18 de abril de 2008

Unas letras

Hola!!
Por fin vengo con algo escrito... Y es que he comenzado ya el siguiente capítulo del Cuento de El Duende, la Doncella y el Monstruo del Lago. Este capítulo se llamará El Monstruo del lago, pero esta entrada no es su presentación oficial. Es sólo que quería enseñaros el pedacito que he escrito y que me sirve de comeinzo de capítulo...
Y que quería publicar una entrada ya con algo de verdad y menos rollos técnicos del blog!!

Aquí lo teneís...




Cuando las primeras estrellas comenzaron a apagarse y la mañana dio paso a otro día gris, ya estaba Halkirk, Castigo de los Monstruos, cruzando el puente levadizo. Llevaba ya varios años madrugando y durmiendo pocas horas, con lo que a él le había gustado dormir en la juventud... Y ésa era otra razón por la que debatía consigo mismo la idea de estar envejeciendo, lo cual se negaba continuamente. Aquella mañana, como no podía ser de otra manera, vestía su falda a cuadros, que le dejaba las piernas al frío aire, y portaba su hacha y escudo a la espalda. Sobre el puente levadizo se escucharon sus botas resonar a cada paso, hasta que comenzó su andadura sobre la hierba, más allá del foso que protegía el majestuoso Castillo de Urq’Uhart. Retomó el camino que le había traído hasta allí el día anterior, junto al heraldo de Sir Thomas de Durward, y caminó mientras imaginaba al sol naciendo tras las nubes, y después elevándose en aquel paraje inhóspito, mágico y tenebroso, que era el lago. Agradable, incluso, en su medida... Iba decidido a dar con la bestia antes que los demás. A él el castillo y las tierras no le preocupaban demasiado. Las cosas mundanas eran algo que se dejaban tras la muerte, y que no valía la pena ir amasando. Lo que Halkirk buscaba era la gloria perdida, quería volver a escuchar su nombre en los cuentos de los juglares de palacio, de los trovadores de las plazas y de los niños asustados. Eso era lo que quedaba, lo que hacía a uno vivir para siempre...


(Continuará...)

6 comentarios:

Favole dijo...

Ei, está muy bien! El cuento tiene muy buena pinta la verdad... Yo tengo que subir otra entrada ahora con otro trozo de los Ecos de Dragandel del que, como te dije, tengo el final. Ahora sólo me falta lo de en medio ^^
Un besote!

Anonymous dijo...

Pobre escocés... luchar con falda? y en invierno??!!

Creo que conozco a personas como Halrik, poco materialistas que buscan permanecer en este mundo mucho después de desaparecer por sus pensamientos, cuentos, historias...

Beauty Beat dijo...

Me llevas, me transportas.
Y sí. Efectivamente no podría imaginar a otro que un escocés encarnando aquel papel que le has asignado.
Todos en cierto modo intentamos ser como Halkirk y trascender mucho más allá de lo animal y material... encontrar la gloria, que te aseguro no está tan perdida.
Un abrazo,
BB.-

Anonymous dijo...

Muy bueno Darkilla ;)

Estaré a la espera de los próximos y menudos pasos de Halkirk, rezando por su alma y para que el viento no le levante la falda, pues no me imagino nada más ridículo que sujetar un hacha con una mano mientras con la otra te cubres las partes.

Sigue así crack.
Atentamente:
Un anónimo sin blog...

Darka Treake dijo...

ajajajaja

Qué bueno, la imagen ha sido divertida, ajajaja
Trataré de resistir y no lo incluiré en el cuento :p
jejeje

Por cierto, un anónimo poco anónimo, pero biebvenido por estos lares.
A ver si te vemos más!!

Un abrazo
Darka.

lost girl dijo...

Me ha gustado especialmente el detalle de tratar cómo cuando envejecemos muchos de nuestros antiguos hábitos se van al polo opuesto... Sin duda alguna, un símbolo de vejez.
1beso!
PD: me he reído con el comentario de anónimo jajaja!

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