2 de mayo de 2007

El Cuentacuentos: Hola, ¿bailas conmigo?

- Hola, ¿bailas conmigo?- Estaba sentado, levantando la mano derecha, ofreciéndosela a ella, y sonreía de manera extraña, como con sólo la mitad de sus labios, formando una mueca que no invitaba, ni a sonreír, ni a bailar, y que a ella le entristeció aun más.
- ¿Has leído el libro que te di?- Contestó ella preguntando, tajante.
- Sí. El título de aquel libro llamó poderosamente mi atención. Gracias.- Y volvió a sonreír de aquella manera tan peculiar, como tan sólo él lo hacía.- Pero... No lo he entendido muy bien, esperaba que me ayudaras.
Los dos quedaron en silencio. La inocente petición le hizo dudar a ella. ¿Estaba siendo irónico?
- ¿Lo harás?- Repitió él.
Sonaba una hermosa melodía que entraba por la ventana, traída por el aire de aquella noche de luna llena. Ella estaba de pie, apoyada sobre la estantería de su estudio, y a su espalda, incontables libros y manuscritos guardaban infinita sabiduría. Compendios y tratados de filosofía, medicina, psicología y otras disciplinas permanecían ordenados, expectantes y conocedores del secreto que él aun no conocía.
- Sí.- Dijo.- Te ayudaré.- Estaba muy sería, mirándole. En él vio esa expresión taciturna, y dio un par de pasos hasta llegar a él. Tomó su mano, se arrodilló para ponerse a su altura, y añadió cuatro palabras.
- Pero prométeme una cosa.
Él asintió.- Dime.
- Vas a escucharme, muy atento, y vas a tratar de entender lo que te digo, ¿vale?
- No estarás otra vez con eso...- No obtuvo palabra por respuesta, pero en su rostro la vio reflejada, y negó con la cabeza... Estaba harto de todo aquello.
- Desde el accidente, todo cambio.- Dijo ella por fin.- No quieres creerme, pero lo digo en serio. Sé de lo que hablo.
Él se encogió de hombros.- Sí... Lo sé. Pero en serio... Es que ya no puedo más.- La miraba fijamente, y ella comenzó a sentir cómo su mano temblaba.
- Escúchame.- Dijo.- El accidente fue muy fuerte. Eso ya lo sabes. Después pasaste mucho tiempo en el hospital... Hicieron lo que pudieron, pero tu sistema nervioso quedó dañado irreparablemente.
- No...- La interrumpió él.- Estoy bien.- Y calló con un suspiro.
- Escúchame... ¿Qué leíste en el libro? Dime.
- Bueno... Habla de aquel hombre. El que sufrió una apoplejía del hemisferio derecho del cerebro. El muy tonto no sabía ni que había quedado paralítico de medio cuerpo.
- No estaba paralítico...- Dijo ella muy despacio.- Era una parálisis, una hemiplejia. No podía mover la mitad izquierda de su...- Las palabras se quebraron al ver aquella media sonrisa irónica.- cuerpo.
- En serio... Yo estoy bien. De verdad... Los médicos exageran, si es que...
- Escúchame...- Dijo ella otra vez en voz baja.- Aquel hombre... No era tonto por no saber lo que le pasaba.
- No...- Él se rió por lo bajo.
- Se llama anosagnosia, y significa no poseer un conocimiento...- Movió la cabeza.- Una persona que tiene anosagnosia, no sabe que le pasa algo, ¿entiendes? Es incapaz de saber que está enfermo...
Calló por unos instantes, y miró a través de la ventana sin ver a la luna.
- ¿Qué decía en el libro...? ¿Qué has leído tú mismo en ese manual, acerca de la apoplejía derecha?
- Sí. Si yo te entiendo, pero es que a mi nunca me dio una apoplejía...
- Sí. Sí que te dio. Dime, qué dice...
- Dice que algunos pacientes que han sufrido una parálisis del lado izquierdo de su cuerpo tras sufrir la apoplejía, tienen anosagnosia, con lo que no saben que están paralíticos...
- No están paralíticos...- Repitió ella aun buscando a la luna.
- Ya... Es una parálisis... Ya me lo has dicho.- Callaron los dos.
- Pero a mí no me pasa nada. Nada.
Ella no contestó, ni dijo nada por un rato, y permanecieron en silencio. Él temblaba más que antes, y ella apartó su mano, dejándola caer sobre su pierna derecha, que la acarició hasta llegar a la izquierda. Entonces sonrió, al encontrar a la luna, que de nuevo se asomaba a la noche.
- ¿Lo has sentido?- Dijo ella de nuevo mirándole.
- ¿El qué?
- Mi mano...- Sus palabras sonaron casi más como una pregunta inocente.
Pero él sonrió, sin comprender en absoluto.
Entonces ella se levantó y le dio un beso en la mejilla izquierda.- No.
- No, ¿qué?
- No puedo bailar contigo...
Él negó con la cabeza. Estuvo a punto de resoplar. Estaba harto de que le repitieran lo mismo.
- Piénsalo. Sólo te pido que pienses si es posible...- Dio media vuelta y caminó hacia la puerta, y después de las ultimas palabras, la cerró al salir.
- Tan sólo intenta imaginarte a alguien que no es capaz de sentir la mitad de su cuerpo... Que no puede moverlo y no lo sabe. Simple y llanamente, no lo sabe. Alguien que no es consciente de todo aquello...



