15 de junio de 2012

Comienza la aventura...




Te despiertas como las tres últimas mañanas, cuando el sol sobrepasa el toldo que te daba sombra. El brillo del astro te ciega al abrir los ojos, y te viene todo a la memoria. Llevas tres días en la ciudad. No recuerdas nada salvo despertar en un muelle destartalado. Debiste llegar a bordo de algún barco, pero no había nave alguna amarrada. Te pones de pie, y caminas unos pasos, cruzando la pequeña plaza rectangular. En el centro se yergue una alta palmera, tan solitaria como tú, pues no hay nadie en la plaza, salvo otro vagabundo en la esquina opuesta. Se acurruca bajo una manta, y no le ves la cara. Te diriges al norte, abandonando el lugar por una callejuela. Los edificios se levantan abandonados, con las fachas arruinadas. Es incomprensible que pueda vivir alguien ahí, pero dado que toda la ciudad está igual, pagarías toda el agua que te queda para beber por pasar una noche en el interior de alguno. No sabes si es invierno en esta maldita ciudad demacrada, pero desde luego por las noches hace mucho frío.

A tu llegada, nadie te acogió. En el mismo puerto de la ciudad se levantaba un mercado, que no cesaba su actividad ni día ni noche, y cuando fuiste a mendigar, ni siquiera te dieron un trozo de pan. Ahí todo se vendía, te dijeron, pero por agua... Nadie compraba con dinero en ese lugar. ¿Cómo demonios has ido a parar a un sitio así? Aquí lo despojos malviven como pueden, no existe el dinero porque ni siquiera es valioso. El agua es lo que todos necesitamos para vivir, eso es lo que más vale, y lo que utilizan, pues, de moneda de cambio. Pero eso no es todo. Existen diferentes lugares donde conseguir agua... El primer día mendigaste agua en el Pozo de San Miguel, donde unos monjes, tras una larguísima cola, te dieron agua para llenar una botella. A cambio tan sólo debías pasar a su iglesia y rezarle a su dios, y a un ángel en los que no crees, y si existen no han hecho nada por ti. Así que ayer y el día anterior mendigaste en el Pozo del Pueblo, que se encuentra en el centro de la ciudad, en la Plaza del Juicio. Un lugar interesante... Al sur de la tremenda plaza se elevan los muros del Palacio de la Bruja, con el barranco seco de foso. Y al oeste, la fachada del Nuevo Palacio Inquisitorial, sede de los inquisidores, quienes ejercen control de la plaza y el pozo, además de gran parte de la ciudad. Las brujas y los inquisidores están en continua disputa, y la plaza se encuentra muy bien defendida. Al final te dieron agua, pero la tensión del lugar te ha impedido quedarte ahí mucho tiempo. Ahora estás en el barrio sarraceno. Ahí ni las brujas ni lo inquisidores tienen potestad. Da la impresión de que este barrio es más tranquilo, y aunque no sientes ninguna afinidad con su estilo de vida, ni creencias, los sarracenos te han permitido pasar las horas muertas ahí. Poco a poco te has ido dando cuenta de cómo funcionan las cosas en la ciudad. La gente se agrupa en bandas, para protegerse unos a otros. Los inquisidores, las brujas, los sarracenos, los negros, los bufones, la Orden del Arcángel San Miguel o los Cuarenta Ladrones son algunas de ellas, y de momento no te has atrevido a acercarte a ninguna.

Dejas a un lado una plaza diminuta, y después una bocacalle, para llegar a la Plaza Silenciosa. Adoras ese lugar. Parece que nadie se atreva a hablar ahí, y ni tú mismo has probado. El imponente templo se alza frente a ti con forma octogonal, con sólo de sus columnas en pie, arqueando su entrada. No has entrado en el lugar, pero te parece hermoso. Su fachada debió estar tallada con un hermoso altorrelieve que ya se ha perdido, dejando tan sólo escenas de viejas glorias ya incomprensibles. Al parecer ahí dentro viven uno sacerdotes, que cuidan del templo, amasando todos los libros que pueden. La Gran Biblioteca llaman al lugar, y la verdad es que por hermosa que es, no te parece la mejor opción.

