La frase es genial! pero el final, los dos golpes (el exceso de confianza le mató) son tan genial como el principio. Enhorabuena!
Un abrazo

Jara dijo...

Desde luego que tu frase te ha inspirado.. Se nota. La historia es digna de imágenes. Podrías hacer dibujos en forma de comic o algo así e ir metiendo algún diálogo. Sería interesante. Es lo que me venía a la mente mientras te leía.
1 besito. Y gracias por la frase. Me has echo investigar otro género.
muas

Carabiru dijo...

Me ha encantado tu frase, y sin duda, de tener más tiempo, el resultado que he conseguido habría sido mejor, pero bueno, otra vez será.

Sobre tu historia, que me ha enganchado, he oído los choques de metal contra metal, los rugidos de los combatientes, la lluvia repicando sobre las armaduras...

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