30 de noviembre de 2006

Los diez más valientes de Düredar

Ya los tenían. Ya eran diez.
Gelghar caminó, sin sentirse aun satisfecho, a conciencia de lo que les estaba pidiendo a esos hombres, hasta que llegó a su mesa. En el camino, se cruzó con el chico aquél tan serio que acompañaba a su abuelo, Eledar, pero no se detuvo a hablarle.Ya en su mesa, no se sentó. Cuando Aladär, Sofio y Elëda llegaron, se quedaron también de pie, esperando a ver qué hacía Gelghar. Éste quedó callado un rato, hasta que habló fuertemente, a la gente.

- Ciudadanos de Düredar...- El gentío, al oírle, pronto calló, viéndose el tumulto reducido a cuchicheos entre la multitud de la plaza.- Ciudadanos de Düredar, tengo algo que deciros... Ya hemos reunido a los diez más valientes. Los que partirán mañana mismo hacia las Montañas del Anochecer. Los que las cruzarán y llegarán a los Páramos de las Estrellas, el desierto en que siempre es de noche. Allí buscarán a Siläe, mientras que muchos otros valientes la buscarán por otros rincones del mundo. Os agradezco a todos que hayáis venido, acudiendo a mi llamada. De verdad, mi esposa Elëda y yo, os estamos muy agradecidos.- Calló un segundo, viendo a todo el mundo, que lo escuchaban atentos. Toda la plaza, todos los que estaban en Selene, Luna Azul, lo observaban expectantes, a ver qué más decía. Gelghar, en ese segundo, los observó a todos, detenidamente, y entre ellos vio a aquel chico, a Assan. Él lo miraba atento, bien pendiente, esperando una respuesta en su mirada. Pero Gelghar, evitando una sonrisa cómplice, continúo hablando.- Ahora debemos retirarnos. Hemos de preparar todo para mañana. Partirán con el alba. Quien quiera despedirlos, tendrá que madrugar...- Al menos, alguna risa por lo bajo se escuchó, por la pequeña broma, pero no consiguieron romper el hielo de la tensión.- Hasta mañana a todos, y muchas gracias.

Se retiraron todos los que estaban en la mesa, y con Elëda al brazo, se fueron marchando. Dieron unos pocos pasos, con todos detrás, cuando se escuchó una voz.
- Gelghar... ¿Y yo? ¿Iré con ellos?
Gelghar, y todos, se detuvieron. Él se giró, muy serio, y se acercó al chico. Tocándole el hombro, le habló clamado.
- Assan, ¿eres uno de los más valientes de Düredar?
- Sí, Gelghar. Yo quiero ir.
- Entonces puedes ir. Pero te quiero dispuesto, e igual de decidido, mañana, al amanecer.

Assan, se quedó con cara boba, sonriendo, y Gelghar se alejó. Entonces todos reanudaron el paso, y se marcharon, dejando ahí al chico. Assan, dándose cuenta de lo que acababa de suceder, salió corriendo a celebrarlo.
Esa noche no dormiría nada, la pasaría borracho y celebrando entre amigos, y con el primer rayo estaría ya listo. Preparado para partir entre los diez más valientes de Düredar.

Ésa sería la última noche que pasaría en la ciudad...


Extraído de Los diez más valientes de Düredar, el capítulo V del Cuento de Siläe.
Memorias Olvidadas
Darka Treake

2 comentarios:

Anonymous dijo...

No te plantees participar en cuentacuentos, simplemente hazlo! Eres demasiado bueno para no hacerlo! En serio, es de lo mejor que he encontrado por ahí, visitas a la gente, la gente te visita, hay personas a las q le coges un verdadero aprecio, la verdad. Y creativamente (que guay me ha quedado eso) es lo mejor, porque consigues una periodicidad y siempre hay un punto del que partir.
Aunque también hay que decir que a veces yo publico tres post de la historia en una semana, y esta... puaf...jaja ¡nada de nada! De hecho tenía una historia preparada con una escena parecida a la que acabo de leer jaja. Bueno, anímate, y dejo de ocuparte espacio con este enorme comentario.

Darka Treake dijo...

mMuchas gracias...
Por todo lo que has dicho...

Al final me he decidido, ya he escrito el relato de esta semana...
he visto la frase, y me ha venido a la mente una sensación que tuve una vez, tumbado sobre el césped de un parque, entre unos árboles.
Al final he plasmado esa idea, para el cuentacuentos.

Y estoy contento, a ver qué te parece!!

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