En estos tres días te has dedicado a vagabundear, de allí por aquí. has estado en el barrio de los pescadores, donde desemboca el barranco. Has paseado por la Rambla de los Juglares, donde los bufones hacían piruetas y juegos de malabares. Te sentiste tentado a darle un trago de agua como recompensa al cuento de un trovador en la puerta del teatro, pero no lo hiciste. Te has horrorizado con el Paseo de los Condenados, donde los presos cuelgan de jaulas, a la espera de morir. Aquella avenida recorre la ciudad hacia la Puerta de Oriente, y en ella sólo hay sufrimiento. De las paredes hay hombres encadenados, llorando o implorando algo de comer. Cuelgan jaulas metálicas con personas dentro, algunas a punto de desfallecer... El lugar es horrible. Pero la Puerta es infranqueable. Parece ser la única salida de la ciudad, pero es imposible abrirla, y no te has atrevido a discutírselo a los inquisidores que la protegían. Las altas murallas os encierran a todos ahí dentro, hasta perderse mar adentro, entre la niebla perpetua. Ese puerto es infernal, ningún barco ha echado el ancla desde que llegaste, pareciendo el final infinito de una ciudad de almas en pena, de la que ninguna puede salir...

Es hora de intentar hacer algo. Puedes quedarte ahí sol@, o buscarte la vida. Podrías tratar de pasar desapercibid@, en una ciudad de tirados como es esta no te resultaría difícil... ¿Pero qué aburrido, no? Ahora es cuando tienes que decidir a dónde vas. La ciudad es enorme, pero no puedes salir de ella. nadie puede hacerlo. Aun así, hay muchos sitios a donde te puedes dirigir. Decide bien ahora, pues tu aventura comienza en este momento. Lo que hagas a partir de ahora, te llevará por un camino con un final absolutamente incierto en este momento. Suerte.







Taberna del Ladrón. Puedes dirigirte a la Taberna del Ladrón, donde viven los Cuarenta Ladrones. Aun no has entrado, pero dicen que no es mal lugar. No te vale la pena cambiar tu agua por cerveza cara, pero tal vez puedas conocer a alguien. Al parecer es una posada también, así que ¿quién sabe?

Burdel La Tierna. No te atreviste a entrar, pero el lugar parece sugerente. El burdel se encuentra en el mercado, en el edificio donde habitan los negros. No son muchos en la ciudad, y se apiñan allí como pueden. Tampoco puedes permitirte nada allí, pero puedes acercarte a ver qué hay.

Iglesia del Arcángel San Miguel. No es un mal sitio, pero tus creencias en este momento son algo que carecen de importancia para ti. No recuerdas nada, ¿para qué seguir al dios de otros? Aunque siempre cabe la posibilidad de que te acepten entre los cazadores de brujas, pues la orden mantiene a una guardia militar, que convive con los monjes tratando de imponer, mantener dirían ellos, su credo.

Nuevo Palacio Inquisitorial. No pareces encajar con la filosofía de vida de los inquisidores, y tampoco sabes cómo reaccionarán si ven acercarse a sus puertas a un@ mendig@ como tú. Aunque acercarte a ellos tampoco es mala idea, pues mantienen el control en gran parte de la ciudad, patrullando atemorizando a todos a su paso. Mejor que no te vean como una amenaza.

Taberna del Tahúr. No sabes mucho de este lugar. Está al este del barrio sarraceno, no lejos del Palacio de la Bruja. Parece un antro de mala muerte, y no sabes quién puede haber ahí. Tan buena opción como cualquier otra...

Mezquita. Los sarracenos parecen amigables, pero está claro que sois diferentes. No te harán daño seguramente, pero tampoco sabes qué te pueden dar. En lo alto de la torre, desde donde el almuecín llama a sus fieles cinco veces al día, éstos han improvisado un molino. A lo mejor podrías conseguir algo de pan ahí.