Darka Treake



(No te aconsejo que leas las siguientes palabras si aun no has leído el relato, pues probablemente te desvele el secreto antes de tiempo...)
Este relato ha sido inspirado por algo que he leído en "El Error de Descartes" de Antonio Damasio. No está basado en un caso verídico, pero sí es verdad que hay muchos pacientes que sufren de este mal. Personas que no pueden mover la mitad izquierda de su cuerpo y ni siquiera lo saben... Les pides que muevan la mano, y lo intentan y lo intentan sin poder, y no entienden por qué. Ellos están convencidos de poder hacerlo, sin embargo, no hay manera...




¿Encontraréis a alguien que sí haya podido bailar en El Cuentacuentos?

20 comentarios:

wannea dijo...

Que relato más duro... al principio crees que va a ser divertido bailar con alguien, por cierto, dos frases en una, y conforme avanza la historia te vas dando cuenta de la realidad, es como despertar del baile en mitad de una fiesta, una cosilla, no se si será crítica pero bueno, en mitad del relato me he perdido un poco, intentaba situar a cada personaje con su frase pero habia veces que me costaba, eso va a ser que es fin de semana ya, y estoy algo cansada, en general muy real, duro, emotivo, te deja un nudo en la garganta al leerlo, impacta, muchos bessos

Jara dijo...

Pasé el día que publicaste a leerte y me quedé un poco rara después de leerte.

Es duro ya no sólo para la persona en sí que la sufre, que al fin y al cabo no es consciente de lo que le pasa, sino para la gente que está cerca y ve que no puede hacer nada.

Me ha gustado, pero hay demasiada repetición sobre el tema, muchas frases practicamente iguales que hagan que resulte "pesado".

Supongo que es por la situacón. Que ella se empeña en que lo sepa y sea consciente, pero es lo que he sentido yo al leerla.

Muchos besos y hasta la próxima.

Roc dijo...

Yo he conocido algún caso del mal que relatas en tu cuento,pero creo que además de esa secuela que relatas, tu prota es tozudo y mal paciente.
Tu relato, como de costumbre, es muy bueno e interesante hasta la última letra.
Besitosssss.

___________________ dijo...

Vaya choque de voluntades entre quien quiere ayudar y quien no puede ser ayudado. Releido gana, especialmente la parte de :"esperaba que me ayudaras.
Los dos quedaron en silencio. La inocente petición le hizo dudar a ella. ¿Estaba siendo irónico?
- ¿Lo harás?- Repitió él."


Transmites muy bien la frustración de ella en el cuento, buen trabajo.

Un abrazo,

Pedro.

Tormenta dijo...

