10 de septiembre de 2008

Mariposas...

Una mañana de húmedo otoño, cuando las hojas amarillentas de los árboles ya pacían sobre la hierva, acolchando el lecho del guerrero de las montañas altas, éste descansaba saboreando los últimos minutos, previos a la marcha que le llevaría a afrontar su destino...

Estaba ahí tirado, sin más, bajo un cielo azul claro, con el gran volcán de fondo, como un paisaje que le amenazaba, le llamaba y que, además, él admiraba. Ýa había perdido la noción del tiempo cuando quedó dormido, con la suave brisilla surcando sus oidos... Entonces soñó con aquella hada que por las noches aparecía en su aposento para hacerle el amor, y no pudo evitar sentir tal angustia, tal añoranza, que se despertó. Y como si fuera un espejismo, vio miles y miles de mariposas en el cielo... Tal vez era la ilusión del despertar del sueño, tal vez fueran miles de mariposas reales, tal vez sólo hojas otoñales, o tal vez incontables hadas revoloteando... Se levantó y miró a su alrededor. No vio nada, nada salvo mariposas, y más mariposas de infinitos colores... Era una visión increible. Se estremeció, y buscó y buscó entre las mariposas, esperando encontrar por allí a su hada soñada...
Sólo buscaba unas alas rojas... Un puntito entre la inmensidad.

Cuando realmente despertó, vio el cielo azul, y a su alrededor, el pasto cubierto de hojas amarillentas.
Era el momento de partir.



2 comentarios:

Lydia dijo...

Mucho mejor con música... ;)

http://es.youtube.com/watch?v=P0AZIFmkogY


Quiero mi discooooooooo!!

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Barbie, como él me llama dijo...

lindo cuento..muy lindo.. te felicito.. me encantan las mariposas...por q ahora las siento conmigo..
besitos enmielados pa ti..
divinamente perfecto tu post

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