22 de abril de 2008

El Monstruo del Lago

(...)

La superficie del lago se movía, varias ondas circulares se expandían de un solo punto, de donde surgió una cabeza. ¡Era una chica! Sus cabellos largos y pelirrojos caían flotando, y su mejilla blanquecina estaba inundada de pequitas. Parecía sonreír, y el enano enseguida se sintió ridículo, otra vez. Entonces descansó su postura de ataque, pero sin soltar hacha y escudo.

- ¡Mujer, salid del agua, rápido!

Pero ella, en lugar de echarse a nadar, se sumergió otra vez, desapareciendo. Halkirk, asustado, se descalzó rápido, tirando las botas y el escudo a la rocas, y sin soltar su hacha, se metió en el agua. Se sintió patoso entre las rocas, casi resbala y cae, pero la chica que se bañaba podría estar en peligro. ¡El monstruo del lago podría aparecer en cualquier momento y devorarla! Cuando el agua ya llegaba al faldón, la cabeza de la doncella volvió a aparecer en la superficie, esta vez más cerca. Ambos se quedaron mirando un segundo. Se trataba de una doncella humana, muy hermosa, hasta para la opinión de Halkirk. Tenía los ojos claros, aunque el enano no llegó a saber de qué color. Las incontables pequitas que tenía por toda la cara no ocultaban el tono pálido de su piel, y su cabello ahora se veía largo y reluciente, incluso bajo la luz tenue de ese día nuboso. Parecía que poco a poco se iba acercando, nadando con las manos, que dibujaban formas en la superficie del agua a su alrededor. Sonreía de manera muy sutil, como si supiera lo que le amenazaba bajo las aguas del lago y no le importara.

- Doncella, os aconsejo salgáis del agua, pues este lago está habitado por una bestia que os devorará sin darme tiempo a salvaros.- Su rostro no cambio, pero seguía acercándose.- ¿Quién sois? Habéis llegado nadando? Vuestro coraje, señora, os llevará a la perdición si no teméis adentraros en un lago encantado...

Entonces sí sonrío. Fue una sonrisa preciosa, joven y encandiladora. El enano vio en ella ternura, pero a la vez entrevió el secreto que ocultaba.

- Vos sois Halkirk, Castigo de los Monstruos, ¿qué habría de temer si os tengo cerca?- Tenía una voz preciosa y suave, acuática...

El enano, entonces, sacó pecho y apretó el arma, a la par nervioso y orgulloso. Siempre se regocijaba de que cualquiera le reconociera.

- ¿Y no me daréis el honor de conocer vuestro nombre, si ya no me hace falta presentarme?- Dijo.

- No os daré ese honor, Castigo de los Monstruos, porque mi nombre es lo de menos en esta historia. Es vuestro papel en ella lo que me intriga...- Halkirk fue a decir “¿Qué?”, pero cerró su bocaza y siguió escuchando.- No temo al lago, como él no os teme a vos. ¿Por qué esperáis a la bestia en la orilla, si ésta habita en el lago? ¿Os dais cuenta de la incoherencia del cazador?

- ¿La incoherencia del cazador?- Dijo él, mientras que ella se había detenido a escasas brazas, aun nadando, pero sólo con la cabeza a flote.

- No podréis cazar al monstruo si no acudís a donde éste se esconde, Señor Castigo de los Monstruos...- Se mofó ella.- Venid al agua, conmigo, la bestia podría estar acechando ahora, en este momento... Sería la mejor ocasión para que le dierais caza.

El enano pensó que matar a la bestia salvando de sus fauces a una hermosa doncella sería un gran cuento para cualquier narrador itinerante, pero había algo que no le cuadraba. ¿De dónde había salido esa chica? Si había venido nadando...¿por qué la bestia no la había matado ya?

- ¿Por qué no me diréis vuestro nombre, doncella del lago?

- Ése, precisamente ése, sea tal vez el mejor nombre por el que me conoceréis.- Halkirk creyó entenderla.- Venid conmigo, habitante de las tierras altas. Os sentará bien un baño, y será una gran oportunidad para batirte con el monstruo.

- Me siento mejor en tierra firme.- Dijo tajante bajo su barba.

- ¿Estáis seguro de que no queréis venir conmigo, a daros un baño?


(...)


El Monstruo del Lago
El Duende, la Doncella y el Monstruo del Lago

Memorias Olvidadas
Darka Treake
www.modt.net



Aquí está la cuarta entrega de El Duende, la Doncella y el Monstruo del Lago.
Este capítulo se llama El Monstruo del Lago, y podéis descargarlo completo en formato PDF aquí:

2 comentarios:

Favole dijo...

"¿Estáis seguro de que no queréis venir conmigo, a daros un baño?"

Me encanta el personaje de la Doncella del Lago... Esa sutileza, suavidad y sensualidad con la que envuelve hasta al más rudo de los hombres... Es perfecta, me gusta mucho.

Un saludo desde el fondo del lago ^^ (como Priscilla xDD)

lost girl dijo...

Más te vale no convertir a la Doncella en el monstruo del lago, porque ya vale de alusiones a que las mujeres somos malas malísimas dentro del mundo de la literatura, eh? XD
(ya sé que no lo harías, tranqui, simplemente se me ha ocurrido)
Y qué decirte, me gusta el personaje de la doncella, porque parece un ente de otro mundo, ajeno a las historias de los hombres, por encima del ben o el mal... ^p^
1beso!

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