Hoy vengo a hablaros del cuento en que estoy trabajando. Se titula Crónicas de la Guerra de los Mil Años, y para su ambientación, he trazado los movimientos de tropas, con las tierras que se fueron cnquistando, a lo largo de la guerra... Espero que os guste y sirva para seguir el cuento!
Además, pos dejó aquí un reumen de lo que aconteció durante la guerra, y la Línea del Tiempo actualizada.
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En el S. VI antes del comienzo del calendario de los hombres, los  enanos, bajo el mandato de Thüril, el Rey Único, regresaron a las  entrañas de la montaña, sellando sus túneles, para huir del Mundo  Exterior. Según ellos, fue para protegerse de la amenaza que se cernía  sobre sus Reinos... Se acercaba un mal tan poderoso, que acabaría con  toda civilización, y que arrasaría la faz del Viejo Mundo... De esta  fecha se data el comienzo de la Guerra de los Mil Años.
La Edad de los Hombres comenzaba, y recién éstos tenían tecnología  suficiente para comenzar su expansión. Los helenos y los pridonios eran  buenos navegantes, y se disputaban el Mare Nostrum Interioris, hasta  entonces de dominio heleno. Pero los pridonios, que se encontraban en el  auge de su crecimiento, desembarcaron en el viejo continente, donde se  encontraron con los elfos...
La Alta Estirpe de Laentis-Anne llegó al Viejo Mundo muchos milenios  antes de este momento, y habían explorado todo el Viejo Mundo,  levantando atalayas por toda su geografía, y con ellos convivían los  celtas, venidos de las Islas Flotantes. Por aquel tiempo, los aches, una  cultura de hombres que había nacido en el corazón del Viejo Mundo, se  había expandido por bastas regiones, y convivían también con los elfos  en paz.
Pero los pridonios sólo conocían un método: la guerra. Conquistaron  Esselnesse, y con ella cayó la Tierra de Tronia. Al norte, invadieron la  Península de Ëslinor, y se asentaron en la Tierra de Laneo. Las  batallas entre elfos y hombres duraron mucho, lucharon duramente, pero a  los elfos les fue imposible frenar a los hombres, que los superaban en  número. Hasta que en -46, los pridonios lograron conquistar el sur de la  ciudad elfa de Prolia, quedando dividida por el río. Allí fundaron Gran  Prolia, y comenzó un status quo que duró los siguientes tres lustros.
Durante todo aquel tiempo, y desde poco después de que los enanos se  ocultaran bajo la montaña, los vesorianos, una tribu de hombres que  provenían de los Páramos de las Estrellas, el extenso desierto que se  halla más allá de las Montañas del Anochecer, donde siempre es de noche,  habían invadido el Viejo Mundo.
Los vesorianos se habían aliado con los orcos de las montañas, y echo  huir a los gonotes, los hombres que las habitaban. Bajaron de las  montañas y atacaron tanto a hombres como a elfos, y grandiosas ciudades  cayeron a su paso, como Lanthas, o Gorlindon, la Última, la ciudad elfa  más al este, en las Tierras Bajas.
150 años después de que Prolia estuviera dividida por el río, y que  hombres y elfos lucharan sin ganar terreno, las bestias surgieron por el  este. El primer encuentro fue en 119, cuando un ejército pridonio fue  masacrado, al este de la Península de Ëslinor. Derrotas como aquella  llevaron a que en 117 los elfos y los pridonios firmaran la paz, durante  el Tratado de Prolia. Entonces, juntos, hombres y elfos, levantaron el Muro de Ëslinor para  defenderse de las bestias, que separaba la península del Viejo Mundo, y  que siempre fue inexpugnable.
En esta época, un hito cambiaría el curso de la guerra: en el año 116,  Thüril, el Rey Único, murió en el subsuelo, y Thor-Lunn, que fue  nombrado soberano de todos los enanos, decidió regresar a la Superficie a  luchar contra las bestias... Así, las primeras ciudades enanas  volvieron a resurgir, como Karak-Lunn, o Karak-Ethin.
En occidente, el pueblo gonote, que en grandes olas migratorias había  cruzado el Viejo Mundo durante los últimos siglos, huyendo de las  bestias, había llegado a los dominios pridonios sobre la Tierra de  Tronia, y los primeros enfrentamientos comenzaron. Además, alcanzaron  también el sur, cruzando las Montañas Desoladas, invadiendo la Meseta de  Issonia, donde habitaban los helenos. Los pridonios, al ver que el Muro  de Ëslinor había resistido contra las bestias, en el año 204 levantaron  otro que separara la Tierra de Tronia, al que más tarde llamarían la  Muralla de los Reyes. Así, lograron mantener a ralla a los gonotes, por  un tiempo... Pues cuando las bestias atacaron a los gonotes por el este,  éstos no tuvieron más remedio que enfrentarse a los pridonios, viendo  que contra los vesorianos les sería imposible vencer. Así, en el año  300, los gonotes cruzaron la Muralla de los Reyes, invadiendo la Tierra  de Tronia. Los pridonios se retiraron a la Gran Isla de Pridonia, y su  capital, Cartesse, la ciudad más poderosa del Viejo Mundo occidental de  por aquel entonces, se temió lo peor...
Sus territorios se veían seriamente amenazados, y ya no controlaban la  defensa de aquellas tierras ante las bestias. Pero su preocupación fue  mayor cuando los gonotes, en un alarde de bravura, desembarcaron en la  Gran Isla, e incluso lograron sitiar Cartesse en el año 319. Mucho  tiempo pasaron los pridonios y los gonotes guerreando, pero todos eran  conscientes de que la inestabilidad del Viejo Mundo era una olla a  presión, y decidieron que aquello no podía continuar. Los elfos  reunieron a los señores pridonios y gonotes, junto a heraldos helenos y  enanos, y les instaron a aliarse, a unir fuerzas contra las bestias, que  tenían subyugado el Viejo Mundo. Les dijeron que los enanos habían  regresado de las entrañas de la tierra, y que en las Montañas del  Anochecer combatían a los vesorianos y a los orcos, ganando terreno. Los  elfos de Barafundär, que hasta ahora habían permanecido ocultos en  Loth-Darien, habían salido de su bosque encantado y combatían junto a  los enanos en las montañas. Era el momento de unirse, y los pridonios y los gonotes firmaron la Paz de Cartesse.
Así, la alianza de elfos, hombres y enanos marchó contra las bestias, y  juntos, lograron ganarles terreno. Duras batallas se sucedieron  entonces, pero los vesorianos sufrieron pesadas derrotas, y debieron  marcharse de allí. Los elfos reconquistaron grandes ciudades como  Aluadinia, Oslinath o Lanthas, a la que renombraron como At-Lanthas, y  al final, se libró la Batalla de las Bestias, en las Torres de Isnara,  las dos grandes fortalezas que guardaban la entrada al Paso de las  Bestias, construidas por los vesorianos mucho tiempo atrás, donde fueron  definitivamente derrotados. En 456 la alianza de hombres, elfos y  enanos lograron expulsar a los vesorianos, que se retiraron a los  Páramos de las Estrellas, dando fin a la Guerra de los Mil Años.
Plano del Viejo Mundo durante la Guerra de los Mil Años
Línea del Tiempo: La Guerra de los Mil Años
 
 






 
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