26 de noviembre de 2006

Assan, de aquél que no sabía nada...

Gelghar volvió a su sitio, y cuando hubo llegado, volvió a girarse, aun sin sentarse, y le sorprendió ver a un hombre ahí postrado. Estaba delante de la mesa, donde había estado hablando con Iente, el Hilite. Había llegado de improviso y rápidamente. Era un hombre más bien menudo, vestía con ropas cómodas de cuero y lino, e iba descalzo. Estaba ahí parado, frente a Gelghar, tal vez esperando a que lo recibiera, o le diera palabra.

- Hola chico. ¿Quién eres?
- Hola Gelghar. Mi nombre es Assan.- Y quedó callado, sin saber que más decir.
- Dime, ¿qué has venido a decirme?
- He venido a pedirte, Gelghar, que me permitas partir junto a los valientes que van más allá de las Montañas del Anochecer.
- ¿Quieres ir a los Páramos...?
Él chico asintió.
- ¿Pero sabes cómo es ese lugar...?
- No. Y por eso quiero ir. Quiero saber si lo que dicen es real, o no. Quiero ver la eterna noche. Quiero ver el Fin del Camino, donde se acaba el mundo en un acantilado infinito...
- Pero chico...
- Gelghar,- Le interrumpió él.- quiero forjarme un nombre. Quiero ir y regresar. Yo también quiero ser famoso, como Iente o Uüran.- Calló un momento, recto como estaba, nervioso, mirando más al infinito que a Gelghar.- Quiero ir con ellos. Si tú me lo permites...
Gelghar quedó en silencio un momento, recapacitando. Ese chico no duraría ni una legua en aquel desierto. No estaba a la altura de las circunstancias... Pero tampoco podía permitirse ir rechazando candidatos...
- ¿Sabes cocinar, chico?
Assan, sorprendido por tal pregunta, casi un insulto, asintió medio sonriendo, irónico.- Sí, Gelghar.
- ¿Y qué más sabes hacer?
- Puedo... Puedo pasarme horas despierto haciendo guardia, para que los demás descansen. Y soy rápido, corriendo. Y con el arco... Gelghar, no te arrepentirás.
- Pero chico... ¿cuántos años tienes?
- Gelghar, hagamos una cosa: Buscas a diez hombres para ir allí. Si al final de esta noche tienes a nueve, búscame.
Gelghar sonrió, asintiendo.

- Bien chico, hagamos eso... No te vayas muy lejos, pues.

Él casi da un salto de la alegría, y se perdió entre la gente, corriendo, ciertamente muy veloz.



Extraído del Capídulo V del Cuento de Siläe: Los diez más valientes de Düredar.
Próximamente, en la Layenda de Golöel.

Memorias Olvidadas
Darka Treake

5 comentarios:

Anonymous dijo...

mmm...buscaré el libro. Me parece que me va a gustar!!! ^^
Besos y saludos!

Anonymous dijo...

es de un blog o de un libro? porque mee gusta! mucho! si puedes especificar editorial o mas datos...andaaa... ;) ah, y gracias por visitar mi mundo. que me ha gustado mucho que digas que es mi mundo, porque halaga. nos vemos!

Anonymous dijo...

tengo que venir con más tiempo!! fantástico blog!

Darka Treake dijo...

ajajajaj!!

A mí si que me halaga que digáis que buscaréis el libro, cuando no existe tal libro...

Es una historia que estoy escribiendo, y que voy publicando en mi página web.
Es que me había propuesto unos objetivos, entre los cuales estaba colgar el capítulo V, y como no he podido, pues he decidio dejar aquí este trocito, para adelantar algo.
Pronto lo colgaré todo en la web.

Muchas gracias!!!

Anonymous dijo...

Voy a tener que compensarte por faltar a mis visitas por aquí, con las joyas de palabras que me pierdo :)
Besos,
Mun

Publicar un comentario