Hola a tod@s, los que pasáis por aquí, los que leéis, los que me visitáis, fugaces como si esto fuera una estación de tren sin pasajeros, los que venís y os quedáis y los que queréis conocer más de Mi Mundo y sus historias: ya sé por qué se enfadaron los elfos de la Alta Estirpe de Laentis-Anne con los demás. Es algo que no sabía, y que por fin he sabido. Vengo a contároslo: la doble historia de cómo ocurrió y de cómo lo he sabido.
Como ya he dicho, estoy trabajando en una de las Crónicas de la Guerra de los Mil Años que se titulará El Triángulo Sagrado. Este relato, que se antoja más largo de lo que pretendía, aunque aún no he comenzado su redacción, será un homenaje a una figura histórica que me tiene intrigado: Pitágoras de Samos, aunque en el relato, para que no sea tan obvia la relación, le he llamado Mnesarco, el nombre que tuvo el padre de Pitágoras. El cuento se desarrolla entre los Siglo -V y -IV del Calendario del Viejo Mundo. Mnesarco será un sabio, importante matemático e influyente en las civilizaciones del Viejo Mundo, como en el Mundo Real lo fue Pitágoras. Pero éste es un cuento de fantasía, en un mundo de fantasía, Mnesarco hará grandes viajes de conocimiento también, y entre ellos, visitará los Reinos Elfos de Eleanor, que se hallan muy lejos de su tierra natal. En realidad venía a hablaros de ello. Ya sabéis cómo funciona la inspiración y las ideas. Son entes autodeterminados, caóticos, que claman por ordenarse, aunque en su naturaleza está la dispersión y la aleatoridad. Es el autor el encargado de tejer el puzle. ¿A qué viene viene esa parrafa pseudometaliteraria? Pues porque cuando estaba trabajando en El Triángulo Sagrado, y en los viajes de Mnesarco, surgió la idea de los Anillos de Assär. Éstos son dos anillos que forjó Assär, nieto de Firin, Primero de Firindain, los Artesanos (una de las Doce Altas Estirpes de los Elfos). Aún no conozco bien la historia, pero por lo que ya sé, se trataba de dos anillos, y si alguien se ponía uno de ellos, desaparecía del lugar físico en que se encontraba y se teletransporataba donde estaba el otro anillo, apareciendo en ese lugar con el segundo anillo en el dedo. Obviamente, el primer anillo quedaba en su lugar, solo. Es decir, servían para teletransportarse, pero solamente entre ellos. Assär, que era un gran artesano, precisó la ayuda de Oblio, de la Alta Estirpe de Cardonón, los Hechiceros, para dotar a los anillos de tal poder. Juntos los hicieron para comunciarse entre ellos, pues cada uno vivía en lugares diferentes de los Reinos Elfos de Eleanor. Todo esto debió ocurrir en una época muy temprana, a lo largo de la Edad de los Elfos, pero aún no estoy seguro de cuándo exactamente. El caso es que Assär, debió hacer un viaje con su abuelo, Firin, Primero de Firindain, quien era conocido por ser un Rey nómada, siempre a bordo de su barco (el único que quedó de Los Doce Navíos Elfos), navegando los Océanos del Mundo. Este viaje le llevó a Assär al Viejo Mundo, conocido en aquel entonces como la Tierra de Anne, pues allí vivían los elfos de la Alta Estirpe de Laentis-Anne. Allí Assär hizo relaciones y se quedó un tiempo. Llevó el anillo consigo, y gracias a él, Oblio pudo visitar ciudades como Artha'Ula o Cordonia. El caso, es que aún no sé bien cómo, pero el anillo de Assär se quedaría en el Viejo Mundo, concretamente en la Torre del Recuerdo, el altísimo templo en honor al Dios del Recuerdo, situado en las Montañas del Anochecer. En aquel momento el lugar no era tan peligroso como lo es ahora, y allí guardaron el anillo, para poder visitar el templo cuando lo desearan, desde los Reinos Elfos de Elëanor.
Aquello fue una imprudencia, sin duda, que alarmó a todos en el archipiélago. Los anillos suponían una puerta hacia los territorios elfos, así que, por miedo, se celebró uno de los Concilios Elfos (importantes reuniones que se dieron en determinados momentos a lo largo de a historia), donde acordaron las reglas para "abrir la puerta". Ambos anillos quedarían bien custodiados (en la Torre del Recuerdo, Viejo Mundo; y en Tharingol, la Torre de los Reyes, Capital de los Reinos de Eleanor), y solamente se usarían cada cierto tiempo: en cada reunión acordarían cuándo se abriría la próxima puerta. Generalmente la puerta se abrió en el orden de entre los mil y los cinco mil años.
Ahí entra en juego Mnesarco, en su visita a la Torre del Recuerdo, en -533, podría viajar a los Reinos de Eleanor. Pero en este punto no vengo tanto a hablaros de su viaje, sino de las consecuencias de que existieran estos anillos.
Me remonto en el tiempo a antes de la creación de los anillos, al principio de la Edad de los Elfos, cuando llegaran las Doce Casas a la Tierra de Aradán. En la isla se establecieron al principio diez de las Doce Casas, y allí convivieron hasta que estallaron las Guerras de la Sangre. En ese momento, Aradán, Primero de la Alta Estirpe de Assëe, los Predilectos, se autoproclamó Rey de todos los Elfos, para defender la isla de la invasión de los elfos de Yandaläth. Entonces, Anne, Primera de Laentis-Anne, se marchó, enfadada, reprochándole que se autoproclamara soberano. Así los elfos de Laentis-Anne se marcharon de la Tierra de Aradán, cuando ésta aún no se había partido (conviertiéndose en los Reinos de Eleanor, tras las Guerras de la Sangre), cuando el Mundo aún era joven. Navegaron hasta lo que se conocería como el Viejo Mundo, y que ellos llamaron la Tierra de Anne. Allí se establecieron, colonizando todo el continente.
Pasado mucho tiempo, cuando Assär los visitó con los anillos, los elfos de Laentis-Anne habían retomado las relaciones con los elfos de los Reinos de Eleänor, y la puerta que suponían los anillos fue usada con responsabilidad. Aunque todos sabían el riesgo que conllevaba: a través de ellos, cualquiera podría ir hasta los Reinos de Eleanor, donde aún habitaban siete de las Doce Casas Elfas.
Así pasó el tiempo, abriendo la puerta cada mucho tiempo, para tener reuniones entre los elfos del continente y los del archipiélago, hasta que durante la Guerra de los Mil Años, durante el asalto de los vesorianos sobre la Torre del Recuerdo, en 211, el Anillo de Assár se perdió. Aquello fue terrible y los elfos se temieron lo peor. Así, al finalizar la Guerra de los Mil Años, en 456, los Elfos de Laentis-Anne abandonarían el Viejo Mundo para siempre, navegando hasta los Reinos de Eleanor en busca de asilo, pero los demás elfos, enfadados por que habían perdido el anillo, les negaron la entrada a las islas, y debieron marcharse a otro lugar (al Nuevo Mundo de Lusituria, al suroeste).
Y esa es la verdadera razón por la que los elfos de los Reinos de Eleanor rechazaron a los de Laentis-Anne, cosa que no sabía, y que acabo de descubrir, gracias a El Triángulo Sagrado.
Espero que hayáis conocido un poco más de Mi Mundo, y que disfrutéis con él.
Saludos!
Espero que hayáis conocido un poco más de Mi Mundo, y que disfrutéis con él.
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