Paseo de los Condenados. No te gusta este lugar. Allí todo es sufrimiento, la gente desfallece y se muere... La calle llena de sangre... Es un lugar... Siniestro. Y con todo, tiene algo de atractivo. ¿No quieres volver a ver morir a los condenados?

Mercado. Puedes ir perfectamente ahora al mercado, pues lo encontrarás abierto. Allí todo el mundo estará comprando y vendiendo lo que hay en la ciudad, a cambio de su agua. No es que haya muchas cosas por aquí, pero siempre puedes acercarte a ver qué encuentras.

Palacio de la Bruja. El enorme palacio se eleva en un tono negro sobre la ciudad, aunque sus torreones están derruidos, y sus torres terminan en completa decadencia. Los altos muros que lo rodean, también negros, son resistentes como ninguno por aquí. Lo poco que has oído hablar de las brujas hasta ahora no es demasiado agradable, pero la opción te parece interesante. Aunque no tienes idea de cómo acercarte a ellas. La seguridad de la Plaza del Juicio te bloquea el paso hasta una puerta infranqueable. Pero el palacio tiene un edificio anexo al sur, en el lado completamente opuesto, dando al barrio en ruinas, un lugar peligroso... Tal vez allí puedas encontrar una entrada.

Barrio en ruinas. El norte de la ciudad está gobernada por la Orden y los Inquisidores, pero el sur es el caos. Existe un barrio en completa decadencia. Los techos y muros ya se han venido abajo con el tiempo, pues nadie los ha cuidado. Y al parecer, entre los escombros viven los mutantes que han bebido agua del Pozo de la Peste, que se encuentra allí mismo. No crees que sea un lugar seguro, pero te encantaría ver un mutante con tus propios ojos.

Puerta de Oriente. ¡Es impensable que nadie pueda salir de esta ciudad! ¿Por qué no ibas a poder irte si así lo quieres? ¿Por qué te lo impiden los inquisidores? ¡Malditos sean todos ellos! A ti te importa un comino todo esto, y quieres largarte de aquí. Y esa es la única puerta de la ciudad.







Así comenzaría La Habitación Número 11, el hipercuento que estoy escribiendo, ambientado en la Ciudad del Reo. Esta será la primera página de esta aventura que tú mism@ irás eligiendo a través de sus páginas. Veamos qué lugares de la ciudad visitas...

Estoy comenzando con este proyecto, del que os iré hablando a medida que vaya abanzando. Como ahora, os iré dejando fragmentos de  la aventura, para ver si consigo llamar con ello vuestra atención.
Saludos!














5 comentarios:

NANUK dijo...

Seguiré el proyecto e informaremos de como se vive la aventura desde dentro.

Saludos

Chris J. Peake dijo...

Gracias! Me alegro de que te guste la idea. Iré informando, pronto actualizo aquí para hablaros de cómo va el proyecto.

Saludos!

Vivir, a sorbos, beso a beso hasta morir de felicidad dijo...

Magnifico "macro-proyecto", Chris, me parece muy interesante, a la vez que harto complicado de llevar a cabo, sin embargo, no dudo de que lo conseguirás y con matrícula de honor. ¡Ánimo y adelante! un abrazo.

Chris J. Peake dijo...

Gracias Frank!! Es un honor recibir tu apoyo. jeje, sí es un proyecto ambicioso, demasiado, creo. De momento me estoy conformando con una versión reducida de lo que pensaba hacer originalmente. Aun así creo que va a quedar muy bien!!! Y si más adelante me animo, pues voy añadiendo "ramas" o "posibilidades" a la aventura, jeje.

Te mantendré informado!!
:D
Ya no me queda mucho!!
Saludos! y gracias!
Chris.

Vivir, a sorbos, beso a beso hasta morir de felicidad dijo...

estaré pendiente, amigo. Un abrazo y suerte.

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