Vaya, qué cosa tan curiosa, el cerebro es orden en el caos y a la vez pura y dura incongruencia.
Me ha gustado el relat por sutemática sorprendente y dura, no lo puedes preveer.
Un beso y hasta la semana que viene.
Pd. lo del "título de aquel libro..." esta bien, pero queda, por cierto, un poco forzadillo...:P

Queralt. dijo...

Hola, buenos días.
Menudo tema has elegido: qué duro.
Pero la realidad siempre supera la ficción.
No conocía esa frase y la recojo, gracias.
Bueno, la idea me gusta aunque sea dura y me gusta como escribes y eso es algo que ya te he dicho varias veces o sea, que no te pilla de nuevas pero... tengo la sensación de que el relato esta confuso o bien, no has quitado la paja que sobra siempre en todos los escritos. Normalmente tus frases son más directas, más concretas y efectivas y en este parece como si te andaras con rodeos, o como si te diera miedo decirlo con contundencia...
Bueno, puede que sea una de mis "tiquismitadas" y me esté pasando y exagerando...
Como siempre, es un placer venir a verte, a saludarte y a invitarte a probar las cerezas que he recogido esta mañana muuuuuuuuuuy tempranito... o esta noche, muuuuuy tarde, no se... jajjajajaja

Cerezas rellenas de besos.

Queralt.

Mj dijo...

Yo, que estudio esas cosas, que las he visto...sigo sin comprenderlas del todo. Y cuando las ves en los apuntes o en el hospi no calan tanto como tu historia. Me ha gustado mucho. si te interesa el tema, busca por ahí el " Síndrome del Cautiverio", que es aún peor...

DAMI dijo...

Hola soy nueva y he tenido sumo placer de leer un relato duro pero real como la vida misma. Me ha parecido estupendamente escrito.
Un saludo.

Oski dijo...

Me gustó mucho tu relato aunque es muy duro, muestra la traición que el propio cerebro ejercita sobre su portador quizás para evitar males mayores. Quien sabe.

En cualquier caso excelentemente narrado.

Un abrazo

MARTtA dijo...

Vaya...parece un relato de Danielle Steel o Norah Roberts...mi solidaridad para quien padezca sin saber...quizá sea una suerte, o no?

ninive dijo...

Dificil era a lo que te ibas a enfrentar cuando decidiste escribir sobre el tema y superaste el reto muy bien. Si acaso me frenó un poco la lectura el diálogo o mejor dicho no el en sí sino su construcción, pero en momentos puntuales; en general me encantó la ternura a la que opta ella en lugar de un clima de irritación, llevando la narración acertadamente. Pero sobre todo a raíz del baile por parte de él y del libro por parte de ella (muy buena conjunción de las dos frases) a donde conllevan ambas situaciones es a transmitir una enfermedad desconocida a la gran mayoría, y lo consigues de manera genial!!
Un abrazo

Queralt. dijo...

Gracias por tu amabilidad... no sabes en qué buen momento viene... jejejeje (reir, aunque sea con sordina, para no llorar).
Puedes poner el espacio porque en él hay acceso directo al blog, ¿no? De todas formas, el blog aún no tiene la impronta con la que quiero recubrirlo (no tengo todo el tiempo que quiero, ¡o no sé organizarme!) así que, no es lo más representativo hoy por hoy.
Llevo mucho tiempo queriendo hacer muchas cosas, entre ellas poner acceso direccto desde el espacio a todos los cuentistas que conozco pero, no sé cuándo lo voy a poder hacer...
Por cierto, no tengo dos espacios, así que, me has intrigado, jejejeje
espero que no me dejes así, con la incertidumbre de no saber qué pasa... dame más datos por favor.

Cerezas y besos.

Queralt.

Queralt. dijo...

Ah, vale, eso que te pasó es algo que ocurre de vez en cuando con los espacios, y es qeu no funcionan tan bien como deberían. Pero siempre entro a leeros a través de "Ya he publicado" y pongo la misma dirección al dejar el comentario. Asunto resuelto, jejejejejje
Es que, como he oído por ahí que hay quien suplanta al dueño de los espacios y se dedica a meter cizaña entre la gente, pues me había preocupado... uffffff
Gracias mil, eres un cielete al que le mando tantas cerecitas como tenga ganas de saborear...
Hasta mi vuelta.

Queratl.

Seth Fortuyn dijo...

Qué relato más duro, ¡me ha gustado mucho! Ciertamente impactante.
Y encima, con un pequeño enlace a la frase de la semana pasada.
¡Sigue así! ¡Bravo! :P

Ricardo dijo...

Darka: Creo que, además del cómo, importa el qué tratás en el relato.
El medio para dejar el comentario, no es el más propicio: es para charlarlo largo e in extenso.

Sin embargo, si bien el protagonista no sabe qué tiene-por más que se lo proponga-, quizás sería bueno reflexionar acerca de nuestros mecanismos de negación. Sobre aquello que, aunque podamos, no queremos ver.

Un abrazo, desde este sur

La niña de los ojos tristes dijo...

Me ha gustado mucho el tema aunque me ha resultado un poco dificil el seguir quien hablaba en el dialogo.
Lei casos de ese tipo en un libro que ya no recuerdo el nombre para psicologia fisiologica. Atrapados en el espejo, el otro lado del espejo o algo así. En ese describian el caso de una mujer que era muy coqueta siempre muy arreglada y un día de pronto empezo a pintarse tan solo medio lado de las cara a peinarse solo la mitad de la cabeza y cosas así. Cuando su hijo le advertia del asunto parece q se disculpaba azorada pero si no ella sola no era capaz de darse cuenta. Parece ser q con estos pacientes la rehabilitación que se hace es delante de un espejo. Si te interesa te busco el nombre exacto, aunq ahora con quien estoy liada es con Freud y su "Totém y tabú"


Besos


Besitooos

atenea dijo...

Uffff qué duro tiene que ser eso, vaya historia que te ha salido con esta frase, nada predecible! Me ha gustado a pesar de ser tan triste.

Un saludo!!

Ricardo dijo...

Hola Darka: Gracias por tu explicacuón. Sin embargo, creo haberme expresado mal, o no me di a entender como corresponde.

No es que disienta contigo. Lo que quizás no lo logré expresar, es que tu relato, me llevó a pensar en nuestro mecanismo de negación.
tu protagonista, aunque quisiera, no puede. Como decís, la anosagnosia, le impide saber qué tiene.
Eso, me llevço a pensar en los que, aun pudiendo, se niegan a ver.
No sé si habré logrado explicarme.

Por lo demás, gracias por introdicirme en una problematica que desconocía. Además, estás perfectamente informado de lo que ocurre en Argentina respecto de la psicología: aquí te dicen que te recibís de psicólogo, cuando lo que se estudia es psicoanálisis. Bien Darka!!!

Bueno, te dejo un abrazo y la duda de no saber si logré explicarme. Y nuevamente gracias por tu dedicación.

Munlight_Doll dijo...

Además de instructivo, me ha parecido un relato muy duro. Ha sido un puñetazo en la conciencia y, a pesar de ello, me ha encantado.
Un besote,
Mun Light Doll

PD: Siento no pasar antes, sorry...

Lyda de Lost dijo...

Este comentario debería estar, desde hace más de un año ya aqui...

Creo que fué de lo 1º que leí cuando descubrí tu mundo y me gustó tanto que preferí no leer más por si me desencantaba el blog en general.

No me atrevía por aquel entonces a comentar por "x razón".. timidez tal vez?... creo que en aquel momento no era yo del todo aún. Sufría de mi methamorphosis de Fénix...

Pero la fuerza del destino me volvió a traer hasta aqui y leerte otra vez... Y debo decir que cada nueva entrada es sorprendente...

Tienes un don y es maravilloso. No lo abandones nunca porque es tu sello... Darka Treake sólo hay uno. Y es un mundo de fantasía por descubrir...

Esta entrada se merece un matrícula de honor.

1 besito.

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